⠀ Capítulo IX

4.9K 417 878
                                    

(Este capítulo abarca contenido sexual +18, se recomienda discreción.)

⚜️ 129 d.C. DESEMBARCO DEL REY.

Por órdenes del rey Viserys, no habría tal cosa como la familia de la novia y la familia del novio. Velaryon, Targaryen y Hightower compartían lugar en la mesa principal durante la ceremonia, se necesitaron dos mesas largas para todos. El resto de casas susurraban entre ellas preguntándose el desenlace de aquella boda.

Según las tradiciones nupciales, ni Helaena ni Jacaerys podían verse hasta el comienzo de la ceremonia. La princesa no se sentía nerviosa, más bien eufórica. Finalmente, iba a casarse con el hombre que amaba.

Aemond envolvió su brazo alrededor del de ella mientras dos guardias empujaban la puerta del salón del Trono, que se convirtió ese día en una sala de ceremonias. El amplio espacio estaba reemplazado por filas de sillas de madera tallada, ocupadas por los miembros de las más grandes familias por igual.

Helaena sintió mariposas bailando en su estómago cuando los músicos comenzaron a tocar la tradicional melodía nupcial. Respiró hondo cuando entró en la sala del tribunal con sus hermanos a ambos lados y posó sus ojos en Jacaerys.

Cuando Helaena entró al salón, todos los susurros se detuvieron. Llevaba un vestido azul turquesa de tela ligera que con cada movimiento parecía que se agitan las olas, tenía enredaderas de patrones floreados y hojas bordadas con hilos plateados y dorados desde las mangas hasta el último centímetro de tela y en la falda, con especial detalle, había un dragón azul y otro verde. La capa de la novia era similar a la de primera boda de la princesa Rhaenyra, por falta de tiempo, no tenía los mismos intrincados detalles, pero sí brindaba al ojo atento la representación de la unión de ambas casas Velaryon y Targaryen.

Las damas de la corte solo esperarían la ceremonia y el banquete para preguntar por las modistas de la princesa:

—¿Has visto cómo llevan los colores del otro?

—¿No es eso lo que se espera?

—¡Tonterías! Mira lo bien que se ven ambos.

No había exageración en los cuchicheos de las jóvenes nobles. El príncipe Jacaerys gozaba de un porte impecable enfundado en las finas vestiduras negras y rojas, con abundantes toques de oro que diferenciaban su posición del resto de nobles y distaba de la sobriedad común en su vestir. Se veía implacable y sumamente atractivo, por decir poco.

—Son Targaryen, ¿esperabas algo diferente?

En la mesa, Daeron se sentía fuera de lugar sabiendo quien era cada quien, pero sin conocer en realidad a ninguno. Su madre le arrullaba como si fuera un niño pequeño y el abuelo no dejaba de abrumarle con preguntas sobre sus planes en Antigua. Entonces vio a su sobrino Lucerys con los ojos bien abiertos y las orejas rojas, y prestó atención a lo que decía la prima Rhaena a su lado.

—¿Qué opinas, Luke? ¿Debería usar un vestido igual en nuestra boda?

Oh, el pobre estaba acorralado.

—Lady Rhaena, no tuve la oportunidad de saludar —intervino Daeron con una cortés sonrisa—. ¿No es esta una velada encantadora?

Lucerys le dio una mirada agradecida y Daeron le respondió con un guiño.

El príncipe Daemon se levantó y todos aguardaron por escuchar un discurso, pues el rey no mostraba estar demasiado presente en el evento con los ojos apenas abiertos y no más que una ligera sonrisa, pero Daemon sonó su copa y le ofreció la mano a su esposa. La princesa Rhaenyra se aclaró la garganta y dio la bienvenida a todos.

LA HISTORIA QUE PUDO SER  ✦  House of the DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora