3. La esperanza comienza a surgir...

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Adara...

La esperanza comienza a surgir una vez más, vuelvo a sentir aquel cosquilleo en mis manos, siento como algo quiere salir dentro de mi, como pelea conmigo para que lo deje protegerme, pero lo retengo, no es el momento, aún no lo es, me repito como un mantra, una y otra y otra vez, solo un poco más de espera.

-Bienvenidos, sean bienvenidos a mi humilde hogar- nos recibe Fausto con una sonrisa que en verdad deseo quitarle de su cara, me sorprenden mis propios pensamientos, en mi vida se me habían cruzado aquellas ideas tan violentas, siempre me había considerando alguien pacifista- Pasen, los invitados esperan a la protagonista de esta noche- veo como mi familia se adelanta sin darme una segunda mirada dejándome con este personaje- Hola querida, estás preciosa- dice repasando me con su repulsiva mirada, muero de ganas por contestar, pero se que no me conviene, reprimo todos mis impulsos y solo agacho la cabeza como la sumisa que todo el mundo espera hoy de mi- Eso es excelente, tus padres no mintieron al decir que ya habías aceptado tu destino, me alegra saber que será más sencillo de lo esperado el ritual, pero no nos quedemos aquí, vamos a presentarte a los invitados y luego comenzaremos-.

Me toma con agarre firme por la cintura, un agarre que planea establecer pertenencia, no me quejo, no hago ni una sola mueca, solamente respiro hondo y caminó junto a él, siguiéndolo a donde sea que me lleva, sonriendo a quienes me presenta, aceptando la bebida que me ofrece, no abriendo mi boca en ningún momento, siendo lo que él espera que sea, cumpliendo sus expectativas, haciéndole creer que me tiene en sus manos, que ya soy suya aun sin haber realizado el ritual ya, me planteo el decirle que no es necesario, pero muy en el fondo una vocecita me dice que para él si es necesario, necesario para tenerme controlada, así que prefiero ahorrarme palabras y continuar con mi plan principal.

Escuchó las campanadas del reloj, la luna ya está en su punto exacto, son las 10 de la noche, es momento de que comience el ritual; mientras nos acercamos al pentagrama en medio de la habitación, observo a mi familia, mi padre mirándome serio como siempre, mi hermano mirándome con preocupación, algo totalmente nuevo, mi hermana viéndome con una sonrisa, a su lado un muchacho muy apuesto que no me quita la mirada de encima a pesar que tiene su brazo rodeando la cintura de Cinthia, siento que debo de ir hacia él, siento como toda mi energía lo busca, no entiendo que es lo que me sucede, pero vuelvo a controlar mis impulsos y no me despego de Fausto; por último, mi madre, pero esta vez es diferente, en ella esta vez detecto esperanza y felicidad, pero ¿esperanza a que? ¿por qué está feliz?, en mis casi 18 años de vida nunca había apreciado en ella esos sentimientos, de verdad está contenta por lo que está a punto de sucederme. Dejó de prestar atención a mi alrededor, desconecto a mi cerebro de todo a su alrededor, no necesito ser consciente de cuántas personas están mirando, ni tampoco necesito pensar en el estúpido ritual, porque no se llevara acabo, no lo permitiré, me relajo, debo buscar esa fuerza escondida en mi interior, solo debo de concentrarme en eso, ese es mi pase de salida, esa es mi liberación.

Respiro profundo y abro los ojos, ya estoy en medio del pentagrama acostada, escucho como los brujos comienzan con su cántico, siento como mi alma está siendo unida a la de ese malnacido, siento como se coloca sobre mi, siento como empieza a levantar mi vestido, como va quitando el tirante de mi hombro derecho, el lugar donde colocará su marca, siento como su asqueroso aliento está cerca de mi oído, y yo solamente respiro, respiro muy profundo, esta apunto de marcharme, sé que ese es el momento, se que debo de actuar, hago caso a todos mis instintos, dejo que mi poder se libere y solo grito, grito con todas mis fuerzas, gritó con todo el dolor que tengo en mi interior, busco todas esas emociones negativas que tengo en mi y las dejó salir, las dejo explotar a mi alrededor, me levantó sin esfuerzo, me siento increíble, imparable. Con la explosión de poder Fausto queda del otro lado del salón herido, el pentagrama fue destruido, los vidrios están rotos, tengo todas las miradas en mí, todas con sorpresa, pero alcanzo a detectar otra emoción, siento su miedo, un profundo terror, no entiendo por que, pero aun así lo tomo, tomo todo su miedo y lo hago mío, lo utilizo, lo manejo a mi antojo, no tengo la menor idea de cómo es que estoy pudiendo realizar esto, porque se que no es magia de bruja, se perfectamente que no es una magia común, pero no es momento de preocuparme por eso, tengo que salir de aquí, así que me encamino a la parte trasera de la casa, algo dentro de mi me dice que vaya por ahí, que ese es el camino que debo de seguir, así que lo hago, sigo mi instinto, sin embargo, llegando casi a la salida me quedo sin fuerza, me comienzo a debilitar y no lo entiendo, no lo comprendo, pero no me puedo rendir en este momento, necesito seguir y así lo hago.

Siento como alguien me toma por la cintura y me carga como princesa, peleo y golpeo a este individuo pensando que me llevara de regreso, pero hace todo lo contrario, comienza a avanzar a paso veloz a la salida, me está sacando de aquí, sin entender nada, lo acepto, una parte de mi dice que estoy siento tonta, que puede ser una trampa, pero otra parte, una que no sabia que tenia me dice que confié en el, que el me protegerá, que estoy a salvo de todo, y le creo, decido creer en esa parte que estuvo escondida y que ahora comienza a salir a la luz.

Hemos caminado por un largo rato, no sabría decir cuánto, siento como se detiene este hombre que me tiene cargada, escucho como habla con alguien, pero no consigo comprender las palabras, suenan como murmullos a pesar de que los tengo aquí al lado, mis muñecas empiezan a doler, siento como algo me quema y se que son los brazaletes, mi padre me está llamando y me esta castigando por lo que he hecho, el dolor crece y cada vez se vuelve más insoportable empiezo a sollozar, escucho voces pero sigo sin poder comprender lo que sea que están diciendo, siento como agua cae en mi rostro, alguien toma mis muñecas y ejerce presión, provocando que comiencen a doler aún más, no sé en qué momento comencé a gritar, pero no puedo parar, el dolor aumenta, mi cabeza da vueltas y de pronto nada, todo se ha detenido, el dolor paro, mi cabeza se comienza a despejar, pero estoy muy cansada, lo último que recuerdo es ver a aquel hombre que estuvo al lado de mi hermana, veo sus ojos azules como el cielo irritados y me dejo ir...

Todo dejó de importar...



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