Capitulo único

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Aviso:
Estás historia posee contenido sexual y para mayores de edad, habrá mención de diferentes temas que pueden ser delicados, desconocidos o desagradables para diferentes personas como el BDSM, además de ser contenido homosexual.
Está historia es completamente mía y no se permiten adaptaciones sin mi consentimiento.
Haikyuu no me pertenece.
Lee bajo tu responsabilidad.
Que lo disfrutes <3
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Su entrada rosada palpitaba, se contraía alrededor de aquel jodido vibrador, su cuerpo sufría pequeños espasmos cada que una ola de calor lo inundaba de pies a cabeza, su cuerpo estaba tan caliente, estar tan lleno de esa forma era tan doloroso, su cuerpo desnudo en contacto con las suaves y mullidas frazadas lo hacían sentir sensible.

Estaba en su habitación, en la habitación que compartía con su alfa, todo el lugar estaba inundado de sus feromonas de omega en celo y aún así podía sentir las feromonas de su alfa por todo el lugar, lo ponía tan malditamente sensible.

Suna Rintarou, el lindo y famoso omega de revista, sueño de muchos, fantasía de millones y realidad solo para Osamu Miya.

Suna era jugador profesional del los EJP Ranjis, bloqueador central para ser precisos, también era modelo, en realidad, al ser famoso era parte de su trabajo también modelar para diferentes propagandas o revistas.

Bueno, Suna Rintarou podría ser mucho para muchas personas, pero, cuando se trataba de Osamu era capaz de rebajarse hasta al nivel de un perro si era necesario.

Como jugador de voleybol profesional y miembro de la selección nacional de Japón, tenía muy poco tiempo para su relación de pareja.

Paraba de viaje en viaje, de partido en partido, de entrevista a entrevista y así y así, pero, todos los meses procuraba tomarse un tiempo para ir a pasar tiempo con su pareja y cada dos meses iba a pasar su celo con su alfa, de igual forma, durante los celos de Osamu el también procuraba estar con él.

Por otro lado Osamu también tenía mucho trabajo, ahora que su gemelo y su novio eran famosos y habían promocionado su restaurante varias veces, le era más que imposible mantener un perfil bajo.

No lo malentiendan, Osamu amaba su trabajo, por ello por más que las ganancias que tenía eran más que suficientes el seguía trabajando día y noche en el mismo puesto en el que empezó.

Osamu también solía tomarse tiempos para ver a su pareja cada que tenía la posibilidad, aún que los viajes de su omega no eran todo el tiempo, cuando ocurrían no eran muy cortos y cuando no los tenía ambos solían estar demasiado cansados, eran una pareja bastante romántica la verdad, por lo que las comidas juntos o hablar abrazados en el sillón era más que suficiente para ambos.

Pero, los últimos tres meses, Suna estubo un poco más ocupado de lo que estaban acostumbrados y por ello no había podido estar durante el celo de su alfa, y ahora, como cruel castigo de parte de Osamu, tenía que esperar a que la jornada laboral de su alfa culminara para poder estar con él.

Casi todo el maldito día, caliente y mojado, abierto de par en par intentando satisfacerse con pequeños o grandes juguetes que no le ayudaban de nada.

Justo ahora, tenía aquella mordaza que habían usado el día anterior para su jugueteo sucio, no podía parar de morder la pequeña esfera de plástico entre sus labios, los gemidos ahogados que se veía obligado a tragar ante la maldita esfera roja.

Y si eso era poco tenía las malditas manos esposadas contra su espalda, además de los dos malditos vibradores que le jodian la existencia.

Estaba usando aquel pequeño vibrador bien fijado en su entrada uterina y próstata estimulandolo bien, además, del jodido dildo que mantenía aquel pequeño vibrador fijo en su sitio, había intentado cambiar la posición de aquellos juguetes pero, definitivamente, no había funcionado.

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