Levi Akerman y tú

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/Recuerdos del ayer/

=2 años después=

~Maya Ross~

Estaba acostada en mi cama, mirando al techo de madera, esperando a que mi hermano viniera con noticias sobre nuestra petición.

Matthew: Mierda...-Murmuro frustrado.

Maya: ¿Conseguiste que aceptara? -Pregunte levantándome de la cama, aunque sabía cual sería la respuesta.

Matthew: Que va, el tío Erwin es duro de roer -Dijo frustrado, le hice una seña para que se sentara junto a mi, lo cual el acato de inmediato.

Maya: Creo que tendré que ir yo, sabes que soy más convincente que tú -Alardee con ego, siempre era yo quien conseguía las cosas, pues, digamos que era algo irritante cuando me lo proponía.

Pase por los pasillos con una gran sonrisa, los soldados me saludaban, algunos con recelo y otros con compasión, yo solo los miraba con admiración. El hecho de que arriesguen sus vidas por todos los que están dentro de las murallas me parecía admirable; En unos cuantos minutos llegue a la oficina de Erwin, inhale hondo dándome fuerzas, antes de tocar.

Erwin: Pase -Ordeno, abrí la puerta con lentitud- Ya le dije a tu hermano que no los dejare ir -Sentencio sin despegar la mirada de los papeles que tenía en su escritorio.

Maya: Pero tío Erwin!, sabes que es nuestro sueño desde que llegamos aquí -Le reproche sentándome al frente suyo. Para muchos les parecerá vulgar mi forma de sentarme, pero para mi era cómodo, aun así fuera mujer ¿No podía estar cómodamente sentada?- No puedes romper nuestras ilusiones, mamá sabía que querríamos volvernos cadetes, por eso nos mando contigo.

Erwin: Sara los mando conmigo para protegerlos -Corrigió con algo de irritación.

Maya: No, nos mando contigo por que pensó que serías el único que podria cuidarnos y ayudaros a cumplir nuestro sueño -Relamí mis labios- El sueño de Matthew, nuestro sueño, mi sueño...-Suspire para mirarlo a los ojos, el me miraba con el ceño levemente fruncido, expectante- Es defender a la humanidad de los titanes. Ayudar a librar esta lucha que se ha estado llevando a cabo durante tantos años, volver a ser felices, no escondernos tras estos muros como ganado para el matadero! -Grite, Erwin parecía sorprendido y conmovido- Entregaremos nuestros corazones, nuestras vidas, el alma, con tal de lograr la libertad...

Un gran silencio se apodero de toda la habitación, la chispa de esperanza que sentí se desvaneció por completo, mis ojos se aguaron y pensé todas las formas en las que podria alistarme a escondidas de Erwin, un cambio de look, talvez documentos falsos con la ayuda de la tía Zoë.

Me quede sorprendida al escuchar la leve risa de mi tío Erwin, quien dejo los papeles de lado para arrodillarse frente a la silla donde estaba sentada, por inercia me enderece.

Erwin: Está bien -Acepto una vez paro de reír- Supongo que no puedo evitar que se alisten, de una u otra forma lo harán -Asentí con asombro y diversión- Pero con una condición -Lo mire mal a lo cual Erwin me despeino un poco el cabello- Tendrán que quedar entre los 10 primeros, si no es así, se quedaran dentro de las murallas para siempre -Dijo con repentina seriedad.

Nos paramos y levante mi cabeza, para no mirar su diafragma y mirar su cara, tenía su ceño relajado, más aun así su mirada tenía exigencia y algo de preocupación.

Maya: ¡Trato echo! -Lo abrace- ¡Gracias tío Erwin! -Agradecí, lo deje de abrasar para hacer el saludo militar- No le fallare -Asegure y salí de su oficina, mi corazón rebosaba de felicidad.

Me encontré con la tía Zoë, quien iba acompañada de un joven hombre de cabello azabache y ojos fríos. Mi alegría aumento al verla, por lo cual la abrace con fuerzas.