LAGRIMAS

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Mi querida Betty, hoy tu madre me llamó otra vez para que fuera hablar contigo ya que te encontrabas desconsolada y no querías hablar con nadie, apesar de ser jueves y que posiblemente tendría un examen a la mañana siguiente, no podría seguir con el pensamiento de dejarte llorando.
Cuando llegue a tu casa toque la puerta de tu habitación, te dije que era yo y tu me abriste la puesta, la imagen que vi me dejo desconsolado. Tus ojos rojos e hinchados por las lágrimas al igual que tu cara; me abrazaste con fuerza así que entre y cerré la puerta. No podía entenderte por el llanto pero las pocas palabra que logré entender pude saber lo que pasó.
Mi ira brotó, solo te seguí abrazando mientras que mi enojo hacia Miguel, Román y toda la maldita pandilla crecía, y puede que un poco contigo, pero no podría jamás echarte la culpa de lo que cometió un ser despiadado y sin corazón.
A pesar de que sentía húmedo mi hombro en el que te apoyabas no me importaba eso, solo quería que dejaras de llorar. Me quede hasta tarde en tu casa hasta que te quedaste dormida en mis brazos, así que te deje en la cama y te arrope con una manta para después salir de tu cuarto, tus padres preguntaron por ti, yo solo dije que no podía contar nada porque ya era demasiado tarde y mi madre estaría preocupada por mi, en cierta parte era verdad pero la realidad es que me desgaste demasiado emocionalmente que no podía pensarlo.
Cuando llegue a casa mi madre estaba preocupada por mi, le explique que estaba contigo y como era costumbre cenar en tu casa mi madre pensó que ya había cenado así que no se preocupó por eso, puede sonar extraño pero mi apetito desapareció y me entraron solo unas ganas de vomitar.
Al llegar a mi habitacion me tire a la cama y empecé a llorar
Tus LAGRIMAS me destrozan el corazón  Betty.

Mi Querida BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora