Preludio.

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Cuando era más joven, He Xuan, como casi cualquier hombre que duda de su sexualidad, se interesó —por no decir obsesionó— con el teatro. Participó en la mayoría de las obras escolares, en papeles secundarios y principales. Él mismo se consideraba un buen actor, ¡era gay, tenía que serlo! Por lo tanto, no podía creer que el Señor del Viento le preguntara algo así, ¿en qué se había equivocado?

He Xuan tosió el pedazo de rollito que se le atoró en la garganta, lanzándolo al piso en cuanto Shi QingXuan lo golpeó en la espalda. Ambos se quedaron observando el trozo masticado durante unos segundos. He Xuan miró al Señor del Viento, y por primera vez, se permitió poner una expresión ligeramente preocupada en su rostro.

—¿Por qué... por qué dices eso?

Shi QingXuan se acomodó de nuevo en donde estaba acostado, ahora boca abajo, con ambas manos sosteniendo su cara.

—¡Ming-Xiong, somos amigos! Has estado actuando demasiado raro estos días. Has sido amable —frunció toda su cara al decir la última palabra— ¡y tú nunca has sido amable!

Quizás, quizás no fue buena idea regalarle ese rollo...

He Xuan se quedó sentado, pensando en alguna excusa. ¿El sistema lo penalizaría si Shi QingXuan llegara a enterarse de que él no es el He Xuan real?

[ ¡Así es usuario! La penalización por revelar tu identidad al Señor del Viento es de -100 puntos de vida, ¡ten cuidado! 🥺 ]

Sistema, no quiero escuchar cómo me acerco a mi muerte. Apaga las notificaciones.

El fantasma buscó alguna excusa para evitar el tema.

—Yo...

—...

—Yo...

—¿Ajá?

—...me duele el brazo.

Tantas cosas habían sucedido que, en realidad, ambos habían olvidado por completo el brazo tostado de He Xuan. Para un fantasma no era una herida grave, pero aun así debía ser tratada. Shi QingXuan se levantó de golpe de su lugar y buscó en su bolsa qiankun. De ella extrajo un pequeño recipiente de porcelana blanca, la tapa era redonda, y tenía unos pequeños grabados en dorado.

—Esto ayudará, dame tu brazo.

He Xuan observó el contenido del recipiente. Dentro había una pasta blanca, casi transparente.

—No —dijo y negó con la cabeza— creo que es mejor dejarlo así, sanará solo...

—Ming Yi, ¡dame tu brazo!, ¿por qué no quieres?

—Me va a arder.

—No creo que vaya a quemarte más de lo que ya está, ¡dámelo! —lo jaló del hombro y lo acercó hacia él para empezar a colocar la pomada— ...¿desde cuándo te dan miedo estas cosas?, ¿ves cómo sí actúas raro?

—No estoy actuando... ¡Ah, cuidado!

He Xuan trató de jalar su brazo pero el agarre de Shi QingXuan era fuerte. Tomó más pomada y la colocó rápido en toda la piel quemada. Sus manos eran suaves y tibias, y untaban cuidadosamente la pomada.

—¡Ya, ya, terminé jaja!

Empezó a soplar para que el medicamento se secara, lo que provocó una sensación fría y calmante en el brazo de He Xuan. Un escalofrío le recorrió desde el brazo hasta la nuca. Tragó fuerte.

—Así... así está bien ya.

—Bien —Shi QingXuan guardó de nuevo el recipiente en su bolsa y se acomodó frente a frente —¿ahora me dirás qué te pasa?
He Xuan pensó que tal vez podría decir la verdad, omitiendo algunas partes.

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2022 ⏰

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