Su armario huele a él

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Al acabar fijé mi mirada en sus ojos,
sentía mucho calor en ellos y el bulto de sus pantalones comenzaba a ser difícil de disimular.

En un movimiento rápido, juntó nuestras bocas de una manera muy tierna y acto seguido posó sus manos sobre mi cadera.

Me hizo salir del baño y me guió hasta su habitación.

A medida que avanzábamos, el beso se
iba haciendo más rudo, más calenturiento y él iba moviendo las mano; hasta que ,antes de entrar en el cuarto ya las había posado en mi culo.

En ese momento estaba muy nerviosa, con la respiración demasiado alterada y sobretodo con muchas dudas.

Subió una de sus manos y la posó en la parte inferior de mi pecho derecho rozándolo por encima de mi ropa.

O Dios, ¿Iba a pasar? Iba a pasar ¿Quería que fuese ahora? No lo sabía.

Le saqué la camiseta de un tirón cuando entramos en la estancia. No sin antes comprobar si le haría daño en su herida.

Oh sí, definitivamente tenía mucha razón,que guapo era.

Pensé que el haría la misma acción que yo, pero para mi decepción se detuvo.

No sabía el porqué hasta que cuando iba a abrir la boca me la tapó con la mano.

Hijo,¿ Estás en casa?—escuché que alguien dijo a lo lejos.

—Escóndete en el armario,¡rápido!— que cliché sonó eso.— Sí, mamá.

— Tenías que estar en clase, ya te las estás saltando, espero que no sea por lo mismo que lo de la otra escuela— ¿la otra escuela, que había pasado allí?

Su madre se había acercado a el cuarto de mi novio cuando el se vistió con la camiseta rápidamente.

—Mamá, claro que no. Es solo que me dolía la cabeza tras hacer un examen de matemáticas.

—Eso espero.

Él se alejó con su madre hacia la puerta de la casa para continuar con la conversación y yo en ese momento pude apreciar el olor de su ropa, ese que tanto adoraba.

Era como estar en el paraíso.

Estuve un rato en ese tranquilo trance, hasta que alguien volvió a la habitación y abrió el armario.

Hola, de nuevo.

—Hola— le contesté antes de envolverlo en un gran abrazo.

—Que vergüenza.

—¿Por tu madre? —Asintió con la cabeza— ¿Que dices? No pasa nada, no sabias que iba a venir.

—Vaaaaale— dijo enterrando su cabeza en mi hombro.

Estaba tan cerca de mi que podía oler su delicioso aroma,otra vez.

Me levantó y me llevó por el aire a su cama,me sentó en el centro y rápidamente fue a por el mando de su pequeño televisor.

Se colocó detrás de mí y puso sus piernas al rededor de mi cuerpo, abrazándome.

—¿Que película quieres ver?— me preguntó.

—No sé, ¿alguna que te guste a ti?

—Me dijiste que no habías visto "Scream" ¿verdad?

—Verdad.

—Pues veremos esa.

—Vale.—Le sonreí tímidamente.

Cuando se trata de amor, se trata de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora