Vida mía, ódiame por creer plenamente en la posibilidad de tenerte, condéname por confiar en que estaríamos juntos, pero ámame porque te hice feliz tan siquiera un instante.
Huiste, sabías que era difícil ser débil, sabías que no podrías mirarme a los ojos, pretendiste que evadirme significaba olvidarme.
No me hables, no me observes, ni siquiera pronuncies mi nombre, y prohíbale a su cabeza todo tipo de pensamiento conmigo; pero por favor, no falles, porque si lo haces, los recuerdos quedarán en tu alma y mi ausencia seguirá presente.
Y dime, ¿Cómo voy a olvidarte? Porque la verdad es que no estoy lista para dejarte, quiero que sigas siendo mi problema, pero, vida mía, me voy a dar una oportunidad, y te lo digo a ti que no eres la vida mía, que es hora de decirte adiós, de verte de lejos y de quererte menos.
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Las palabras... Se las llevó el viento.
PuisiY no soy quien para juzgarlo todo, pero en cada palabra escrita a continuación hay un trocito de mi, porque tengo poco por decir, pero mucho que persuadir. Espero le agrade lo que lee, sino, sigo siendo la misma caprichosa usadora de palabras. -Mar...