Aquella mañana fue especial, hablamos de todo, como nunca antes habíamos hablado, hablamos tanto que hasta se me llego a olvidar el pequeño inconveniente del reflejo. Tomamos café hasta no poder más, reímos...
-Creo que nos veremos más tarde Jazmín. -Sentí como un frio recorrió mi cuerpo, tambalee un poco, mi mirada oscureció. "Iré a por ti" escuche, como si me lo susurran al oído-
-¿Qué tienes? -Cogió mi cabeza entre sus manos, hizo que me agachara hasta quedar frente a ella, me miro de una forma tierna y, me beso, un beso que calmo mi alma, que agradecí, que necesitaba.-
-Nada, no pasa nada... -Suspire- me tengo que ir ¿sí? Paso por ti a eso de las 5pm para ir donde el anciano.
-Está bien. -Alejo sus hermosos labios de los míos, quedamos parados uno en frente del otro unos cuantos segundos que me parecieron años. Me miro a los ojos.- "El que entrega todo al final no tiene nada".
-Andrés Cepeda ¿no? -Dije a la par que daba la vuelta para marcharme... di unos cuantos pasos, gira la cabeza para mirarla por encima de mi hombro izquierdo.- No me entregues todo de ti, me conformo con que seas mi amiga.
Entendí esa mañana que lo que estuviese pasando entre ella y yo no era real. Ella estaba lastimada y necesitaba a alguien que la escuchara, que la comprendiera, que le tendiera su hombro para llorar, por más que me gustase, por más loco que tuviese, no podría aprovecharme, la apoye, pero... no sabía que pensar, les seré sincero, se sentía tan bien, sus labios, sus abrazos. Pero... ¿de qué me servía eso?
Decidí ir solo a donde el anciano, no quise involucrar a Jazmín, aunque ya lo estaba. Recorrí las calles de ese viejo pueblo que tantas tristezas y alegrías me había dado. Mi primera para fue mi casa, debía darme una ducha, cambiar mis prendas y ese tipo de cosas.
Al llegar no había nadie en casa (Como es común) mi madre debía estar en el trabajo, y mi padre seguramente de viaje. Fui primero a la nevera, tenía una sed bárbara, tome un buen basado de agua fría, mire por la ventana que había en la cocina, el día era soleado, pero sentía frio. Fui a mi habitación, tome una ducha, quise mirarme en el espejo pero no estaba mi "puto" reflejo. Cuando me estaba vistiendo sentí un ardor en la espalda, justo en el lugar donde anoche me había besado mi amiga (la que abraza) desconocida. No preste atención y termine de vestirme.
Quien diría que ese gusto que tenía por Jazmín me llevarían a mis límites. Supe que ella aún se veía con su ex.
-Sebastián -Dice la señora Nancy a la par que me servía una taza de café- Tengo que decirte algo, no me gusta lo que está haciendo mi hija con usted, espero no se enoje con lo que le diré.
Eran casi las 4:30 decidí ir con Jazmín a la casa del anciano, puesto que ella es más sociable que yo y sabría llevar los hechos perfectamente. Siempre ha sido la que habla por los dos, yo soy el callado, el que se queda parado y solo observa. Lastimosamente había salido, no le culpo, la cita de encuentro era las 5 pm, pero no tenía nada más que hacer así que no importa.
-Le escucho. -Tome un sorbo de café, estaba caliente pero pasable.- ¿a qué se refiere con "Lo que le hace mi hija a usted"?
-Ay mi hijo querido -Nancy se había acostumbrado a llamarme Hijo, nos teníamos un gran cariño, se había ganado mi afecto, y yo supongo que yo el suyo.- Mi hija aún se ve con su ex.
Recuerdo bien que me afecto un poco, no mucho "Solo un poco" (Si claro... "solo un poco", me dio rabia, me dieron celos, ¿pero porque Celos? Si no éramos nada, supongo que creí que ella podía querer algo seria con migo. Me equivoque...)
-Suspire fuerte - ¿y eso que tiene que ver con migo? - Deje la tasa de café sobre la mesa, me levante...-
-¿Ya te vas? -Dice Nancy con sorpresa en su rostro - Hijo... -Mira la tasa de café que yo había dejado hace unos segundos. -La vida no es un Jardín de Rosas.
-Gracias.
No me quede un instante más, quise salir corriendo, deseo que se me cumplió al salir por esa puerta que tantas veces había cruzado antes.
Apenas pise el césped comencé a correr, correr sin mirar atrás, 1, 2, 3, 4, 5, 6... cuadras sin parar, solo quería huir de esas palabras, de ese sentimiento que hería de una forma tan absurda y patética. Recuerdo que llegue al parquecillo que siempre frecuentaba con "Ella" sin darme cuenta. La tarde era cálida, el sol no estorbaba, llegue exhausto, con la lengua afuera, tome un respiro y me quede parado en frente de la fuente de aquel bello parquecillo. Aquella fuente que atraía nuestras miradas cada vez que nos sentábamos a hablar y pasar la tarde, pensé en ella, recordé el beso, el abrazo, lo lindo que se sintió. Un falso sentimiento, ella solo encontró una salida a su sufrimiento, tanto que pensar, las lágrimas que estuve sosteniendo me traicionar, un par de ellas escaparon, la deje que fluyesen por mis cachetes, de una forma ese llanto me hacía bien, me di cuente lo absurdo que era. Llorando por una chica que solo me quiere como un amigo, en vez de estar preocupado por mi problema del reflejo.
-¿Qué haces aquí? -Esa voz, la reconocí al instante, era ella "Jazmín" la vi parada a mi lado, mirando la parte superior de fuente, el sol que no tardaría en ocultarse me hizo verla de una forma tan hermosa, que si no supiese que fuese creería que era un Ángel.- Debías ir a por mí a las 5, ¿en eso habíamos quedado no?
No hubo respuesta de mi parte, mi silencio era algo normal, pero en ese instante mi silencio se tornó incomodo, intranquilo.
-¿Por qué no me respondes? -Me mira y, yo la miro, quedamos parados frente a la fuente, mirándonos a los ojos. Les diré la verdad, me estaba muriendo por besarla. -No te quedes callado que me harás enojar.
-------------------------------------Perdonen la demora, sé que ha pasado un tiempo considerable y es poco lo que he podido escribir, pero, no tengo inspiración, y un "Escritor" falto de inspiración es basura.
Espero que les guste.
H.R
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El ultimo reflejo.
RandomSi quieres leer algo, que tenga un poco de curcilerias al principio pero después se ponga un poco raro y sombrío, este relato es el tuyo. Prometo continuar, espero que les guste, un Gran Abrazo a todos. H.R