ÚNICO EXTRA.

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El incesante sonido del timbre resonando en todo el modesto y pequeño apartamento, hizo que el cuerpo laxo y perezoso de Jimin se levantara de la cama, aun con sus ojos cerrados bufó y trató de arreglarse el nido formado con su cabello, era un sábado por la mañana, demasiado temprano para considerar que se trataba de Taehyung quien normalmente llegaba al medio día después de haber bebido hasta perder la conciencia. Probablemente se trataba de la rentista.

Calzó sus descalzos pies con sus pantuflas de conejito, regalo de cumpleaños por parte de su mejor amigo, y salió de su habitación para dirigirse a la puerta principal, debido al tamaño de su hogar no tardó mucho, pero de todas formas dejó salir un molestos "ya voy" debido al insistente y estresante sonido del timbre.

Apenas abrió la puerta unos pocos centímetros, el aroma de un caro perfume masculino le indicó que no se trataba de la rentista, si no de alguien que pudo reconocer muy bien con tan solo oler su fragancia, hizo todo lo posible para que su cerebro actuara lo mas rápido posible e intentó cerrar la puerta, pero fue tarde. Demasiado. El caro zapato del señor Jeon se interponía entre la puerta y el marco de este evitando que sea cerrada.

Jimin suspiró derrotado y dejó que aquel gran hombre ingresara a su hogar.

Todo se sumió en un silencio por parte de ambos, Jungkook inspeccionaba el lugar con su oscura mirada.

Quizás miraba las paredes de colores desvaídos, los cuadros de pinturas que Taehyung había hecho en su taller, el sofá viejo que decoraba la inhabitable sala, el televisor de pantalla plana que al parecer era lo único nuevo allí.

Jimin cruzó sus brazos a la altura de su pecho abrazándose así mismo, aunque no se arrepentía de lo que había hecho, estar frente a ese hombre después de dos semanas hacía incontrolablemente latir su corazón debido a los nervios, porque aunque no le gustaba admitirlo, muchas noches se proporcionó placer así mismo llamando el nombre de aquel imposible.

- No fue difícil encontrarte - Jungkook rompió el silencio, caminó elegante hasta el viejo sofá de cuero negro y se sentó - no fue muy inteligente de tu parte usar tus datos verdaderos - prosiguió mirándole a los ojos.

- No me estaba ocultando - Jimin le aclaró.

Jungkook enarcó una ceja.

- Hace unos minutos intentaste cerrarme la puerta en la cara.

Vale, eso era cierto, pero tampoco es como que todos los días te visite tu instrumento de venganza.  

- Por tu silencio intuyo que estoy en lo cierto.

- ¿A qué vino? - Jimin preguntó, cambiando totalmente de tema, no le gustaba el rumbo de conversación que intentaba seguir Jungkook.

- ¿Acaso no puedo visitar a mi amante?

Aquella declaración lo dejó sorprendido .

- No soy su amante - aclaró de inmediato.

Jungkook llenó su pecho de oxígeno y luego lo dejó salir lentamente, sus ojos vagaron una vez mas por la sala, para después mirarle directamente, con una seria expresión en su rostro.

- Creo que merezco una explicación, llegaste a mi casa, destruiste mi familia... - Jimin lo interrumpió en cuanto empezó a reír escandalosamente.

- Corrección - soltó aun en medio de su risa - destruimos su familia, ambos lo hicimos señor Jeon  ¿No lo recuerda? Esto es de a dos.

- Está bien, te doy la razón en eso, pero si no hubieras llegado jamás a mi casa yo no estaría teniendo los problemas que ahora tengo.

- ¿Ahora es mi culpa que usted sea un infiel? Que yo recuerde jamás le obligué a que me toque, usted lo hizo y bien que lo disfrutó, olvidó por un momento a su amada esposa y a su adorada hija mientras se hundía en mi, yo no soy responsable de su debilidad y de su falta a sus votos matrimoniales, yo solo fui como una manzana sobre la mesa, ya elegía usted si comérsela o no, y usted eligió.

El silencio se instaló, Jimin intentó  calmarse y recuperar su estabilidad contando en su mente, su pecho subía y bajaba debido a su respiración acelerada, sus mejillas estaban rojas por la rabia y sus pequeñas manos formaban dos puños listos para golpear.

Y el que estuviese despierto tan temprano no ayudaba en nada a su mal humor.

El silencio se vio interrumpido por la risa sarcástica de Jungkook.

Jimin frunció el ceño molestándose solo un poquito mas.

