Capítulo 4

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Buenos días, hoy ha sido un gran día. Me desperté sobre las ocho y media de la mañana, me cambié y cuando por fin estaba cerrando mi habitación alguien vino por detrás y me dio un abrazo por detrás. Al instante noté que era un chico porque olía a perfume masculino y era centímetros más alto que yo, y por lo tanto deduje que era Marcos. Cuando pasé la cerradura me viré hacia él, le pase mis brazos por su cintura y lo abracé. Nos besamos y nos fuimos a desayunar, en nuestra mesa ya estaban María, Pablo, Lucia y Ana, nosotros nos sentamos juntos, tenía por un lado a María que cuando nosotros nos sentamos ella se levantó y se dirigió al baño. Yo me preocupé y la seguí hasta allí, no quise entrar seguidamente, por lo que esperé fuera unos minutos.

Antes de entrar noté que había una parte de mi que quería entrar pero la otra necesitaba que María se diera cuenta de que no solo existe ella en este mundo, que hay más personas que importan y que son importantes en mi vida. Soy consciente de que siempre hemos estado muy unidas, técnicamente somos como hermanas, pero no siempre estamos ahí la una para la otra.

Para mi sorpresa, cuando mi mente dejó de procesar la respuesta yo estaba tocando la puerta del baño. María no abrió hasta que no le di una patada a la puerta, pero cuando entré, por lo bajo aunque yo lo oí, maldijo mi presencia y eso me hizo empezar a gritarle. Le dije cosas muy feas y de las cuales me arrepiento haber dicho.

Después de sentirme culpable y salir, básicamente, huyendo del baño. Le mandé un mensaje urgente a Marcos:

¿Dónde estás? Necesito hablar contigo ya

Yendo hacia la habitación, ¿va todo bn?

Si, si, no t preocupes, voy para allá.

Crucé el pasillo a toda prisa. Giré a la derecha, giro a la izquierda, y último giro a la izquierda también y ahí estaba, igual de guapo que siempre, sentado en el suelo mirando la pantalla de su teléfono con cara de preocupación. Desde que oyó mis pasos acelerados se puso en pie y cuando llegué a su altura me abrazó como si fuese la última vez que lo haríamos. Cuando terminó de abrazarme, yo tenía unas pequeñas lágrimas en los ojos pero instantáneamente me las limpié, aunque creo que no lo suficientemente rápido, ya que Marcos me limpio una.

Al estar más calmada le conté lo sucedido con María. No puedo explicar cómo fue su reacción, ya que primero parecía muy preocupado mas cuando llegue a la parte del baño su cara expresaba un enfado en toda regla aunque con las yemas de mis dedos le suavicé el entrecejo y le saqué una cálida sonrisa.

Estuvimos sentados en el pasillo durante una media hora, acurrucados, manteniendo silencio, un tanto incómodo, pero silencio, lo cual era raro pero reconfortante además de agradable. Cuando nos dignamos a levantarnos ya eran las once pasadas, y decidimos organizarnos para aprovechar al máximo el día y terminar nuestra habitación. Mierda la habitación, casi se me olvida, teníamos que haber estado a las diez y media en la habitación que comparto con María para así poder pasar, con ayuda del señor Martini, mi cama a la habitación que, dentro de poco, podré compartir con Marcos. Cuando lo asimilé corrimos hasta la habitación, para nuestra suerte el señor Martini nos estaba esperando en la puerta, con cara de enfadado, pero estaba.

Gracias a su ayuda pudimos mover mi cama a la habitación de Marcos, para mi sorpresa la cama no pesaba mucho, lo que nos costó fue sacarla por la minúscula puerta, siempre me había parecido muy amplia, pero comparada con la cama, era demasiado estrecha. Cuando, por fin, habíamos sacado la cama, María se presentó en el cuarto, y como si nada estuviera pasando se sentó en su cama con 'Emma' de Jane Austen. Miró unas cuantas veces por encima del libro mientras Marcos y yo recogimos mi ropa del armario. Solo miraba porque de vez en cuando yo soltaba una carcajada debido a las tonterías que Marcos me decía al oído.

Cuando teníamos todas mis cosas en nuestro nuevo cuarto, decidimos abrir el paquete que Paula nos había dejado. Para nuestra sorpresa era una pequeña estantería, la colgamos y terminamos de meter mi ropa en el armario.

Cuando finalizamos decidimos que solo nos quedaba limpiar el baño. Pero eso se haría mañana.

Diario de una huérfanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora