Rencores

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Aegon había sido llamado por su madre.

Una vez con ella, esta lo hizo sentarse para luego tomar su mano sobre la mesa.

"Quiero que te alejes de Rhaenyra, de ella, su esposo e hijos." Esas palabras habían hecho eco en su cabeza, ¿Estaba teniendo una pesadilla? Porque definitivamente podría ser una pesadilla, una muy mala "¿Por qué debería alejarme de ellos?" No veía el problema de estar con ellos, ellos habían demostrado hace mucho tiempo que era bien recibido cada oportunidad que tuvieron, hasta su padre lo había felicitado por haberse acercado más a Rhaenyra, así que, ¿Por qué debería alejarse?

Su madre lo miró antes de suspirar y volver a hablar "No creó que Rhaenyra tenga buenas intenciones contigo, hijo, ella no es la persona que crees que es." Aegon estaba sorprendido por las palabras de su madre, estaba consiente de que su madre y hermana habían sido amigas, pero desconocía el porqué de un día a otro esa relación había acabado.

"Madre, Rhaenyra es buena con mis hermanos y conmigo, siempre nos a protegido y defendido, que hayas tenido problemas con ella hace un siglo no significa que yo tenga que llevarme mal con ella o dejar de hablarle." Alicent se veía sorprendida, Aegon nunca le había respondido, él solo asentía y seguía las órdenes que le daba, ¿En que momento eso había cambiado?

"No pregunté si querías o no dejar de hablarle, dije que ibas a dejar de hablar con ella, es más, esta prohibido, no está en discusión." Aegon se puso de pie enojado, su madre siempre decidía por él, nunca pudo desobedecer por el miedo de lo que está le haría, pero en ese instante solo le importaba una cosa.

No iba a dejar que su madre le quitara lo único que lo hacía feliz.

"No me importa lo que digas, yo seguiré yendo con ella las veces que quiera, y si te opones, se lo haré saber al rey." Él sabía que su padre estaría de su lado, nunca había visto una sonrisa como la que puso cuando Rhaenyra y sus hermanos habían empezado a ser cercanos.

"No te atrevas a mencionarle esto a tu padre." Alicent sujeto la cara de Aegon con sus manos mientras hacía presión, haciendo que Aegon soltara varios jadeos e intentará librarse.

"Me atreveré si sigues metiéndote en mi vida, es mi vida y puedo hacer las cosas que quiera con ella." Se soltó de su madre antes de salir corriendo de sus aposentos.

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"No te preocupes tío, aunque tu madre nos quiera separar no va a lograrlo, vamos a estar juntos hasta que seamos tan viejos y arrugados como pasas." Jace estaba junto a él mientras tomaba su mano y jugaba con ella "Estar contigo es tan genial, eres mi tío favorito." Jace soltó su mano antes de ver cómo este se alarmaba "No se lo digas al tío Aemond ni a la tía Helaena, ellos no tienen porque enterarse de que eres mi favorito, prométeme que no les dirás nada." Casi se tiraba al suelo para rogarle que no soltara ninguna palabra, pero Aegon levantó el meñique antes "Lo prometo, no les diré nada." Jace sonrió antes de juntar sus meñique y sellar la promesa.

"Mamá se veía realmente enojada cuando le contaste lo que la reina te había dicho." Aegon asintió ante las palabras de su sobrino. Una vez que llegó con Rhaenyra, le contó como su madre le había prohibido hablar con ella y como lo había sujetado de la cara, en ese instante Rhaenyra simplemente respiro profundo antes de preguntarle si estaba bien y salir de la habitación hecha casi una furia.

"Tienes suerte de tenerla como mamá." Jace sonrió antes de volver a abrazar a su tío "Tú también tienes suerte de tener a mi mamá como hermana." Se quedaron abrazados un rato más hasta que Luke llegó gritando hacía ellos.

¿Y si...? [House of the Dragon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora