❛❛Solías llamarme cariño, ahora me llamas por mi nombre. ¿A quien estás llamando, amor?
Nadie podría ocupar mi lugar. Cuando estés mirando a esos extraños, le ruego a Dios que veas mi rostro.
YoonGi, el omega del temido rey Kim TaeHyung, decide hu...
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El frío le consumió más fácil de lo que Yoongi hubiera deseado. Su bata era muy delgada, estaba empapada con sangre y por ende escalofriantemente húmeda. Las piernas ya no sólo le temblaban por el esfuerzo físico, sino también por lo entumecidas que estaban. Sensación que empeoraba por cada segundo que corría a través de los jardines.
Poco a poco dejaba de sentir sus pies, los dedos violáceos dormidos. Sus rodillas flaqueaban y el aire le faltaba. Su frente dolía por el aire gélido golpeándola constantemente.
Yoongi trataba desesperadamente de mantener caliente su vientre, acunándolo con las manos igual de frías que el resto de su cuerpo.
La visión se le hizo borrosa, y entonces se desplomó contra el césped. Un quejido salió de sus labios temblorosos por el golpe en su vientre, y se retorció como pudo entre las plantas musgosas. Pero no le quedaban fuerzas, su corazón estaba siendo vilmente apretujado entre filosas garras ante el recuerdo del rostro de Sasha despidiéndose silenciosamente.
Yoongi sabía que ella moriría. Cualquiera que lo ayudara, y que lo haya hecho, sufriría la ira de Taehyung.
Ese pensamiento le derribó. Lloró y lloró, congelándose en el piso. Trató de arrastrarse pero sus brazos tampoco le respondían.
Entonces, una silueta apareció a lo lejos. Era fornida y corría hacia él, pero Yoongi no pudo hacer más que balbucear un débil:
─B-BaeYun...
El Alfa no perdió tiempo en agacharse a su altura y ayudarle a sentarse. Se vio espantado por la sangre pintándole, así que le revisó con toques rápidos, suspirando de alivio puro al no encontrar ninguna herida en su torso.
Pronto, Yoongi sintió algo cálido y mullido rodear sus hombros, junto al aroma de BaeYun envolverle. El Alfa se había quitado el abrigo para ponérselo, y después acunó su rostro con una palma mientras la otra sostenía su pequeño vientre, brindando calor a través de la tela.
─Yoongi, por la Luna... ─Maldijo entre dientes, ingeniándoselas para poner de pie al omega sin dañarle ni sacudirlo demasiado. Estaba tan pálido que parecía de porcelana, y temía romperlo. ─Debemos seguir. Resiste, ¿sí?
Le sujetó contra su cuerpo y avanzaron pasos torpes, el muro por el que debían escalar estaba a tan solo unos metros.
BaeYun miró hacia los lados, y su ceño se frunció.
─¿Dónde está Sasha? Creí que estaban juntos desde la cocina.
Con fuerzas inesperadas, Yoongi agarró la camisa del Alfa entre sus manos vuelta puños. Sus rodillas le fallaron así que BaeYun le agarró por los codos antes de que cayera otra vez al piso, pero su cuerpo se tensó al escuchar el lamentable llanto del Omega.
─Perdón... Sasha no.. le dije que n-no lo.. perdóname, perdóname, perdóname...
El Alfa se petrificó. Entendió todo demasiado rápido, y sus ojos normalmente serios se llenaron de una profunda tristeza.
