Mi vida era pasable, normal podría decirse. Solía, solía hacer lo que "todo" adolescente de primero de preparatoria hace, tener cientos de amigos, hablar todas y cada una de las aburridas clases que tomaba por obligación, hacer repelar al profesor mostrando una actitud apática e irrespetuosa. Para los compañeros era una actitud "valiente", salir de vez en cuando, ir a fiestas y estar haciéndome pato la mayor parte del tiempo. Si, en definitiva mi vida era como una vida cualquiera.
Me mude aquí hace poco tiempo debido a qué mi madre acepto una propuesta de trabajo que nos convenía más para nuestra economía. El lugar me convenció de inmediato. A pesar de que siempre he sido un chico con sobrepeso me acople muy bien. Seattle es un sitio agradable a mi parecer, pero ¿saben? Bien dicen que no se puede tener todo en la vida, yo fui aceptado en la preparatoria entre los alumnos populares debido a que mi actitud era liviana y tranquila, jamás buscaba pelea pero si la había defendía a mis colegas, sin embargo yo era un chico malo o al menos ese era el concepto que todos tenían sobre mí, amaba que pensaran así de mi, después de todo te evitabas muchos problemas y nadie se metía contigo pero como ya lo dije, amaba que pensaran así, hasta que un día odie tener el aquel título.
No soy fan de tener mil chicas atrás de mí por mi peso pero si tenía demasiadas amigas que solo querían una cosa: popularidad. Desafortunadamente ninguna de ellas llamó mi atención. Mi atención se vio acaparada por una chica totalmente distinta a las anteriores, si, no lo niego, era muy bella pero lo era en una forma diferente, ella es una de esas chicas que es bonita y que realmente te produce sentimientos en tu cabeza y no solo pensamientos.
Pero recuerden... no todo puede siempre ser bueno, si así lo fuera ¿qué sentido tendría la vida? Ninguno. Aquella misteriosa chica no era conocida ni percibida por nadie... excepto por Ryan. Su adorado novio. Según lo que pude observar, los dos son unos excluidos, se aíslan de los demás y se ven felices así. Él, el... se que esconde algo pero aún no sé lo que es, o tal vez, solo tal vez son prejuicios míos. Aún así me atrevo a decir que esa chica me gusta, no la amo y quizá mañana deje de gustarme o mañana me gustará más, no lo sé, todo es tan incierto... lo único que seguro es que me gusta. Soy aventado e impulsivo pero ella, ella hace que me sienta débil.
Hola -dije mientras ella estaba volteada, su novio no se presentó hoy a clases y creo que el destino me está brindando esta maravillosa oportunidad la cual no puedo y no desaprovecharé.
-Hola -respondió sin siquiera voltearse. Es la voz más rasposa y fría que me han dedicado
Ella está acomodando sus libros para irse a su casa -supongo-, los demás solo salen disparados del salón chocando contra las bancas o simplemente empujándolas.
-Huh,... -¿Ahora qué digo? ¿Le digo me gustas y salgo corriendo? No, eso sería patético ¡Piensa!
Pero como siempre llega alguien a arruinar mi momento estrella.
-Sebastián, hermano es hora de irnos -anuncia animadamente Billy
Ni siquiera me da tiempo de procesar las cosas, me jala hacia afuera del aula y me doy cuenta que es la peor conversación que he tenido en mi vida. Billy ha sido más que un amigo para mí, me acepta tal cuál soy, me presentó a sus amigos y amigas para que no fuera de los excluidos y bueno, ha sido demasiado amable y es algo que le agradezco con todo mi ser.
¡Sebastián! -gritan en mi oído y enseguida reconozco la voz
-¿Qué ocurre -digo con un tono algo indignado ¿Y quién no? ¡Me gritó en mi oído!
-Te pregunté más de dos veces si conocías a esa chica y no me respondías
-Lo siento -espero no insista en saber sobre si la conozco porque sinceramente no sé qué responderé
-¿Estás bien hermano?
-Necesito pensar -y no le doy tiempo para responder, salgo corriendo hacia el patio trasero de la preparatoria y me monto en mi bicicleta para ir a casa. Casa. El único sitio que servirá de refugio para mí; en realidad no sé por qué me siento así, es como si me hubiera caído de un 5to piso, me siento débil, sin fuerzas y no asimilo nada.
Una vez que llego a mi casa bajo de la bicicleta y subo a toda prisa a mi habitación, mi madre aún está en el trabajo y mi tía debió ir a hacer las compras ya que no la vi cuando llegué. Entró a mi habitación y cierro la puerta tras de mí. Aviento mi mochila a mi cama y las lágrimas salen sin control. Soy tan estúpido, no sé ni por qué lloro. Estoy bloqueado, quizá. ¡Maldición!
¿Por qué cuando por fin me interesa una chica ya no está disponible? ¿Por qué? Necesito consejos... y que mejor que el Internet ¿o no? Enciendo mi laptop y tecleo: "¿Cómo gustarle a una chica?" y enseguida doy enter.
N/A:
Gracias por leer esto(':
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Sí |Sebastián Villalobos|
Teen Fiction¿Qué pasa cuando un chico malo se enamora? ¿El panorama es el de los libros e historias de amor? ¿Qué pasa cuando te enamoras de una lectora? ¿Qué pasa cuando por amor te vuelves escritor? ¿Qué pasa contigo? ¿Cambiaremos por amor? Solo recuerda una...