- ¿Le parece gracioso todo lo que le dije? - preguntó.

Jungkook negó.

- No, en realidad me estoy riendo de mi mismo, no se como pude ser tan idiota de caer en tus redes.

Jimin se encogió de hombros.

- Los hombres suelen ser débiles ante la tentación - soltó al tiempo que una sonrisa ladina tiraba de las comisuras de sus labios.

- ¿Lo dices por mi o por tu padre?

Aquella pregunta hizo que todo rastro de diversión se borrada de su rostro en menos de dos latidos.

- Por ambos - respondió serio.

- ¿También te vengaste de él o solo te obsesionaste con mi esposa?

- Él ya está pagando su error, es más, su esposa fue la que se encargó de castigarlo.

- ¿Eres consiente de que le hiciste a mi hija lo mismo que te hicieron a ti?

Jimin esbozó una sonrisa sarcástica.

- Su hija lo tiene a usted, yo me quedé sin mi padre, entonces no, no le hice lo mismo.

- Jimin, viviste con este rencor demasiado tiempo, entiendo que hayas querido vengarte de Jieun por lo que tu padre y ella le hicieron a tu familia, pero mi hija y yo no tuvimos nada que ver en tu historia pasada, si bien también soy responsable de mi situación, ambos sabemos que esto no hubiese ocurrido si tan solo tu hubieses superado lo que te pasó.

- Superar - esbozó una sonrisa rota - ¿Como se supera algo cuando constantemente te lo recuerdan? Cuando eres golpeado e insultado por ser el hijo de un violador... - No pudo seguir, el nudo en su garganta explotó dándole el pase al llanto incontrolable, ese era otra historia de su pasado, cuando llegó a su nueva escuela secundaria. Después de la muerte de su abuelo, su madre, su abuela y él se habían mudado nuevamente a la ciudad, al ser el nuevo llamó la atención de muchos, empezó a tener amigos muy rápido, pero todo cambió cuando una mañana llegó y encontró la foto de su padre en un periódico impreso pegado por todos los pasillos, desde ese entonces se volvió la comidilla de la escuela, haciendo que el resentimiento, odio y sed de venganza se hiciera mas grande - ¡USTED NO SABE NADA, ELLA NO SOLO DESTROSÓ MI INFANCIA, TAMBIÉN ARRUINÓ MI VIDA CON SU MALDITA MENTIRA! - gritó hasta desgarrarse las cuerdas vocales, su llanto se intensificó y sus piernas temblaron débiles, pero un par de fuertes brazos llegaron para sostenlo, él lo estaba abrazando.

- Lo siento - murmuró Jungkook cerca a su oído - realmente lo siento mucho.

Jimin solo lloró aferrándose y hundiendo su rostro en el pecho de este.

Media hora mas tarde Jimin miraba su reflejo en el espejo de su habitación, recientemente se había aseado y tomado una ducha.

Sin darle mas vueltas a lo mismo, caminó hacia su sala donde Jungkook lo esperaba, jamás imaginó romperse de esa forma y menos frente a él, sus mejillas estaban rojas debido a la vergüenza que ahora sentía.

- ¿Mucho mejor? - Jungkook le preguntó.

Jimin asintió y caminó hasta el sofá, tomó asiento al lado de este y se dedicó a jugar con sus dedos, totalmente nervioso.

- El agua siempre ayuda a despejarse - prosiguió Jungkook.

Volvió a asentir.

Jungkook suspiró pesadamente y se recostó sobre el espaldar del sofá intentando ponerse cómodo.

Jimin lo miró de soslayo y solo entonces pudo observar que el hombre tampoco estaba del todo bien, su ceño fruncido y sus hombros caídos avisaban el nivel de estrés por el que estaba atravesando.

- Luce estresado - se animó a comentar.

- Me estoy divorciando, Jimin.

Aquella noticia le sorprendió. Boqueó intentando decirle algo.

- No digas nada - pidió Jungkook - Jieun y yo llevamos casi cinco años de matrimonio, nos conocimos cuando ella visitó mi empresa solicitando una donación destinada a una guardería abandonada por el estado, yo por supuesto acepté y contacté con la prensa para que hicieran una nota y se expusiera en televisión nacional, ella me lo agradeció y desde entonces nuestros encuentros casuales se dieron mas a menudo, empezamos a salir y poco después nos hicimos novios, lo que mas me gustó de ella fue su noble corazón, la manera en como buscaba ayudar a los demás por medio de sus proyectos benéficos, jamás la creí capaz de hacer algo malo, nos casamos al poco tiempo de nuestra relación porque ella quedó embarazada - suspiró - de todas maneras creí que ya la conocía bastante, pero me equivoqué.

Sus miradas se conectaron, Jimin seguía sorprendido y solo una pregunta luchaba por salir de su boca, pero Jeon se le adelantó como si hubiese leído su mente.

- No pienses que fue por el error que ella cometió en el pasado - aseguró Jungkook - personalmente soy de los que creen que la vida da segundas oportunidades para poder enmendar y aprender de nuestros errores.

- Pero las personas que no aprenden son aquellas que jamás admiten su error y solo seguirán haciendo daño - contra atacó Jimin.

- Supongo que tienes razón, Jieun había decidido perdonarme por lo ocurrido contigo, claro, después de gritarme las quinientas - sonrió sarcástico - pero hace una semana me llegó una información que yo desconocía, es sobre una cuenta millonaria en el extranjero a nombre de mi esposa, me pareció extraño porque también soy el contador de su familia y se perfectamente sus ingresos, entonces la investigué y me topé con muchos proyectos fantasmas, también busqué información de las zonas y lugares empadronados para las proyectos benéficos que ella hace y el ochenta por siento no existen. Todo este tiempo se a estado robando el dinero destinado a esas obras, cuando la enfrenté me lo negó todo pero las pruebas ya estaban en mis manos, le pedí el divorcio y ella amenazó con quitarme la custodia completa de mi hija.

Jimin dejó salir una risa sarcástica llena de odio.

- Por lo visto dejar a niños inocentes sin sus padres sigue siendo su especialidad - escupió.

Jungkook no respondió y el silencio incómodo se instaló alertando a Jimin.

- Yo...yo lo siento.

- No te disculpes - dijo Jungkook esbozando una sonrisa tranquilizadora, Jimin suspiró aliviado - es entendible tu rencor hacia ella, ahora lo entiendo, pero quiero que seas consiente que eso no te llevará a nada bueno y solo terminarás lastimándote a ti mismo y a terceros - le acunó las mejillas - ese odio solo te convertirá en alguien como ella.

Jimin asintió bajando la mirada, las cálidas manos del hombre aun seguían acunando sus mejillas y se sintió bien, tanto así que el carmesí se apoderó de sus lindos mofletes.

- ya me tengo que ir - informó Jungkook después de un momento.

Jimin asintió y por unos segundos sus miradas se conectaron, se sonrieron cómplices hasta que el mayor se incorporó listo para salir de aquel lugar. Jimin lo acompañó hasta la puerta para despedirlo.

- Cuídate mucho.

- Usted igual - respondió sintiendo aquella extraña sensación rasguñar en lo mas profundo de su pecho, se quedó allí parado viendo como el hombre daba un par de pasos alejándose.

- Jimin.

Jungkook lo llamó al tiempo que se giraba para encararlo.

- ¿mmm?

- Realmente deseo que seas feliz.

- Lo mismo le digo.

Jungkook asintió y solo entonces se alejó desapareciendo a la distancia.

Jimin ingresó a su habitación y las ganas de llorar no se hicieron esperar, había abierto viejas heridas y aparecido unas nuevas. Aquel sábado se dedicó a comer todos los helados con sabor a coco que encontró en la nevera y ver películas de comedia romántica, sus favoritas, todo mientras asimilaba lo ocurrido el mismo día en la mañana. Las palabras de Jungkook flotaban en su mente junto a un eco recordándole su error, por supuesto que lo admitió y por supuesto que se prometió asi mismo a ser alguien mejor. Era momento de superar los dolores del pasado.

Meses después.

- ¿Tannie? Ay no. No,no,no, - Jimin se desesperó y empezó a correr por todo el parque, en su mano izquierda sostenía la correa de la mascota de su mejor amigo y en la derecha su helado de coco - Taehyung me matará - se lamentó al tiempo que volvía a correr después de unos segundos de descanso - ¡Yeontan! - gritó, buscó por un largo rato mas, preguntó a las personas en aquel parque pero todos aseguraban no haber visto al diminuto perro, y cuando estuvo por rendirse y llamar a Taehyung para informarle sobre su desaparecida mascota, pudo identificar el negro pelaje del cachorro a lo lejos, solo que venía entre los brazos de alguien, alguien que se acercaba demasiado rápido como si supiese que el perro en sus brazos le pertenecía. Tragó saliva con dificultad cuando lo reconoció, él también parecía sorprendido.

- ¿Jimin?

Se quería morir.

- Ho...hola - saludó nervioso, forzando una sonrisa en sus labios.

- ¿Cómo haz estado? Pasó mucho tiempo.

- Solo fueron tres meses - si, Jimin había contado cada día desde entonces.

- Bueno, a mi me pareció una eternidad.

Su mirada vagó por el semblante de aquel hombre, lucía cansado pero sin dejar de ser atractivo, su cabello estaba un poco mas largo, con ligeras ondas en las puntas, sus labios se movían seguramente diciendo algo, pero...

- ¿Jimin?

- ¿Eh?

- Te preguntaba si este amiguito es tuyo.

Jimin bajó su mirada hacia el cachorro entre los brazos de Jungkook, saliendo completamente de su ensoñación, asintió.

- Si...si, ¿Dónde lo encontró?

- Estaba en la avenida, vine por unos asuntos de trabajo y me tope con este cachorro, unos niños me dijeron que había alguien en el parque que lo estaba buscando, entonces vine, y la única persona que lucía desesperado queriendo encontrar algo, resultaste ser tu.  

- Wow, realmente gracias, me salvaste la vida - Jimin intentó coger al cachorro y solo entonces fue consiente del helado derretido en su mano, hizo una mueca de disgusto que ocasionó la risa divertida por parte de Jungkook.

- permíteme - Jungkook sostuvo al cachorro con una sola mano y con la otra extrajo un pañuelo de uno de sus bolcillos - Aquí tienes - le ofreció.

Con las mejillas rojas como los tomates, Jimin sostuvo tímidamente el pañuelo que el mayor le ofrecía, caminó una corta distancia hasta un bote de basura y tiró lo que quedaba de su helado y después de limpiarse las manos, guardó discretamente el pañuelo sucio en su bolcillo.

- Puedes tirarlo, Jimin.

Rayos, lo había visto.

- No, lo lavaré y se lo devolveré, lo prometo.

Jungkook solo sonrió y agitó levemente  al cachorro sobre el aire - creo que no está muy cómodo en mis brazos.

Jimin abrió los ojos hasta casi desorbitarlos al ver la corbata del mayor cubierta de baba y mordiscos.

- Lo...lo siento, voy a pagar eso - aseguró de inmediato, sosteniendo al pequeño cachorro entre sus brazos, lo dejó sobre el césped del parque y lo aseguró con su correa antes de volver a encarar a Jungkook. 

- ¿Qué te parece si mejor me pagas los daños causados aceptando ir conmigo por uno de esos helados que comías antes?

Bien, aquello no lo había esperado, Jungkook le miraba expectante a su respuesta y él no hacía mas que enrojecer en cada segundo que pasaba.

Y así ambos terminaron caminando por el parque con sus respectivos helados. Jimin aun se sentía algo nervioso por no mencionar también avergonzado. Ya que su historia con el mayor, no era algo de lo que se sentía orgulloso, quizás meses atrás lo hacía, ahora no.

Los buenos consejos de su psicóloga había influido mucho en su ahora nuevo pensar.

Y así se abrió una nueva página en su historia, una donde inevitablemente Jungkook también era parte, ya que desde ese día, el destino mimoso había cruzado sus caminos, se hicieron amigos, ambos muy consientes del latir de sus corazones pero ninguno hablando de ello, porque ambos tenían dos motivos que les obligaba a no avanzar.

Por una parte estaba una ex esposa y sus constantes amenazas, y por el otro, la inseguridad y el miedo que Jimin sentía ante su pasada historia con el hombre que hacía latir su corazón, Jungkook le había sido infiel a su esposa con él, ¿Quién le aseguraba que algún día no le haría lo mismo con alguien mas? Ese era su temor.

- Suhe no quiso venir conmigo.

Jungkook lucía terrible, terriblemente cansado y estresado. 

- ¿Cómo?

- Desde hace cuatro meses que se comporta distante.

- El mismo tiempo que empezamos a ser amigos - Jimin le recordó, porque si, ya había pasado cuatro meses desde su reencuentro.

- Si, creo que Jieun está manipulando a mi hija.

- ¿Por qué crees eso?

- Porque Suhe me pidió que volviera con su madre y cuando le intenté explicar las cosas, me gritó que era un mal padre... - Jungkook no quería recordar todo lo que su pequeña hija le  había soltado en la cara, su semblante lo decía todo, le dolía demasiado y hasta ahora no podía entender como es que su bebé sabía algunas cosas de las cuales nunca se había hablado delante de ella, por considerarse, "asunto de adultos" solo existía una explicación lógica.

- Sabes que eso no es verdad, tu eres un excelente padre y a mi me consta - un puchero se formó en los labios del menor, Jungkook sonrió enternecido - e insisto Kook, creo que debes ponerle una demanda por la custodia de Suhe, que ella esté haciendo esto no es saludable para la niña, ni siquiera respeta los acuerdos de la conciliación.

Jungkook asintió, agradecido de tener a Jimin a su lado, porque sinceramente era uno de sus motivos para seguir aun en pie,

- Gracias por estar a mi lado Jimin, no se que haría sin ti.

- Seguramente te morirías.

Ambos rieron enfrascándose en un ambiente bastante agradable.

Jimin cerró los ojos ante las caricias de Jungkook sobre sus mejillas, no era la primera vez, pero eran momentos cortos que ambos disfrutaban cada que se daba, sin llegar a mas.

- Se que no confías en mi Jimin - soltó Jungkook acabando así con el agradable momento y la linda sensación en los pechos de ambos. Jimin abrió sus ojos sorprendido - se que temes a que yo pueda llegar a lastimarte si me entregas tu corazón.

- Jungkook...

- No te culpo, ambos cometimos errores, pero una vez tu dijiste que las personas que nunca cambian son aquellas que nunca admiten sus errores. Y yo jamás negué mi falta ¿Qué tengo que hacer para demostrarte que aprendí de mi error y que jamás lo volvería a hacer y menos si se trata de ti?

- Yo-yo... tengo miedo, Jungkook.

- Entonces luchemos contra tus miedos y déjame demostrarte que puedes darme una oportunidad sin temer por tus sentimientos, te quiero Jimin, después de mi hija, eres lo mas hermoso que me pasó en la vida aunque nuestro inicio no se haya escrito de la manera correcta, pero somos humanos y todos nos equivocamos, así como también aprendemos de ello.

Sin poder retener mas sus lágrimas, Jimin las dejó salir y se aferró al cuerpo del hombre que amaba, este le abrazo igual de fuerte que su amor.

- Yo también te quiero.

Y después de tanto tiempo, sus labios volvieron a unirse en un apasionado beso, transmitiéndose todo el amor que se tenían, sus respiraciones irregulares debido a la intensidad cada vez se hacía mas sonoro.

- Todo este tiempo fue una tortura, tenerte tan cerca y no poder besar tus deliciosos labios me mataba - confesó Jungkook en medio del beso, Jimin jadeó y su respuesta fue subirse a horcajadas sobre el regazo del mayor sentado en el sofá y restregarse sin piedad de él.

- Soy todo tuyo ahora.

- Y yo también soy tuyo.

Volvieron a besarse, esta vez hurgando sus traviesas manos entre sus ropas y tocándose sin tapujos, las caderas de Jimin se movían de forma tan exquisita sobre la entre pierna del mayor, Jungkook no podía mas con la dolorosa erección y la fricción que ejercían sobre el haciéndole gruñir complacido y desesperado al mismo tiempo.

Jimin ahogó un gritito cuando sintió su espalda chocar contra la superficie del mullido sofá, pronto el calor se intensificó y el bochorno es sus cuerpos se hizo insoportable juntos al tremendo deseo que pedía a gritos ser saciado.

Ambos cuerpos desnudos, sobre el sofá del departamento del mayor, se reconocían después de tanto tiempo, sus manos se acariciaban mientras sus bocas se comían a besos desenfrenados.

Jimin gimió fuerte cuando sintió la intromisión en su entrada, sus caderas se movieron de adelante hacia atrás tratando de empalarse profundo en el dedo del mayor, disfrutando del delicioso placer que hacía a todo su cuerpo estremecerse.

Jungkook agregó un dedo mas y Jimin se convirtió en una máquina automático de gemidos y jadeos.

- Jung... - jadeó desesperado, sin parar de mover sus caderas - por favor - suplicó.

Nada se comparó con lo que vino a continuación, cuando la gran y húmeda hombría del amor de su vida se hizo pase en su interior llegando tan profundo que lo dejó mareado, sus sentidos se nublaron por el inmenso placer de sentirlo dentro, sus bocas se besaron por milésima vez, mientras la primera estocada era ejecutada haciéndole chillar y arquearse ante la sensación.

- ¡Ooohh, Jung...Jungkook! - gritó su nombre, haciendo que este intensificara mas sus movimientos penetrándolo sin piedad, haciéndole llegar al borde del abismo del placer.

Jungkook le sostuvo las piernas e hizo que las posara sobre sus hombros, ambos deleitándose de sus expresiones en cada penetración.

Jimin era un hermoso desastre y  Jungkook no paraba de follárselo, sus respiraciones agitadas, sus cuerpos bañados en sudor, sus cabellos completamente despeinados, todo era la viva prueba de ello.

Y tras unas estocadas mas, Jimin sintió llegar al cielo y besar cada una de las estrellas allí mismo, mientras sentía como era llenado y segundos después, besado por la persona que tanto amaba.


10 años después

Si había una palabra que podía describir perfectamente a la familia Jeon, ese era ¡Un completo desastre!

- ¡MiJung no te subas al sofá! ¡Eumin cuidado con el árbol! - Jimin corría de un lado a otro persiguiendo a los mellizos de siete años, mientras en sus brazos sostenía al bebé de once meses que no paraba de ser una máquina de baba - Suhe cariño, ayúdame con el bebé - Jimin le habló a la mayor de todos, una linda adolescente de catorce años que estaba mas pendiente de lo que ocurría en ese aparato del demonio que a su alrededor.

La hija de su esposo dejó su celular sobre el sofá y sostuvo al bebé en sus delgados brazos.

- Gracias cariño.

Le agradeció y corrió por los mellizos, necesitaba tenerlos listos antes de que Jungkook llegara del trabajo.

En estas fechas era cuando sus hijos se ponían mas inquietos que nunca y la historia de "Si te portas mal, Santa no te traerá regalos" no funcionaba con ellos, así que era el doble de trabajo tratar de calmarlos.

Media hora después, ya todos estaban listos y Jimin se vio en la necesidad de amenazarlos con quitarles la consola, eso si funcionaba.

- ¡Ya llegué! - la ronca voz de Jungkook se escuchó desde la entrada, Jimin sonrió enormemente con el bebé en sus brazos, los mellizos no tardaron en correr a los brazos de su padre en medio del bullicio de sus propios gritos.

Después de apapachar a sus hijos, Jungkook por fin llegó a su lado.

- Hola mi amor - le saludó mientras un beso era dejado sobre sus abultados labios, de fondo los sonidos de "asquito" por parte de sus hijo. Sonrieron en medio del beso - ¿Cómo estuvo hoy?

- Terminé de escribir los últimos capítulos - Jimin contó muy orgulloso, si, era un escritor súper talentoso y muy reconocido, la mayoría de sus obras se vendían en librerías muy reconocidas alrededor del mundo, su ejemplar mas grande "The biggest love" un libro que contaba la historia de sus hijos y como habían llegado a ser su mas grande amor, remarcando la frase:  "Mis sentimientos no entienden de genética".

- Estoy muy orgulloso - Jungkook le decía aquello siempre, pero jamás se cansaría de escucharlo - ¿Me dejarás leerlo primero?

Jimin sonrió travieso.

La noche llegó y con ella el resto de la familia.

Jimin estaba mas que contento por tener a su madre y a su abuelita en una fecha familiar como la navidad, los niños corrían por el jardín de la casa junto a sus primos, este año le había tocado a Jungkook organizar la cena navideña dentro de la familia Jeon.

El ambiente era uno de completa dicha y felicidad, las risas no se hacían faltar, Jimin miró a su alrededor observando a los niños que no se lastimaran o empezaran a pelear, a lo lejos pudo ver a su niña mas grande, Suhe tenía a su hermano bebé en sus brazos y corría persiguiendo a los otro niños, la amaba, aunque al principio fue difícil ganar su aprobación y mas aun su amor, lo había conseguido. Jungkook había ganado la patria potestad de su hija tras un largo juicio, lo que Jieun había hecho con la niña definitivamente era algo que no pudieron consentir, el proceso de recuperación había sido largo y mas aun Jieun estando en prisión por sus delitos, pero Suhe lo había logrado y ahora era una niña que crecía bien, en un ambiente familiar y nada de manipulaciones, uno donde era escuchada y amada como a sus otros hermanitos.

- ¿Qué tanto piensas?

Jimin saltó en su lugar al verse sorprendido por su esposo, este le abrazada por la espalda apresando su cintura, sonrió cuando sintió un cálido beso en su nuca.

- En nuestra familia - respondió sincero.

- Gracias por todo Jimin, gracias por hacerme el hombre mas feliz del mundo.

- También te amo, Jungkook.




                               FIN

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Y se terminó, muchas gracias por leer.💜

"UNA MORDIDA AL PECADO" T.S (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora