Parte 2

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No era raro en su rutina al estas a solas robarse unos besos , un amor platónico y secreto visto a todos como solo una linda amista, ya que ser mal vistas por todos no era una opción, seria un peligro que ninguna le quería hacer pasar a la otra.

-Alguien podría ver -Lilith soltaba sus manos entrelazadas para seguir lavando la ropa.

-pues yo no veo a nadie...-

Contesto para robarle un beso siendo interrumpida por el sonido de unas ramas siendo pisadas, para luego ver a una vecina posarse de su lado para lavar a lado de ella en el rio. La incomodidad y el miedo de haber sido descubiertas hiso que se retiraran mas temprano, pero el rumor no tardo en llegar a oídos de los de pueblo, rumores que ellas negaban pero que nadie las podía ver de la misma forma.

-Deja de llorar Lilith, estaremos bien- se intentaban consolar la una a la otra pero el daño estaba echo, tales actos de amor al ser descubiertas las ponía en un peligro al ser visto como abominación en el pueblo.

-fue un inocente beso y aun así nos a condenado de por vida-

En las ventanas se empezaron a escuchar como chocaban objetos y en las marcas se vea cuando reventaban huevos, nadie les creería, ya no podían ocultar lo que estaba a plena vista, y decidieron huir al lugar donde creían que nadie podría juzgarlas más.

En medio de la noche las maletas ya estaban listas y las ventanas abiertas huyeron al escuchar el plan que les tenían planeado para darle fin a lo que los otros creían que se convertiría en una plaga, corrieron al ver la iluminación que empezaban a reflejar las antorchas, corrieron a lo más profundo del bosque para llegar a la casa con jardín.

Corrieron entre los árboles adentrándose más y más en el bosque hasta llegar y esconderse dentro de la casa, la bulla de la gente se escuchaba alrededor, escondidas pegadas a la puerta deseaban que todo eso fuera una pesadilla y que al despertar estuviera todo en tranquilidad y secreto como siempre.

La bulla de la gente se empezó a convertir en gritos y pedidas de auxilio, las dos con miedo de ver por las ventanas se quedaron en silencio echas bolita abrazadas en el suelo contra la puerta, hasta quedar dormidas, hasta que los ruidos del exterior dejaron de escucharse.

La casa con jardinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora