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Despertó al escuchar el ruido de su celular en su mesita de noche.

Antes de mirar a la pantalla se picó los ojos y trató de adecuarse al brillo del dispositivo. Era una videollamada su amigo Yuta.

- Sicheng tengo algo de miedo después de ver un vídeo en youtube, era sobre unos duendes. - El chico al escuchar la voz atemorizada del otro a través del celular, soltó una risa suave aún encontrándose adormilado.

Antes de responderle prendió la tenue luz de su lamparita que estaba en su velador para así ser visto por el chico a través de la pantalla.

- Yuta ¿qué hora es?

- Son las... ¿cuatro de la mañana? quizás cuatro y media. Lo siento Sicheng pero es que estoy asustado y... creo que quiero verte porque te he extrañado mucho estos días.

Un leve sonrojo apareció en la cara de Sicheng y sintió como todo el sueño desaparecía de golpe.

Antes las salidas nocturnas con nakamoto no eran algo raro porque son vecinos pero con el tiempo dejaron de pasar, Sicheng estaba ocupado con la universidad por lo que no podía hablar mucho con Yuta y eventualmente éste dejó de buscarlo, por eso se causó una especie de distanciamiento entre su amistad.

- Está bien hyung, no me cortes la llamada. - Habló luego de meditarlo algunos segundos, era pleno otoño y sus padres estaban durmiendo, salir de casa sin ser escuchado sería una verdadera travesía.

Yuta hizo un sonido de afirmación mientras Sicheng se ponía ropa más abrigada, se sentía emocionado, se encontró a sí mismo extrañando a Yuta y extrañando sentir la adrenalina de salir de su casa en las madrugadas únicamente para hablar y verlo a él.

- Deberías abrigarte también hyung.

Percibió el sonido ahogado de Yuta quejándose y parándose de la cama.

Intentando que sus pasos no suenen tanto, conectando sus audífonos inalámbricos a su teléfono y poniendo en su mochila algunos snacks y algunas bebidas, salió de su casa para encontrarse con un Nakamoto con su celular en mano y la nariz enrojecida por el frío.

- Sicheng ven aquí. - El mayor abrió sus brazos luego de guardar el teléfono, pidiéndole un abrazo con una sonrisa en su rostro.

Sicheng prácticamente corrió a sus brazos, posando su cabeza entre el hueco del hombro y el cuello. Aspiró de su fragancia, luego posó sus manos en las mejillas de Yuta, aún con los brazos de éste rodeándolo. En ese momento que miró a sus ojos se dio cuenta de cuánta falta le hacía Nakamoto en su día a día y el hecho de no tenerlo físicamente cerca todos los días, como antes, le abrumada un poquito. Y es que con solo ver al mayor no podía dejar de sonreír, la energía que irradiaba siempre le hizo bien al de pelo claro.

- Te extrañé, hyung. - Por fin formuló palabras hacía al otro chico. Yuta le sonrió y besó su mejilla, tomó su mano y se dedicó a correr junto a él.

Sicheng sintió una calidez en su pecho al sentir la fría mano de yuta tomando la propia, su cuerpo se sentía acalorado y no sabría explicar si era por su ropa o solamente por la presencia del chico mayor.

Estando ya unas cuadras lejos de sus hogares se sentaron en los columpios de una plaza algo vieja que había ahí. Era la misma plaza donde se habían conocido años atrás.

- ¿Te está yendo bien a ti hyung?

Yuta asintió mientras miraba al cielo, luego posó su vista en el suelo mientras comenzaba a columpiarse.

- Es algo cansador estudiar y trabajar a la vez, pero este es mi último año ¿te está yendo bien a ti en la universidad? medicina es una carrera difícil, Winko, estoy realmente orgulloso de que haya sido decisión tuya.

amaneceres 。yuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora