Chat.

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Jimin.

No entiendo para que tengo un jefe y un puesto, si de todos modos me encarga venir a revisar un proyecto de último minuto, en ocasiones desearía poder arrancarle esa tierna nariz que tiene Bang PD.

—Tomen, esas son las correcciones que deben hacer, licenciada Jun si tengo que volver a venir desde Seúl solo a reparar sus errores le aconsejo que considere otro trabajo. Esto baja el nivel de la empresa y no podemos darnos el lujo de permitirlo.

—Yo no fui la culpable.

Levante la mano para que dejara de hablar.

—¿Eres la jefa del departamento?

—Si.

—Entonces es tu culpa, si el personal tiene algún retraso es tu deber atender el problema si crees que no son competentes, consigue nuevo personal, en todo caso la que tiene que solucionar todo eres tú, por algo estás en ese puesto.

Me levanté de la mesa.

—Pero trabaje con tu equipo y ellos no son el problema, Buenas noches.

Salí de las oficinas de Busan para quedarme en un Hotel cercano, regresaría a Seúl temprano en la mañana, aunque ya eran las dos de la mañana y no dormiría nada. Ya en mi habitación le marque a Bang PD tiene que contestar o sabe que lo asesinare si no lo hace.

—¿Bueno? —su voz era ronca

—Busca un reemplazo para la jefa de marketing de Buscan, tienes dos opciones que te mandaré por correo temprano mañana, este será su último proyecto.

—Pero ella es buena.

—Es el tercer proyecto que tiene que venir alguien a ayudarle, no da resultados.

—El lunes tienes tu reemplazo. ¿puedo seguir durmiendo?

—Si, gracias.

Puede que suene algo despiadado, pero no puedo trabajar con gente así, estoy acostumbrado a que los que me rodean sean igual de capaces de lo que puedo llegar a ser yo, y si alguien no me sigue el paso lo descarto, creo que por eso piensan que tengo mal carácter.

Me puse la pijama y cuando iba a poner la alarma, quise abrir un poco mi pequeña obsesión, ingresé mi usuario en el teléfono para ver si mi conejo había subido algo nuevo.

Note algo en mi bandeja de mensajes privados, es algo extraño, en cuanto lo abrí mire solo un número de teléfono con la leyenda de "mi número Jimin" no decía nada más, solo un maldito número. Trate de no darle importancia, pero el monstruo de la curiosidad comenzó a dominarme.

¿Para que el número? ¿Cómo sé que es en realidad él? ¿Cómo sabía mi nombre cuando jamás se relaciona con mi usuario? Puede ser que lo hackearon o algo, mi corazón latía a mil por hora con millón de dudas y aun así grabe el número.

Preferí acostarme a dormir sin pensar nada más, a las 8 de la mañana me fui de regreso a Seúl, en el camino miré varias veces el teléfono y abrí una ventana de su chat, estaba en línea.

Me contestó lo más rápido de lo que creí. Pero seguía sin creer que fuera el.

 Pero seguía sin creer que fuera el

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DUALIDAD (Kookmin/ Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora