Las cosas que nos faltaron por hablar

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Había que volver a casa, esa mañana en cuanto me desperté preparé un desayuno para ambos, como el que Leo había preparado el día anterior.

Me duché y me vestí rápidamente.

Cogimos un autobús hasta el aeropuerto, cogidos de la mano.

Nos montamos como hicimos a la vuelta, pero esta vez, más tristes, sabiendo lo que dejábamos atrás, y lo que pasaría después de diciembre.

Tocaba hablar, hablar de nosotros, hablar de mí. De que me iba, de que volvería cambiada, distinta, eso no era nada que no supiéramos.

Llegamos y cada uno se fue a su casa, nos despedimos en un largo abrazo, y un montón de besos, en la boca, en el cuello, en la mandíbula...

Al llegar a mi casa me recibieron mis padres, muy contentos, alegres de que hubiera vuelto.

Al final accedieron a pagar, así sería todo más... ¿fácil? Quizás, pero lo que venía después nos derrumbaría por completo.

Me pasé el día en mi habitación, observando el regalo que me había hecho Leo y las múltiples fotos que me empeñaba a hacer siempre.

No quería hablar con él, pero tocaba hacerlo al día siguiente, tocaba enfrentarse a todo.


Al día siguiente, como no había clase, quedamos en un banco del parque que hay en enfrente a mi casa.

Al vernos nos abrazamos y nos dimos un beso intenso. Me resultaba incómodo.

Me separé de él porque sabía que algo no estaba bien, nosotros no estábamos bien.

Tenemos... tenemos que hablar.

—Sí... te vas, Pilar... ¿Que va a pasar con nosotros?

—Yo, aunque quiera, no puedo obligarte a estar encadenado conmigo para siempre...

—No no no, sí que puedes, podemos funcionar, tendremos una relación a distancia.

—Eso nunca sale bien ¿sabes? Porque duele, duele... el día menos esperado cuando te derrumbes te darás cuenta de que si nos atamos uno al otro solo cavaremos más rápido el lugar donde enterraremos nuestro amor.

— No me jodas. ¿Que estás diciendo?

—Que no me esperes, diviértete, yo también lo haré y, cuando vuelva, nos ataremos de nuevo. Además será solo un año. Lo superaremos juntos, pero como amigos.

—Pero... p-

—En clase puedes decir que seguimos juntos si te hace sentir mejor, pero si soy yo la que se va, no puedo obligarte a esperarme. Si cuando vuelva me sigues queriendo, como yo haré contigo, lo nuestro funcionará. Y si me esperas sabiendo que no hay ataduras, te admiraré y confiaré en ti con los ojos cerrados. Te quiero, mucho. Y por eso no puedo hacerte más daño. Solo puedo liberarte. Hay que dejarlo aquí. Pero no lo dejamos en punto, solo... le ponemos una coma.—intento sonreír.

—Yo también te quiero.— dice besando mi cabeza de manera tierna.— y no te preocupes, te esperaré, siempre, todo lo que haga falta, solo para que estés conmigo.

Me despido rápido de Leo, sin mirar atrás, porque sé que me arrepentiré. Me sentiré mal, y querré intentar una relación a distancia, pero si algo me han enseñado los libro es a dejar lo que de verdad importa en el pasado, porque si de verdad import volverás a por ello en un futuro, eso y que las relaciones a distancia nunca funcionan.

Así que, llorando desconsoladamente y sin los brazos de Leo para llorar me alejo.

Corro, hasta llegar a mi casa, donde sé que estaré segura.

Yo quería a Leo, y él me quería a mí. Pero a veces con quererse no es suficiente, a veces hace falta el tiempo y el lugar correcto para que todo suceda, y yo sabía que nuestro momento llegaría después, las almas gemelas siempre se vuelven a encontrar...







Fin

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CUANDO ESTA HISTORIA TENGA UN POCO MÁS DE APOYO SUBIRÉ MÁS HISTORIAS QUE ESTOY ESCRIBIENDO AHORA, CON MEJOR NARRACIÓN Y MEJORES PERSONAJES.

UN SALUDO,
OTHERGIRL520 🫀🫀

Cuando se trata de amor, se trata de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora