4. Todo dejo de importar...

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Alexander...

Todo dejó de importar, de importarme, ella luce preciosa con ese vestido, se ve que es pequeña, delicada como una flor, pero yo se que en el fondo ella cuenta con un gran poder, se que es capaz de grandes cosas y eso me fascina. Muero de celos al ver como Fausto la tiene tomada, como la presume frente a todos, mi lobo quiere salir y arrancarle la garganta con mis garras, pero lo controlo, lo manejo lo mejor que puedo, haciéndole entender que no es momento para perder el control, con trabajos me hace caso.

Inicio con mi parte del plan, me acerco a Cinthia, tomándola de la cintura sin su permiso, dándole un suave beso en la mejilla y sonriendo educadamente, le digo lo hermosa que se ve, la más bella de todas, el como me encantaría estar con ella en un lugar más privado, mi lobo aúlla molesto dentro de mi por estar tocando a otra mujer que no es la nuestra, lo vuelvo a tranquilizar. Ella me sonríe de vuelta y comienza una plática a la que no le tomo nada de atención, no quito ni un solo momento la mirada de mi mate, queriendo saber en dónde está en todo momento.

Llegó el momento.

-Me retiro preciosa- le digo con una sonrisa y me doy la vuelta soltándola, espero y espero.

-¿Por qué no te sientas conmigo durante el ritual, podemos pasar tiempo juntos?- me pregunta con una sonrisa coqueta.

Solamente asiento y la sigo, cayó tan fácil ante mi, la tomo de la cintura y llegamos a junto a sus padres. Observó cómo mi pequeña va caminando al lado de ese tipo, Cristian se coloca a mi lado, lo observo esperando a que haga algo, que me de una señal de que está hecho, de que todo está bien, pero lo noto nervioso y preocupado, niega con la cabeza y en ese momento lo entiendo, ella sigue teniendo los brazaletes, su magia sigue contenida, no podrá romper el pentagrama y pierdo el control, no me importa nada más que llegar a ella, trato de pasar el pentagrama pero es imposible, siento como me sujetan y peleo, mato a todo aquel que trata de detenerme, sin embargo me superan, observo a mi padre frente a mi, me golpea la cabeza y quedó desorientado, observó su mirada de decepción, me colocan justo en frente de donde el ritual se está llevando a cabo, mi lobo aúlla y araña de dolor por lo que ve.

Ese maldito está sobre nuestra mate, le comienza a levantar su vestido, ella esta inmóvil sin hacer nada, sin luchar, no lo comprendo, comienza a bajar su tirante, se que la va a marcar y me niego, vuelvo a luchar y consigo liberarme, me acerco a una de las brujas que dirigen el cántico para asesinarla antes de que se complete el ritual, para así romper el hechizo que me separa de ella, pero algo sucede,todo se vuelve demasiado frío y oscuro, el pentagrama se a roto, el cántico se detuvo, todo quedó en silencio, observo como Fausto está herido del otro lado de la habitación, como mi mate se levanta y su poder, su poder sale de ella arrasando con todo a su paso sin contemplación, todo se ha convertido en obscuridad, me alejo y no por miedo, sino porque se que en algún punto ella puede desfallecer, toda esa energía acumulada desaparecerá y quedará indefensa, yo tengo que estar ahí para poder sacarla de aquí. Comienza a caminar hacia la parte trasera, en ese momento noto una sombra que la va guiando por ahí, no tengo idea si ella es consciente de eso, pero yo sí y se perfectamente a quién pertenece esa sombra, es de Román, mi mejor amigo y hermano menor de Víctor, no tengo idea que hace aquí, pero no puedo ni empezar a cuestionar porque veo como Adara pierde fuerzas y antes de que Román la toque la tomo yo entre mis brazos, ella lucha por liberarse de mi agarre, pero no hay tiempo para explicaciones y Román lo sabe, me indica que lo siga. Cuando mi pequeña se da cuenta de que nos dirigimos a la salida se tranquiliza y hace que llevarla sea más sencillo y más rápido, ninguno de los dos dice ni una sola palabra mientras nos adentramos al bosque oscuro, acercándonos cada vez más al reino demonio, justo cuando estamos por entrar Víctor aparece y nos hace detenernos, veo como observa a Adara y se acerca a tocarla, pero no lo permito, no quiero que nadie la toque. El rey demonio entiende que es lo que sucede y solo me dedicó una sonrisa.

