Había solo dos cosas seguras en la vida de Choi Yeonjun a sus 18 años, quería entrar a una de las universidades pertenecientes a SKY para garantizar un trabajo estable y un sueldo fijo, la otra es que debe terminar con lo que sea que tiene con su mejor amigo.
A Choi Yeonjun le enseñaron a sobrevivir en un mundo que estaba listo para devorarlo en un bocado, personas listas para pisarlo con sus zapatos puntiagudos, preparadas para atacarlo por el mínimo error que cometa, él no estaba viviendo como ellos, él sobrevivía en un lugar lleno de hienas hambrientas esperando que cometiera un error para eliminarlo.
Había llegado a Baekjun School a los 16 años, descubriendo como era el mundo de las hienas hambrientas y egocéntricas. Tuvo suerte porque graduarse de esa escuela lo ayudaba asaltarse al menos, 3 pasos de su lista para conseguir su título en una de las mejores universidades de Seúl, como su madrastra decía "Todo se debe a mí, así que ni se te ocurra decepcionarme Yeonjun".
Todo era gracias a ella, la mujer con la que se casó su padre era quien le pagaba la altísima matricula en aquella escuela, quien le dio las mejores lecciones para sobrevivir en un lugar donde todos eran leones y él sería la próxima presa.
"Serás su presa Yeonjun, que no se te olvidé. Serás la presa de cada uno de los estudiantes, que serán y se creerán mejor que tú, tomándote como un pedazo de basura al que pueden pisotear por diversión"
Y lo fue, Choi Soobin se convirtió en su cazador, pero era lo opuesto a lo que su madrastra le había dicho.
Ella le dijo que se aprovecharían de su situación, de su vulnerabilidad, pero Soobin fue todo lo contrario a eso. Acogió sus debilidades convirtiéndolas en sus fortalezas, tal vez por eso le cuesta cerrar ese ciclo.
Choi Soobin se convirtió en su mejor amigo y Yeonjun pudo ignorar cada una de las lecciones que su madrastra le enseñó.
"No confíes en nadie, ya que todos terminarán traicionándote de la peor manera posible"
Sin embargo, Soobin solo le demostró que todas sus dudas, inseguridades, problemas y charlas estarían seguras con él, encontró un lugar donde podía dejar correr su esencia, como la corriente de agua de un manantial.
Choi Soobin se siente tan cálido como una fogata en medio del frío, la pequeña llama que comenzó a crecer dentro suyo por el más alto se convirtió en un fuego imparable ardiendo en todo su ser proclamándose suyo.
Todo comenzó con una de las tantas lecciones de su madrastra, aquella le dijo que tuviera cuidado con todos los estudiantes porque eran diferentes a él, ellos tenían todo lo que a él le hacía falta.
Así que mantuvo distancia con cada uno de ellos hasta que una tarde aquel pelinegro se le acercó por motivos que aún desconoce y le dijo que su color de cabello era hermoso, lejos de sonar como un insulto se sintió como un cumplido.
En una gran manada de hienas hambrientas, Yeonjun no era más que un pobre gato indefenso y aquel chico pelinegro de ojos azules con una altura envidiable y pómulos marcados, lo hizo sentir como un gato con hogar, querido y cuidado.
¿Así que después de todo eso, cómo podía terminar algo que aún no había empezado?
