2. Me gustas

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Jimin: 15 años.

Jungkook: 12 años.

-¡Hyung!

-Jungkook-ah...

-¡Mire, hyung, mire!

Jimin se detuvo, llegando al lado del azabache, quien agitaba una hoja en su mano con emoción.

Habían pasado tres años desde aquella promesa.

Aquel chiquillo ahora era unos centímetros más alto que antes, evidentemente. Su cabellera estaba más larga y descuidada, ya que Jungkook se empeñaba en dejarla crecer. Recientemente habían salido de clases, y el azabache estaba más entusiasmado que nunca. No recordaba la última vez que vio a Jungkook saltar de la emoción.

Era como un pequeño niño en juguetería.

-¿Qué traes ahí, Jungkook? -le preguntó Jimin, señalando la hoja en su mano. Jungkook acomodó el bolso en su espalda y lo llamó para que se sentaran en el césped bajo sus pies, mientras estaban bajo el cálido sol de verano.

Se acomodaron a un costado del campus de la escuela, recostados del tronco de un árbol con abundantes hojas verdes. Los rayos del sol se colaban entre las hojas del mismo, dándoles un reflejo verdoso a sus rostros.

-¡Saqué un 10 en matemáticas!

-Oh, felicidades, Jungkook-ah. -sonrió en grande, asintiendo con la cabeza y removiéndose sobre el pasto de modo que su trasero no se llene de césped.

El nombrado le extendió la hoja que tenía un 10 encerrado en un círculo en rodulador rojo. Jimin sintió una punzada de orgullo en su pecho, haciéndolo inflarse con alegría. Mientras revisaba los ejercicios, notó que estaban perfectos, sin ningún fallo que pudiese notar la profesora.

-Enserio, te felicito, lo hiciste bien.

-Y todo gracias a ti. -aclaró Jungkook, con voz agraciada, agachando la mirada.

El castaño echó sus cabellos hacia atrás, negando con la cabeza.

-Por supuesto que no. -negó rotundamente, devolviéndole el exámen corregido. -El esfuerzo vino de ti. Tú resolviste el exámen con tus conocimientos, porque esta vez estudiaste mucho y te esforzaste por corregir el error que cometías constantemente. Yo solo fui el empujón.

-Fuiste más que un empujón.

Jimin volvió a negar, sonriéndole cálidamente y acercándose más a él, tomando su mano entre las suyas.

-No fue así, Jungkook-ah. -trató de convencerlo. Lamió sus labios, mirando los ojos oscuros y joviales que poseía su menor. -Tú te ganaste el 10.

Se sostuvieron la mirada. El viento sopló en su dirección, espelucando sus cabellos. Los mechones negros del flequillo de Jungkook acariciaron su frente, tapando un poco sus ojos. Jimin supo que era un chico realmente precioso.

Y Jungkook sintió como su corazón se aceleraba, descolocado.

-Me gustas, hyung.

Jimin entreabrió los labios, soltando un suspiro.

¿Cómo debía responderle? ¿Siquiera debía abrir su boca?

Habían pasado tan solo tres años desde la última vez que Jimin se sintió tan acorralado. Admitía que Jungkook era un muchacho lindo, adorable y bastante considerado. Lo conmovía con sus ocurrencias, su corazón se llenaba de abundante ternura cuando recibía un halago de su parte. Era un chico con un alma hermosa, jóven y libre. Desvordaba tanta libertad y alegría que no podía corresponder a sus sentimientos tan fácilmente.

HOLD MY HAND | KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora