❝𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄❞― 𝐌𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐏𝐨𝐝𝐞𝐫𝐨𝐬𝐚𝐬

― O4

❝ʀᴏsᴇ❞

SE CREÍA QUE TODA MI FAMILIA ESTABA DESAPARECIDA, Y ASÍ ERA PERO YO SEGUÍA DE PIE, SIEMPRE LO ESTARÍA, mi familia era considerada como el árbol genealógico mas poderoso de nuestra pequeña comunidad.

Mis antepasados fueron muy extraños, nuestro linaje comenzó, con Victoria y un Dios llamado Zeus, y así nacieron mi tatatarabuelos, colores empezaron a surgir, y dones también al tener la mezcla entre una hada y un dios.

― Rose.― la llamo su madre Evie, Rose sonrió y fue hacia ella esperando una indicación. ― Nuestro linaje esta en peligro, así que ya sabes cuando sea tu momento debes huir.― le hablo a su única hija mujer.

― ¿Por que suena como despedida?― pregunto triste Rose, mientras apretaba sus manos enterrando sus uñas en sus palmas.

― No lo es cariño.― acaricio su cabello azabache.― Sabes que nuestra vida jamas ah sido fácil, no desde que todas las mujeres de nuestra familia murieron por no encontrar su amor, su hilo rojo.― Rose desvió la mirada, ella debía seguir con el legado, puerto que era la única mujer que fue fruto del hilo rojo, y de la bendición de la madre naturaleza.

―¿Que pasa si me rechaza? ¿Si no le gusta mi apariencia? ¿si le parezco un fenómeno?― pregunto la niña de doce años, Evie negó lentamente, la vida era cruel y te apuñalaba sin que hubieras hecho algo.

― El te amara, te protegerá, y jamas te abandonara, lo vi.― sonrió su madre para después besar su cabeza, para dirigirse hacia una mariposa. ― Su amor sera tan fuerte como las olas del mar al enojarse, el se lastimara y tu te derribaras como esta mariposa al no tener su ala, por que el es tu mitad.― Evie hablo con cierta tristeza.

― Pues si a el le sucede algo, yo lo protegeré, hasta mi ultimo aliento.― hablo con seguridad mientras sentía una leve brisa en su rostro.

― Bien, hora de descansar pequeña guerrera de la naturaleza.― le hizo cosquilla, unas tiernas risas se escaparon de la niña.

Lastima que tal vez no cumpla mi palabra, y que esa fue la ultima vez que te vi Madre.

― R-rose― suspiro el ojiazul sintiendo como su cuerpo perdía fuerza

― No, no, no.― nego Rose con lagrimas en sus ojos. ― No me dejes, debemos tener nuestra historia, aun no va a ser nuestro final.―

― Te amo, Blanquita.― beso sus nudillos, para dejar de respirar 

No siempre nuestro hilo rojo se quedara hasta el final