¿Hacemos un trato? [Xiaolumi y Chilumi]

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—¡Xiao me gustas!—Me dijo Lumine.

Aquel escenario era hermoso, flores de todos los colores, el cielo azul y pétalos de cerezo a nuestro al rededor.

—¡Y tú a mi!— Le dije.

Nos abrazamos, estaba terriblemente sonrojado, si me vieran en ese momento me confundirían con un tomate maduro.

—¿Quieres ser mi novia?— Le pregunté.

—¡Sí!— Dijo con ilusión.

La dí un beso en la frente y dados de la mano nos fuimos a dar nuestro primer paseo.

3 meses después de esos sucesos, Lumine y yo nos encontrabamos celebrando nuestro tercer mesiversario, tirados en el sofá de mi casa, en pijama, comiendo palomitas y viendo películas.

—Lumi, ¿¡Viste que paliza le dió el moreno al rubio!?— La película era de acción, nos encantaban ese tipo de películas.

Lumine se tumbó en mi hombro, estaba completamente dormida.

A la mañana siguiente me desperte con la deslumbrante sonrisa de mi chica, Lumine.

—¡Buenos días mi amor!— Me abrazó.

—¡Buenos días cariño!— Le dí un besito en la boca.

Desde que mi relación con Lumine inició mis días eran más felices, todos los días quedábamos, si no era para tener pequeñas citas era para estudiar, éramos inseparables, por nuestro primer mesiversario le compre unos anillos de pareja que nunca nos quitábamos.

Todo iba bien, hasta que ví lo que finalizó con todo, Lumine estaba detrás del edificio de la escuela besándose con Childe.

Mi corazón se rompió, no pude hacer más que huir, huir de lo que no quería ver, como siempre hacía, no volví a cogerle las llamadas ni responderle los mensajes, estaba destrozado.

Se presentó en la puerta de mi casa y tuve la obligación de escucharla.

—Cariño, tenemos que hablar.— Dijo ella.

—No me vuelvas a llamar así, ¿Después de todo ahora te gusta Childe, no?—

—De eso quería hablarte mi amor, me pidió hablar conmigo, me llevó a la parte trasera de la escuela, se declaro, le rechace y me robó un beso, yo no quería...—

La creí, pero nada volvió a ser lo de antes, Lumine dejó de hablar con Childe, me sentía inseguro más amenudo y lloraba cada noche.

—Tenemos que terminar... Lo siento Lumi...—

Después de decirle eso nunca la volví a ver....

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Me desperté, el corazón me latía a mil por hora, frente a mis ojos estaba Lumine, mirándome.

—¿Estoy en el cielo?— Pregunté

—¡Xiao!— Lumine me abrazó

Sí, definitivamente estaba en el cielo, donde Lumine era mi ángel de la guardia.

—Xiao ¿¡Estas bien!?— Preguntó de nuevo.

Aclaré mi vista, Lumine estaba tumbada encima mio envolviéndome con sus brazos, inevitablemente mi rostro se enrojeció.

Quería decirle todo, que ella me gustaba y que la besaría si tuviera oportunidad, pero el miedo del que me habló Lumine anteriormente se apoderó de mi, más el miedo de que tenía novio y me podría meter en problemas.