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Habían pasado tres meses desde que Riki confesó sus sentimientos a Sunoo.

En esos tres meses habían pasado muchas cosas para la joven pareja, Sunoo había comenzado a trabajar en su autoestima y a trabajar con su inseguridad respecto a su aroma. Sus inhibidores en spray estaban siendo cosa del pasado, Riki le ayudaba mucho con ese aspecto, cuando el omega comenzaba a incomodarse por no traer nada que tapara su esencia, el mayor lo llenaba con sus feromonas para disimular el dulce aroma.

Las madres del omega no podían estar más felices con ellos dos, su aprecio y cariño por Riki había crecido aún más, estaban complacidas con la pareja de su bebé. El alfa joven les transmitía mucha confianza y tranquilidad, incluso no podían esperar a que Riki y Sunoo crearán por fin su lazo.

Fue una tarde en la que Sunoo recibió un mensaje de su novio, era algo confuso.

SunSun bebé💕

R1ki
Te nesit0
Necesito*
Veen, pro favor.
Ez urgente

El mensaje estaba mal escrito y eso había preocupado al alfa, a una velocidad increíble Riki había salido de su casa y se había ido corriendo a la de su omega.

En cuanto llegó al pintoresco hogar notó que el carro de las madres de Sunoo no estaba, eso lo puso aún más nervioso, su bebé estaba solo.

Mientras subía las escaleras los peores escenarios se creaban en su cabeza.

¿Y si se había lastimado con algo?

¿Y si estaba enfermo?

¿o que tal si alguien lo había atacado?

Por la gran desesperación que sentía le fue imposible percibir el aroma intenso que estaba en toda la casa.

Abrió la puerta y sus pulmones se quedaron sin aire.
La imagen que estaba frente a él era todo lo contrario a lo que había imaginado.

Su hermoso novio estaba en completo estado de desnudez, restregan su erección contra el colchón mientras olía una de las muchas sudaderas que Riki le prestaba cuando tenía frío.

—S-sun...estas...— Riki ni siquiera podía hablar, el dolor de sus pantalones estaba incrementando y comenzaba a embriagarse con el aroma a celo de Sunoo.

—R-riki...tardaste mucho...t-te necesito...— dijo el menor antes de ponerse por completo en cuatro y le enseñaba su húmeda y palpitante entrada —V-vamos...ayuda a tu bebé— murmuró con voz increíblemente ronca.

—N-no amor...¿tus supresores donde están?— preguntó el mayor tratando de controlarse.

—L-los escondí— dijo el castaño con una sonrisa coqueta —sabía...que hoy vendría mi celo, así que en la mañana los escondí...quería que por fin me marcaras— alzó más su redondo trasero y lo abrió enseñandole a su novio su entrada húmeda y palpitante —V-vamos Riki.

El mayor ya no podía procesar nada, todo lo que ocupaba su mente era su Sunoo y la entrada rosada que rogaba por su atención.

Sin poder aguantar más Riki se abalanzó contra Sunoo tumbandolo boca abajo y comenzó a besarlo de manera obscena y húmeda, provocando pequeños chasquidos entre los labios y jadeos por parte de ambos.
Con una de sus manos Riki tocó la erección goteante del menor y la comenzó a acariciar haciendo que el castaño gimera aún más.

—R-riki...por favor— el menor hacia su mejor esfuerzo por hablar.

—¿Por favor que bebé?— Riki contestó con voz ronca acariciando aún más rápido el pene del menor —¿Qué quieres que te haga cariño?

sweet scent ✧ sunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora