Capítulo cuatro

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Me encamino hacia mi primera clase, todo marcha normal. La profesora explica sobre algo que sinceramente me da demasiada flojera poner atención así que me dedico a continuar con la rutina tradicional de mi vida, escucharla y fingir que pongo atención pero pues finalmente sus clases hasta ahora me entran por el oído derecho y me salen por el oído izquierdo.

Ella y yo coincidimos solo en una clase y para mí esa clase es de las clases más aburridas que pueden existir: Español. Por lo que he podido notar ella disfruta la asignatura, cuando tenemos clase libre le habla a Ryan sobre ¿un libro? ¿Una película? Y el tiene el privilegio de escucharla mientras ve como ella pinta su rostro de felicidad.

-¡Sebastián! -alarga alguien la última "a" de mi nombre

-¿huh? -¿ahora qué hice? La profesora me mira molesta como siempre

-Es la última vez que le hablo, ¿sabe qué? Si gusta salirse de mi clase la puerta esta abierta

Música para mis oídos. No había sacado ninguna de mis pertenencias así que me levanto, agarro mi mochila y salgo del salón.

...

No entro a ninguna de las siguientes clases. En el recreo me dedico a ir a la biblioteca a estudiar los temas que vieron hoy. Soy un irresponsable pero no tanto.

Mi siguiente clase es español y obviamente por nada del mundo me la perdería. Guardo mis cosas y le doy las gracias a la persona encargada de la biblioteca para dirigirme al salón de clases.

Veo mi celular y por fin hago algo bien ¡llegar puntual a la clase! Cuando entro al salón busco con la mirada un asiento vacío pero creo que solo sobran los asientos de adelante. ¡Maldición! Me siento en la primera fila y me preparo mentalmente para una larga clase. Ella aún no llega y la clase esta por comenzar ¿estará bien? Jamás llega tarde.

La clase comienza y el asiento de mi lado queda vacío. Ryan tampoco llegó. Me dedico a escuchar la clase con atención por primera vez.

No sé cuánto tiempo ha pasado hasta ahora hasta que llega. Abre lo mínimo la puerta y llama a un volumen bajo; la maestra la mira con un toque de compasión y la indica que pase. Ella toma asiento justo a mi lado ya que no había otro asiento disponible y la maestra le explica el ejercicio para después llamarla hacia su escritorio. Amber y la maestra intercambian un diálogo respetuoso a simple vista, ella le asegura que no volverá a pasar y le pide disculpas unas 3 o 4 veces. Realmente se ve apenada. Llega a su asiento mientras sigo divagando en mi mente sobre lo responsable que es a comparación de mi.

Tomo mi pluma y empiezo a elaborar el  cuento que la maestra nos pidió. De repente puedo ver de reojo que ella me mira. ¡Me esta mirando! Abre la boca pero inmediatamente la cierra. Inhala y exhala y esta vez me habla.

-Disculpa ¿qué debe llevar el cuento?

Me giro a verla. Luce cansada y lo digo por sus párpados pero también luce hermosa.

Esta vez no puedo ser débil -Debe ser mínimo de 6 páginas, lo debes comenzar y para que te lo firme la maestra debiste haber avanzado mínimo 2 páginas, es de tarea y cuenta como el 50%  de tu examen -repito con satisfacción las indicaciones a las cuáles puse atención

-Gracias, pero, uh, ¿es tema libre? ¿Impreso para mañana?

-Si a tus dos preguntas -sonrio sin mostrar los dientes

-¿Gracias Sebastián?

-No, no soy Sebastián

-Yo... Realmente lo siento es solo que -se sonroja- soy mala recordando nombres. ¿Cómo te llamas?

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2015 ⏰

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Sí |Sebastián Villalobos|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora