Dulce Traicion | luckity.. Terminada.

Capitulo 4

¿Quien es él?

Narrador

Quackity una vez que convenció a su amigo de acompañarlo a su no buena aventura decidieron comentárselo a los demás, era claro que estaban descontentos pero logro convencerlos.
Cuando Quackity paso el muro miro al contrario mientras sacudía se ropa, ofreció su mano para que pasara con más seguridad.

Quackity

– Bueno Slime, aquí a comenzado nuestro plan, recuerda ser precavido, no te quedes pazmado si te preguntan algo, tu responde con lo primero que se te ocurra, ¿Ok?–

– Está bien... Seré precavido–

Ambos comenzaron a caminar, quackity por una extraña razón se había aprendido de memoria el lugar haciendo que llegarán con rapidez.

Una vez que habían llegado al centro de karmaland miro de nuevo a este.

– ¿Que te parece? ¿Es lindo no?– pregunto sonriente.

– Claro, es bastante lindo y... Colorido– Rio.

– Bueno sigamos, te llevaré a mi casa– Tomo la mano del chico.

La noche ya había caído, algunas luces apenas comenzaban alumbrar el área donde pasarían.
Al llegar a la casa volvió a pararse.

– Como me lo imaginaba, ya hay seguridad incluso en mi casa... Pasa por la parte de atrás, yo pasaré por el frente–

Miro que el otro tomo el camino para así este ir por el lado principal, cuando había imaginado que no le harían algún interrogatorio o lo detuvieran lo hicieron, lo tomaron del brazo haciendo que mirara de forma molesta al guardia.

– Que, ¿Ni si quiera puedo entrar a mi propia casa?– pregunto con la voz un tanto ronca.
No tardó para ver a su amigo ser apuntado con un arma.

– ¿Joven quackity?– Pregunto el encapuchado.

Este solo asintio, el guardia solo ordenó que bajara el arma.

– El señor luzu ordenó que al instante que lo viéramos lo lleváramos con el–

– ¿Llevarme? Yo no pienso ir con ese traidor soviético–

Fue jalado por la persona provocando que diera pasos pero comenzaba a resistirse.

– Puta madre, ¡Te dije que no iré!– Grito la última parte.

Eso provocó el enojo del guardia quien lo apunto a la cabeza con el arma.
Rodó los ojos para ya comenzar a caminar, obvio fue soltado caminando por su propia cuenta, escuchando los pasos de su amigo detrás de él.

Una vez que llegaron al ayuntamiento fueron a la oficina de Luzu dónde esté ordenó que los llevarán dentro.
Cuando se abrió la puerta los primeros que entraron fueron dos guardias quienes interceptaron a los chicos antes de dejarlos pasar, checaron que no llevarán alguna arma para así dejarlos a solas con Luzu.

– Quackity... Tiempo sin verte– Pronunció el mayor que daba la espalda a ellos.

– Quackity... ¿Quien es el?– Dijo el castaño claro.

Al instante volteo Luzu con sorpresa inspeccionando con la mirada al joven.

– Veo que no vienes solo–

– ¿Él? Ah, se me colo, venía solo y dijo que lo ayudara a pasar la noche, así que ofrecí mi casa pero tus putos guardias ridículos no me dejaron ni dar un paso dentro de mi propiedad– Dijo molesto.

– ¿Que esperabas querido? Te fuiste por cinco días de aquí, ¿Cómo esperas que reaccionen?–

Solo chasqueo los dientes mirando a otro lado.

– ¿Dónde estuviste?–

– Eso no tiene porque importante–

El mayor se acercó a él pero sin antes mirar de nuevo al joven.

– ¿Cuál es tu nombre?–

– Sli- Slimecicle...– Dijo nervioso llevando su mano a la de Quackity tomando está.

Luzu se dió cuenta con rapidez a lo que suspiro.

– Slime, así que eres nuevo por aquí, lamento dar esa no cordial bienvenida. Pero ya sabes, lo que un alcalde hace es proteger a sus habitantes–

El chico pato se acercó al ojos-vino para mirarlo.

– ¿Es lo que dirás o piensas decir otra cosa?–

– Sólo quería asegurar que estuvieras asalvo– sonrió.

– Bueno ya que lo sabes, ¿Puedo irme a descansar?–

El otro solo asintio.

Narrador

Quackity tomo la mano de Slime para salir del lugar, no le dió importancia a la vigilancia para irse directo a su casa.

Luzu quedó pensando, había estudiado con mucha atención los mapas, claramente se había percatado de aquella ciudad tan particular, pero... ¿Que haría quackity ahí?
Pensó.