[ CAPITULO. 00. ]

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Hoseok.

_ Yoongi. Justo ahora, acabo de llegar a casa- Entré en mi hogar cerrando la puerta detrás de mí, y encendí la luz del apartamento que compartía con Jungkook- ¡Sano y salvo!.

Exactamente, hace tres años habíamos comprado este lugar, un año después que nuestra relación inició con pie derecho. Sonrió al recordar aquellos momentos, dónde todo era amor y felicidad.

Mientras arrastraba la maleta a la habitación, escuché la voz de Yoongi en mi móvil.

"Que bueno. No quiero que Jeon me asesine, porque le pasó algo a su nene."

Rio a carcajadas al escuchar su tono burlón. Yoongi tenía razón, Jungkook lo mataría si algo malo me pasara.

_ Nos vemos mañana, Hyung. Saluda a Jinnie de mi parte- Dije antes de colgar y guardar el móvil en mi bolso de mano.

Comencé a desempacar, acomodando la mayoría de las prendas en los ganchos y luego guardándolas en su debido lugar dentro del clóset. La ropa sucia la tiré al canasto para lavarla más tarde.

Llegué temprano a Seúl. No quería que Jungkook supiera que estaba de vuelta, quería ver la expresión de sorpresa y felicidad en su rostro cuándo me viera.

Así que, no le avise de mi regreso, el muy tontito cree que regreso mañana porque se nos presento un problema que debíamos solucionar.

Guardé la maleta en el armario y me deshice de mi ropa, cansado del largo viaje me sumergí en la tina llena de agua tibia, disfrutando cómo la tensión se desvanecía de mis músculos. Suspiré suavemente, dejando que el calor penetrara en mi piel.

Pensé en Jungkook, y de la nada empecé a preguntarme si me extrañó y como se sentirá al verme. Sonrio al recordar los meses que estuvo detrás de mí cortejandome, insistiendo en que le aceptara una cita.

Llenándome de pequeños detalles que significaron mucho para mi, sus muestras de amor, cariño y apoyo incondicional fue lo que realmente me enamoro, y ahora, después de cuatro años de relación, me doy cuenta que todo valió la pena.

Después del baño, me envolví en una toalla y comencé a preparar la comida favorita de Jungkook. Imaginar sus ojitos brillantes y sonrientes, su expresión de enojo al probar la comida, arranca una sonrisa de mis labios.

Me muevo de un lado a otro por la pequeña cocina, cocinando con amor y dedicación las brochetas de carne de cerdo que tanto le gustan, sigo con un poco de ramen y arroz.

También preparé bolitas de arroz bañadas en un delicioso glaseado de salsa de soja dulce como postre. Quería que todo fuera perfecto, que cada bocado fuera una explosión de sabor y amor en su paladar.

Mientras cocinaba, mi mente se llenó de pensamientos románticos. Había puesto la mesa, deje pétalos de rosa esparcidos por todo el espacio debajo de la vajilla y cubiertos de plata que me regalo mi suegra en Navidad.

Había creado un camino de pétalos que comenzaba en la puerta principal y terminaba en nuestra habitación, donde lo esperaba un corazón hecho con pétalos de rosa sobre la cama king, junto a una caja de regalo y velas rojas aromatizantes.

Coloqué las velas en lugares estratégicos para crear una iluminación suave y romántica, la luz de la luna se filtra a través de las cortinas dándole un toque mágico al ambiente. Me sentía como un poeta, creando un escenario para una noche inolvidable con el hombre que amaba.

Media hora después, todo estaba listo. La comida, la mesa, la habitación... todo estaba perfecto. Solo faltaba una cosa, preparar la última sorpresa.

WHO DID YOU DECIDE TO LOVE./ JUNGHOPE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora