Banana ( Chanin )

d o c e

—¿Te gusta?— preguntó Chan al terminar su dibujo y mostrárselo al pelirrojo, tuvo que admitir que el silencio en la habitación lo hacía sentir incómodo.

Jeongin, con una expresión seria y desinteresada, asintió. Chan sabía entonces que algo andaba mal.

—¿Qué tienes?— Se levantó de la cómoda silla de cuero y siguió sentándose junto a su compañero.

—Nada, ¿por qué?— Jeongin dejó a un lado el teléfono móvil del rubio y se levantó de la cama para salir de la habitación, pero antes de ir a la cocina, dijo: —Por cierto, te enviaron un mensaje.

Chan revisó su bandeja de entrada y leyó el nuevo mensaje, era Sana, su hermana menor. Y ahora entendió la actitud del pelirrojo, porque nunca le habló de su hermana y tal vez creyó en las ideas equivocadas.

Salió de la habitación y fue en busca de Jeongin. Estaba en la cocina bebiendo agua.

—¿Estas así por el mensaje? No deberías haber pensado que saldría con alguien— Jeongin lo ignoró y lo dedicó a lavar el vaso que usó. —Es un mensaje de mi hermana menor, Innie— El pelirrojo se volvió para verlo rápidamente y sus mejillas se volvieron rosadas.

—¿Tienes una hermana?

—Nunca lo he mencionado porque nunca hemos hablado mucho de la familia, lo siento. Pero sí, se llama Sana.

—Me siento tan idiota ahora mismo— Se rió un poco y se cubrió la cara con ambas manos. —Lo siento.

—No, bebé. Siento no haberte dicho que vería a mi hermana.— Se acercó al cuerpo del pelirrojo y apartó las manos de su delgada cara, dejando un beso corto en los labios. Luego, se rodeó la cintura con ambos brazos. —No estoy enfadado y no creo que seas un idiota si eso es lo que crees ahora.

—Ahora estoy confundido, Chan.— El mayor mencionado se ve desconcertado.

—¿Por qué?

—Necesito saber si estar juntos significó más para ti que solo pasar el tiempo— Apoyo la frente en el pecho del rubio y cerró los ojos. —Necesito saber si sientes algo por mí. No quiero ser el único, y no quiero que pienses que mi intención desde el principio era solo acostarme contigo.

El corazón de Chan comenzó a latir fuerte.

—Significas mucho para mí, Jeongin.