El reino de Exitiabilis estaba vinculado a su Rey de muchas maneras, en especial, con su corazón.
Un corazón lleno de sentimientos y marcas que lo orillaron a condenar su reino en un ambiente glacial, siendo difícil de mantener una vida normal hacia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NIRAN
Titulo: Príncipe Heredero De Exitiabilis Lugar: Imperio De Arcelia
Las grandes ventanas de cortinas, extrañamente de lana, se abrieron, colándose un ligero frío, abriendo los ojos atisbo ver una sombra huir por el balcón, lo asocio por mi reciente despertar, recargo mi peso de mis codos, viendo a mis lados a mis dos hermanos acurrucados.
Evito hacer muchos movimientos para no levantarlos, me dirijo a cerrar las ventanas, a mis hermanos no les gusta el frío y mientras aseguro las persianas, pienso en ir a prepararles un chocolate caliente, les aliviará tomarlo.
Sin embargo, mis ojos detallan un leve brillo en la ciudad, el vaho que se forma contra la ventana lo vuelve dificil de ver, arrastro el brazo sobre el cristal para limpiarlo, viendo lo que es me afano en ir hacia ellos, mover sus hombros y buscar sus capas, bufandas y gorros.
—¡Radeen, Dareen, de pie! —ordeno.
Mis perezosos hermanos se levantan sin muchos animos y al ser gemelos se asustan al verse, pensando quizás que eran sus reflejos o por el efecto del despertar.
Llego a ellos con sus cosas y rapidamente los abrigo, oculto muy bien sus melenas azabache y cubro hasta sus narices con las bufandas.
—Hermano, ¿qué ocurre?
—Algo muy malo, Radeen —sincero, sus infantes orbes azules muestran un destello de extrañeza—, pero no hay nada de que preocuparse.
—¿Los malos vienen por nosotros? —preguntó Dareen poniendose sus botas, lo ayudo y al terminar sujeto sus manos enguantadas.
—Si, muy malos.
—¡Pero tu eres más malo y nos protegerás! —exclama alzando sus brazos Dareen y Radeen salta animado.
Suelto un suspiro.
—No digan eso, me da mucha vergüenza escucharlo, ahora, otra vez a repetir los pasos a seguir —los detengo y ellos se ponen firmes—, no deben quitarse sus gorros ni mirar a las personas a los ojos, ¿bien?
Ambos asienten.
—Debemos esperar a mamá y a papá a que vengan por nosotros.
—Muy bien, Radeen —lo felicito.
Las manos me tiemblan al pensar en que debo reprimir los nervios que me fluyen al salir una vez mas al exterior, debo calmarme, debo lucir bien y ser fuerte por mis hermanos, los buscan y no son para buenas intenciones.
Mi padre me lo avisó antes de entregarnos al imperio del que creía no era un enemigo, ahora con la información que sé, es suficiente prueba para romper los lazos de alianzas, solo debo esperar su llegada.
