CAPÍTULO 4

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-Papá ¿Por qué voy hacer asistente de Camila?-

-Ella tiene que estar en esta investigación, ella sabe más que nosotros-

-Ahg que fastidio-

Henry salió junto con una carpeta donde estaban algunos detalles sobre Dios, Camila estaba investigando sobre los casos de Dios y algunos que detuvieron invulucrados con él.

-Aquí está lo que pediste-

-Gracias, cuando necesite algo te dijo-

-Si aja-

Henry, se fue del edificio realmente no quería seguir ordenes de una mujer y ni mucho menos de Camila.

-Buenos días oficial cabello- dijo la señora de la limpieza.

-Buenos días Martha ¿Como has estado?-

-Bastante bien. La veo más animada que los últimos días-

-Si, me dieron otro caso y estoy a cargo de el-

-Me alegro mucho ¿Tiene basura?-

-Ah si-

Camila se agacho para tomar su bote de basura.

-Aquí está-

-Mucha suerte-

-Gracias-

Camila regreso a su trabajo, estaba viendo los casos de Dios, y solo de ver el primer caso pudo ver que era muy inteligente y que sabía como burlarse de la policía y algunos casos eran hasta graciosos sus casos pero esto era muy degradante de la policía.

El día se le fue leyendo, hasta que llegó a uno donde había migrantes, los cuales ninguno fue encontraron vivo, todos fueron usados como carnada, los militares de México como los Americanos, fueron acribillado por disparos y los habían rematados con una daga, que fue pasada por su cuello dando exactamente en la vena haciendo que murieran rápido. Miró la hoja con los muertos tenían todo estaba detallado desde edad y nacionalidad, estaba apunto de terminar cuando su jefe apareció.

-Es hora de la salida-

Camila miró la ventana estaba oscuro, miró su reloj y eran las 8 de la noche.

-Debes descansar- tomo los papeles que estaba viendo la castaña.

-Si- se levantó para estirarse- puedo lavarme esta carpeta? Me gustaría estudiar un poco más-

-Mmmh Claro- se notaba nervioso.

Camila se agacho para apagar su computadora, le costó un poco ya que no podía ver bien, se levantó y ahí seguía su jefe, acomodándose la jabardina, no podía negar que estaba un poco nervioso con su presencia.

-Es hora que me marche, ¿Quieres que te acerque a tu casa?-

-Gracias, pero tengo mi auto-

-Cierto. Entonces buenas noches-

Se le hizo extraño ya que siempre llevaba su auto y todos sabían que tenía uno, tal vez fue el nerviosismo o un acto caballeroso.

Se puso el abrigo que acomodo las carpetas, tenía miedo de que se le cayera y terminan todas regadas, por lo menos si tuviera a Henry cerca le pidiria ayuda pero se había desparecido.

Al llegar a casa dejo su abrigo y saludo la caja de Lauren. Se sentó a cenar con sus padres que la estaban esperando para cenar, su madre estaba un poco preocupada, por su retraso pero verla ahí se tranquilizo.

Al terminar fue a su habitación, siguió leyendo el caso de Dios en Sonora hasta que le empezó a dar sueño, decidió descansar, tendría días para leer y mucho, los casos eran pocos pero era muchas cosas que hacía en solo uno que algos casos estaban relacionados con otros, realmente podía durar meses para dar el golpe final y siempre tenían éxito, se notaba que tenía una gran organización y eso es lo que más le aterraba.

-Bien Camila ¿Como vas con la investigación?-

-Tengo una duda- su jefe le puso atención.

-Si, Dios volvió ¿Quien es el que tienen detenido?-

-Estuve investigando y el que esta en la cárcel, dice que es el verdadero. Es algo muy confuso-

-Deberíamos ir con el que esta en la cárcel-

-Sería muy complicado pero voy a tratar lo que pueda-















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