Capítulo 02

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Lan WangJi salió del foro y cerró su navegador. El camerino estaba impecable y grande, vacío aparte de él mismo. El piso estaba brillante y pulido, los armarios eran de color caoba, lisos y finos al tacto. Una vez que guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón, se enfrentó al espejo, mirando directamente a su reflejo.

No vio lo que el resto vio. En el espejo había un hombre con pómulos altos, perfectamente acentuados en su rostro, su tono de piel claro como si estuviera tallado en jade. Sus delgados dedos corrían por su corto cabello que se volvía a colocar en su lugar una vez que su mano había pasado. La luz que provenía de las ventanas lo hacía brillar con un tono de chocolate con leche que se derretía y su tono de piel hermoso resplandecía. Sus ojos, que normalmente eran de un color más pálido que la mayoría de la gente, tenían ahora un tono dorado de miel que los hacía parecer la superficie de un tarro de miel. Su expresión era mínima o nula, la luz de sus ojos serena e inquebrantable, sus movimientos elegantes mientras cerraba las puertas del armario, ajustando su corbata justo después.

No era el hombre brillante con una encantadora sonrisa de sol que la gente del foro especulaba a menudo. No era el hombre con un tono de piel bronceado que hacía deporte en su tiempo libre como la mayoría de la gente había asumido que era. Y definitivamente no era una mujer que usaba el seudónimo de un hombre, sólo para disfrazarse.

Era simplemente Lan WangJi. Y la razón de por qué y cómo sus propias canciones compuestas se convirtieron en una tendencia mundial que despertó el interés y le hizo ganar premios fue porque alguien ー alguien que no conocía ー de alguna manera había escuchado sus canciones en algún lugar, las memorizó, las replicó, y luego las publicó todas en la red bajo el seudónimo de Lan Zhan. Aunque cada vez que se subía una nueva canción, el que subía el video siempre ponía un aviso diciendo que la canción no le pertenecía a él sino a Lan Zhan, muchos habían asumido que este Lan Zhan simplemente estaba siendo modesto y se negaba a atribuirse el mérito porque no quería que los problemas llamaran a su puerta.

Bueno, todo eso no eran más que especulaciones, por supuesto.

A Lan WangJi no le molestaban las subidas no consentidas. Para empezar, algo de lo que el que subió el video dijo era verdad ー que no quería llevarse el crédito, y que todo lo que creaba estaba destinado a ser disfrutado por la mayoría. No importaba si no era conocido por crearlos, siempre y cuando pudieran hacer felices a los demás. Pero ganar premios definitivamente no era parte de sus expectativas, y mucho menos ganar fama, lo que eventualmente llevó a la gente a intentar adivinar su identidad, lo cual... era bastante preocupante por su cuenta.

Lan WangJi suspiró en silencio y salió del camerino.

La cafetería en la que puso el pie era una pequeña cafetería refugiada entre los edificios monumentales de la ciudad. Lavado bajo el cielo nublado, se encogió en sí mismo, luchando contra la llovizna. Cientos de personas corrieron por él, afuera en la calle atestada de gente. La media docena de clientes levantó la vista cuando la puerta se abrió, anunciada por una ráfaga de viento frío. A diferencia del exterior, el interior del café era cordial y alegre, con luces brillantes y paredes de colores suaves. Los clientes volvieron a sus conversaciones cuando la puerta se cerró tras la nueva entrada y se olvidó la fría brisa.

Lan WangJi se acercó a un piano, colocado en un rincón exclusivo de la cafetería, mientras se sentaba. Sus ojos se deslizaron por la cafetería. Había amantes incómodos, fingiendo estar allí por comodidad. Había hombres de negocios, ocupados con su trabajo, ignorándose unos a otros. Y había padres y un niño, donde los padres hablaban por teléfono y el niño jugaba con su bebida. Este lugar estaba lleno de personas que siempre estaba tan cerca y tan lejos. Pero también había personas comprometidas, como el hombre de lentes de borde negro, suéter de cuadros, camisa de manga larga negra, que se sentaba en el mismo viejo asiento justo al lado del piano de Lan WangJi, tal como Lan WangJi siempre lo recordaba. El hombre sonreía radiantemente y lo saludaba cuando hacían contacto visual. Su destello era tan brillante que hacía que sus ojos parecieran también sonrientes.

Una Canción Del Alma By ShinocchiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora