2. Que comience la función...

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Alexander....

Que comience la función... Un pensamiento que se cuela muy seguido dentro de mi cabeza, un pensamiento que es mas de mi lobo Demon que mío él es el divertido de la relación, sin embargo, esa corta frase describe toda mi vida en general, a mis 118 años y desde hace 102 años es lo que he estado viviendo, una obra de teatro donde todo el mundo decide por mí respecto a todo, y no, no me agrada, pero es al acuerdo que he llegado con mi lobo, un acuerdo que nadie sabe y nadie tiene que saber, de eso depende mi futuro y el resto de mi vida.

Desde que tengo uso de razón se me inculco que en el momento que encuentre a mi alma gemela o mate como la llamamos nosotros los lobos he de rechazarla, así fue estipulado por el concejo de criaturas sobrenaturales, una decisión unánime, eso se nos dijo, sin embargo, el día de mi transformación, descubrí una verdad inquietante, aun recuerdo esa noche como si hubiera sido ayer, a mis tan solo 16 años descubrí la crueldad del mundo, después de sufrir mi transformación regrese muy feliz al que en ese entonces consideraba mi hogar, fui testigo de la crueldad de mi propio padre, mi hermano mayor, Norman Loup, estaba siendo sujetado fuertemente por cadenas de plata que evitaban que se pudiera mover, en frente de el se encontraba una joven loba de no mas de 15 años, la cual ni siquiera había tenido su transformación, ella estaba siendo violentada por parte de los hombres mas cercanos a mi padre, mientras el observaba esa monstruosidad con una gigante sonrisa, mi hermano estaba destrozado e impotente, no podía hacer nada, recuerdo haberme acercado para poder escuchar mejor y descubrir que sucedía, recuerdo como mi padre le ordeno a mi hermano que la rechazara y así terminaría su tortura, también recuerdo como mi hermano resignado dijo aquellas palabras que lo destrozaron un poco mas, se que Norman le rogó a mi padre la liberara, que el no la buscaría nunca mas, que solo la dejara irse, recuerdo como mi hermano rogaba a pesar de ser el siguiente Alfa, el cual, nunca debía de rogar ni suplicar por nada ni nadie. Mi padre aceptó liberarla, sin embargo, no fue de la forma que Norman pensó, se acercó a aquella joven inocente, sacó sus garras y le arrancó la garganta; jamás olvidaré aquel grito desgarrador de mi hermano, él como la mitad de su alma se iba con la vida de esa linda joven.

Recuerdo haber salido corriendo, se que no me detuve, ni siquiera cuando llegué al bosque oscuro, donde empezaba el territorio del Rey demonio, uno de los reyes que había aceptado aquella monstruosidad, ese fue el primer pensamiento que llego a mi cabeza al darme cuenta donde me encontraba, y grite, grite y maldije con todas mis fuerzas a todo el mundo, aunque no era solo yo, también mi lobo, rugía y arañaba dentro de mi, negándose a aceptar lo que a su futura compañera le esperaba, negándose a lo que a su otra mitad podría sucederle. Recuerdo también haber encontrado con el rey, lo imponente que se veía, se que lo ataque, le grite lo malnacido que era al aceptar aquel acuerdo, revele entre sollozos la situación que había vivido hace tan solo unas cortas horas mi hermano, recuerdo perder todas mis fuerzas, al final, acababa de tener mi primera transformación y no tenía la fuerza suficiente para nada, termine en aquel sucio suelo llorando, no era más que un niño que había despertado en un cruel y despiadado mundo, donde todo lo que era importante era el poder. Aquel rey, en vez de matarme como muchos otros hubieran hecho, me llevó a su castillo, me alimentó y me contó desde su perspectiva lo que en realidad había pasado en esa reunión, él como él se había negado y enfurecido, pero al final, solo era el, nadie mas lo apoyo, me contó como no ha parado de buscar a su compañera, a su luz desde entonces.

Me ofreció un trato, me ofreció entrenar y prepararme para ser un Alfa justo y respetado, más allá de eso, me preparo para ser capaz de defender a mi futura pareja llegado el momento, porque cuando la encuentre no dejaré que nada ni nadie me la quite ni la lastime, nunca deseó vivir la situación que vivió mi hermano y a mis cortos 16 años supe que es lo que haría, destronaría a mi padre, revertiría aquel maldito acuerdo que ha traído y traerá demasiado dolor y sufrimiento, durante estos últimos 102 años me he preparado, he aprendido y me he esforzado el mejor de todos.

Completamente tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora