"Final" (parte 1)

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—Veintiocho...

La voz grave inconfundible erizó su piel, el aire abandonó sus pulmones en una exhalación lastimera y de inmediato; se sintió mareado.

Permaneció unos instantes más así, de espaldas; porque sus pies no podían moverse, estaba estático por fuera, pero por dentro se libraba una batalla campal donde sus latidos rugían furiosos y todos los puntos nerviosos de su cuerpo se erizaron bajo su ropa.

Aquella misma colonia que había olfateado en la tarjeta se dispersó suavemente por la habitación que era su camerino y ese hilo aromático llegó a su nariz, desatando una sensación confortable que le llevaba a casa, sencillamente refrescante.

Dejó que esa estela mágica lo envolviera unos segundos más mientras seguía en la misma posición, instantes suficientes para recuperarse hasta que su cuerpo giró de una manera magistral, dejando apreciar su perfil bajo la luz del lugar.

El camerino se convirtió de pronto en el espacio exterior, Louis parecía una galaxia completa, majestuoso, cósmico y sublime con sus partes claroscuras y sus nebulosas.

Bendito el Universo que detuvo todos los relojes del mundo y dejó que sus vidas se engranaran milimétricamente una vez más. Si alguna vez hablaran de conspiraciones, ésa sería una bella conspiración de amor.

El choque de miradas causó un remolino de sensaciones, Harry estaba de pie ante Louis, sosteniendo entre sus manos un ramo de narcisos, el vigésimo octavo arreglo que había comprado para él, porque no fueron sus fans, fue Harry.

Su mano izquierda se sacudió bruscamente intentando liberar los nervios que le sobresaltaron y optó por apretar los tallos de aquellos narcisos.

Harry estaba demasiado abrumado para moverse, los estragos de los daños, del tiempo y de las decepciones habían hecho mella en su vitalidad, pero esta era la prueba final para encontrarse una vez más. Inhaló y exhaló dos veces antes de dar un paso hacia el interior.

Las palabras estaban quemando en su garganta, nada lo preparó para verlo de nuevo frente a él. Louis parpadeó dos veces hasta que su cerebro aceptó que todo era real, Harry había vuelto a él.

Lo miró a los ojos, los mismos que habían sido su inspiración y su guía en el pasado, y esperó a que éstos le dieran una respuesta a la pregunta que vagaba en su mente ¿podía acercarse?, pero fue la sonrisa de Louis la que respondió primero, le siguió la chispa que se avivó en los ojitos azules y cuando el castañito jadeó su nombre, Harry entendió que ése era su Louis dándole la bienvenida.

—Harry...

—Y-yo...

De pronto, tartamudeos comenzaron a salir como torrentes, provocados por el recuerdo de cada palabra dicha por Louis en los videos, ninguna frase preparada para encajar en la conversación tenía sentido y quedaron olvidadas bajo el impacto de la cercanía, podía mirarlo, olerlo y si alargaba la mano podría tocarlo. Se detuvo cuando se dio cuenta que había invadido su espacio personal.

Harry se forzó a contener el aliento, guardó silencio con sus palabras, pero sus ojos hablaban por él, sus manos temblaban en protesta por no poder tocar su piel pero no lo haría...aún.

—Harry... — repitió, su aliento se detuvo y su respiración era irregular, casi podía escuchar sus propios latidos resonando traidores, revelando su descontrol.

El golpeteo en su pecho solo era su corazón anunciando que había llegado a casa, que por fin podía pronunciar sin temor lo que por tanto tiempo guardó dentro de sí.

—Te amo — soltó, como prisionero liberado, porque era tal la fuerza de su amor que aquellas palabras nacieron desde lo profundo, desde sus entrañas confesando que era lo único que habitaba en él.

"Amarte es el antídoto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora