Erase una vez un chico... (Tokyo Revengers)

7

Capítulo 7:

"Caracteristicas"

— ¿Que estás haciendo chica?

La repentina aparición de Yuzuha hizo saltar a Hinata de la silla. El cuaderno en el que hace unos segundos escribía cayo al suelo. Yuzuha se agacho para levantarlo dándole una ojeada rápida. Estuvo a punto de cederlo de nuevo hasta que su cerebro hizo "clic" y lo arrebato rápidamente, leyó la hoja con detenimiento y después volteo a su amiga, quien la miraba avergonzada.

— ¿Que rayos Hina?

— Te dije desde un inicio que me causaba curiosidad.—justifico ella arrancando el cuaderno de sus manos.

— Si, pero no creí que eso significaba escribir todo un resumen de su existencia. Eso da miedo.

— Sabes que me gusta resolver cosas complicadas. Además, sabes que mi sueño es ser psicóloga. Así que estoy experimentando con la personalidad complicada de Takemichi. No necesariamente su color de ropa interior y esas cosas. Seria más como sus características psicológicas sobresalientes.

Yuzuha aun la miraba como si no le creyera en absoluto. Hinata rodo los ojos.

— Pues será mejor que no se entere de lo que estas haciendo porque es probable que te mire como si estuvieras loca y huiría de ti. Yo lo haría —Yuzuha dijo. Un segundo después como si acabara de darse cuenta, se giró hacia Hina con brusquedad — ¿No haces lo mismo conmigo, cierto?

— Tranquilízate, no investigo nada que no parezca poco ordinario.

— ¿Me estás diciendo común y corriente?

— Si lo dices así suena muy feo.

— No lo negaste — recrimino.

— De todos modos ¿Dónde está Takemichi-kun? — Hinata se puso de pie, recogió el cuaderno e ignoro la mirada acusadora que su amiga le lanzaba.

— No me cambies de tema mujer — Su expresión cambio a una de fingido dolor mientras ponía una mano sobre su pecho—Que mala eres, y creía que...

No termino cuando la puerta del aula vacía se abrió de golpe. Ambas miraron como Takemichi entro dando tumbos. Su rostro estaba rojizo y despedía gotas de sudor. Jadeaba con dificultad para finalmente tirarse al suelo, que en esos momentos le parecía lo más cómodo del mundo.
En su visión al techo blanco aparecieron las cabezas de ambas amigas que lo miraban sin una pizca de extrañeza del porque de la situación.

— Hey! Esta es la cuarta vez en dos semanas. Si sigues corriendo así pronto serás todo un atleta — Yuzuha se burlo.

— ¿Manjiro te embosco de nuevo? — Hinata pregunto. La mirada de el se mantenía perdida en el interesante techo.

— Ya no puedo ir al maldito baño sin que me asalten y me arrastren a la calle. —Se quejo—  Esta vez tuve que esperar 2 horas hasta que el idiota se distrajo mirando un dorayaki gigante que habían colocado como decoración en una tienda.