-Me alegra mucho que encontrarás a tu mate cachorro y mas me alegra que sea mi hija tu compañera, se que eres el indicado para cuidar de ella- quedó en shock por esa corta pero tan importante frase, no solo por el hecho de que sepa que ella es mi mate, si no por que es su hija, empiezo a unir los puntos y sin embargo aun no puedo creerlo, ese estallido de poder, esa magia oscura que fue capaz de utilizar, ahora tiene explicación, aún no se como debo de sentirme y actuar con esta situación, por toda la telaraña de secretos y engaños que está sobre nosotros.

-¿Tu hija? ¿Cómo es eso posible? yo, no lo comprendo- respondo más confundido que nada.

-No es momento para eso, créeme cachorro, tengo una excelente explicación para todo esto pero- no pudo terminar su frase, Adara empezó a quejarse y a sollozar, no entendía lo que le sucedía y por mas que le preguntaba sus ojitos estaban cerrados, cayendo lágrimas por ellos y no sabia que hacer.

-Sus muñecas, ¡miren!- Román menciona alterado, le hago caso y miro cómo se están poniendo rojas y queman, son los brazaletes, la están dañando y yo no se que hacer, no entiendo lo que le esta provocando esto y comienzo a llorar, me prometí que nunca permitiría que mi mate sufriera ningún tipo de daño y aquí estoy, con ella entre mis brazos sollozando de dolor y sin yo poder hacer algo, mi lobo sufre también, nos sentimos tan inútiles en estos momentos.

-Sujétenla, le va a doler, mas de lo que ya lo hace ahorita, pero es la única solución- Víctor se acerca a paso rápido a ella- Ese malnacido, te cobraré cada una de sus lágrimas- lo escuchó balbucear mientras rodea los brazaletes con sus manos, comienza a apretarlos mientras un humo azul oscuro los cubre y en ese momento Adara gritar, sus gritos son desgarradores y yo solo puedo sostenerla muy fuerte para que no se mueva- Ya casi pequeña, solo falta poco, resiste-.

No se cuanto tiempo pasa para que sus gritos y sollozos se detengan, solo se que no la he soltado en todo este tiempo y no pienso soltarla en ningún momento. Cuando el dolor se ha detenido, veo como poco a poco va abriendo sus bellos ojos grises con leves motas moradas en ellos, acarició delicadamente sus mejillas y ella vuelve a cerrar sus ojos.

-¿Qué pasó? ¿Por qué está dormida? ¿Qué sucede?- suelto pregunta tras pregunta mientras golpeo suavemente sus mejillas para despertarla, pero no lo consigo.

-Tranquilo hermano- me dice Román- Solo está cansada, es normal después de todo lo que ha vivido hoy, solo tiene que dormir.

-Tiene razón- me dice Víctor- Ya le he quitado esos brazaletes, sin embargo me di cuenta de que no solo la estaba hiriendo, también la estaban rastreando, tenemos que movernos, no tardaran mucho en alcanzarnos, en el castillo estarán a salvo y tenemos mucho que conversar-.

Decidí no decir ni una sola palabra y seguirlos sin soltar a mi princesa; caminamos por horas hasta que llegamos a una gran reja, nos adentramos por ahí, llegando así a los dominios de los demonios, observó cómo muchas personas y criaturas nos miran con curiosidad, bajando su mirada ante sus majestades, temía bastante que no me adentraba tanto a las tierras de los demonios, pero para describirlas de manera corta, todo es obscuridad.

Solo obscuridad...



Besos!!!!! XOXOXOXOX


Completamente tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora