¿Me aceptarías si yo... tuviera una hija? - Kookgi

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— Nuestra conclusión es que no hay pruebas de que el señor Jeon no pueda hacerse cargo de la menor, a pesar de no estar conviviendo con su respectiva madre esto parece que no es un problema para ella, no hay signos de violencia física ni psicológica, cuenta con el apoyo en caso de una emergencia y está cumpliendo con sus derechos. Para finalizar, la custodia queda por completo en las manos de Jeon Jungkook y daré una orden de alejamiento para Lee Ji eun, quien no podrá acercarse a la menor hasta que este se termine — golpeó el martillo dando por finalizado el caso.

Ji eun se veía enojada, demasiado, se levantó de su asiento y salió furiosa por la puerta, haciendo resonar sus tacones en el suelo de madera, dando a mostrar su furia.

Todos los que estaban de su lado salieron por la puerta.

Jungkook no podía creerselo, había ganado, su hija estaría con el para siempre, su felicidad era tanta que empezó a derramar lágrimas sin poder contenerlas, dejándose abrazar de inmediato por Jin.

— He ganado — dijo sin poder creerselo — no puedo creerlo.

— Creelo, ahora Nayeon va a estar contigo y nadie va a poder alejarla de tu lado — dijo Yoongi, quien quería con todas sus fuerzas tirarse a sus brazos, pero no podía, no en este lugar.

Jungkook simplemente siguió llorando como una magdalena hasta que salieron de la corte.

Vio a Nayeon a lo lejos y esta lo vio de vuelta, así que se separó de la trabajadora y corrió directo a sus brazos.

Jungkook la recibió y la apretó contra su cuerpo, no quería soltarla.

— ¿Qué pasó papi? ¿Por qué lloras? ¿Perdiste? — preguntó triste por ver a su papá llorar.

— No conejita, no perdí, gané, vas a estar conmigo para siempre — le dijo tembloroso.

A Nayeon se le iluminaron sus ojos y reaccionó de una manera eufórica.

Los presentes miraban la escena con ternura, ahora por fin padre e hija podían vivir tranquilos.

Salieron del edifico y cada uno fue hacia sus vehículos.

— Yoon, ¿Vienes? — preguntó Taehyung, que decidió acercarse después para no arruinar el momento emotivo.

— Yo... — no sabía que responder, quería ir con Jungkook, estar con él y con Nayeon.

Taehyung se dio cuenta de eso, iba a hablarle cuando Jimin lo interrumpió.

— No te preocupes, puedes ir con el si lo deseas — le dijo comprensivo.

— Gracias — les sonrió, hizo una reverencia y fue hasta Jungkook que estaba abriendo la puerta delantera.

— ¿Puedo ir con ustedes? — le preguntó.

— Por supuesto, sube — le sonrió, aún se veían las lágrimas secas en sus suaves mejillas.

Yoongi abrió la puerta de atrás y se subió, sabía que la pequeña estaba adelante y eso no le molestaba.

— ¡Yoongi oppa! — dijo Nayeon al verlo entrar, tenía una gran sonrisa de conejito en su rostro.

— Hola Nay — le saludó sonriendole de vuelta.

— ¿Vas a almorzar con nosotros? — preguntó Jungkook cuando se subió al auto.

— Si me invitan si — respondió divertido.

— Sabes que sí — le dijo de la misma manera — ¿Qué quieres comer Nay? — preguntó mirándola.

— Mmh... — dijo pensativa — ¡Quiero ir a McDonald's! Y quiero helado de postre — sonrió en grande.

— Eso será — sonrió viéndose igual a la pequeña.

Ya después verían que les deparará el futuro, por ahora sólo querían ser felices y lo conseguirían, ya no más piedras en el camino.

Aunque Jungkook siente que se le está olvidando algo, ñe, ya después vería que era eso que se le estaba olvidando, ahora quería disfrutar después de todo ese mes de estrés en el que estuvo envuelto, quizá para las vacaciones de invierno podrían ir a algún lugar lindo, tanto Yoongi como Nayeon y él estarían de vacaciones, sería muy divertido.

Recordó lo que se le había olvidado, frenó casi de golpe al hacerlo.

— ¿Qué sucede? — preguntó Yoongi preocupado.

— Tengo que ir a la escuela de Nayeon a ver como sigue la situación — se golpeó la cara con ambas manos, Nayeon solo lo miraba.

Después de eso continuó el viaje hasta McDonald.