F A N || DRAK0 × Z0RMAN

O2

"Pero su corazón no era lo único que le dolia"

El joven chico cerró la puerta de su habitación y se apoyo sobre esta, apretó sus ojos y sin poder evitar que aquellas imágenes pasarán por su mente tenso su mandíbula. El era hetero, ¿no? Entonces, ¿por qué? Para comenzar, nunca le había llamado la atención nadie en su corta vida , ni sexual ni romanticamente.

Temiendo prolongar lo inprolongable bajo su vista hasta su entre pierna, aquel lugar estaba más duro que una roca y por supuesto, comenzaba a doler. Suspiro intentando calmarse un poco, no quería recurrir a tocarse el mismo, no en la casa del señor, no a metros del profeta y con temor a que este le escuchara.

Intento pensar en cosas inocentes para evitar aquellos pensamientos degenerados de su parte; gatitos, perritos, el profeta... Una mueca se formó en sus labios tras pensar en lo último,  pensar en el profeta en su estado no fue lo más inteligente que había hecho en su vida.

Chasqueo su lengua y abrió la puerta de su habitación verificando el pasillo esperando que el profeta no se encontrara por allí; cuando estuvo totalmente seguro de que se encontraba solo cerro con llave su habitación y procedió a hacer lo que pensaba imposible hasta hace nada.

Deslizó su mano con cierta amargura por su pantalón hasta llegar a ese bulto el cual comenzó a frotar en un inicio lento, pensando el mismo que con simples caricias superficiales llegaría a calmar la calentura, pero aquellos frotes solamente lo hacían desear mas y más.

Sus dedos desesperados abrieron la bragueta de su pantalón como pudieron y deslizó afuera aquella parte tan caliente de su ser.
Soltó un suspiro gimoteando un poco, pronto su respiración se comenzó a acelerar y su rostro a calentar mientras se teñía de un rojo brillante  ¿ Acaso podía hacer lo que haría a continuación ? Se hubiera preguntado eso si estuviera en sus cabales y no tan caliente; mordió su labio inferior y comenzó a masajear de forma tan ruda aquella extensión de sí que parecía querer explotar en cualquier momento.

Estiro su cuello apretando aún más la mordida. Su mano izquierda apretaba con tanta fuerza su camisa que sus venas se visualizaban con tanta facilidad mientras que con la derecha realizaba un vaivén tortuosamente lento. Sintiendo que no podría resistir un poco más apretó la punta sintiendo un escalofrío delicioso pero extraño, encurvo su espalda listo para—

"¿Drako?"

Saltó un brinco en su lugar y entró tan rápido en pánico que no lo pensó si quiera, entró en modo remoto y se vistió a la velocidad de la luz mientras respondía con la voz más natural que podía lograr en ese momento.

" ¿ Si padre ? " Respondió mientras buscaba algunas toallas para limpiar sus manos pegajosas.

" ¿ Te sucede algo ?  Te veías demasiado raro cuando regresaste de tu paseo. " el de ojos azules preguntaba al otro lado, ajeno a lo que se encontraba haciendo el muchacho.
Acerco su mano hasta el pomo de la puerta para abrir de esta y entrar para hablar de mejor forma con Drako pero al ver que esta no giraba y por ende no podría entrar se sorprendió,  era la primera vez que no podía entrar a la habitación del menor. " ¿ Drako ? "

Y el mencionado entró en un estado de ansiedad, fue cuestión de suerte el que haya cerrado su puerta o de lo encontrario el profeta lo encontraría en una situación nada agradable.

" perdona padre yo... creo que me siento mal. Ya sabe... " Dijo esperando que el mayor le creyera, rezaba en su mente que le creyera. Término de limpiarse y acomodar todo para dirigirse hasta la puerta y apoyar su oreja en esta y escuchar que hacia su jefe a través de esta.

" Hmm, puede ser. Entonces, descansa Drako. Mañana te visitaré."

Y se marchó.

El de cabello marrón suspiro aliviado, sintiendo como la tensión de sus hombros y mandíbula se desvanecía y un sentimiento de cansancio se apoderaba de él.
Ya no volvería a hacer aquello, por lo menos no cuando el profeta estuviera cerca.