𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

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—¡SHOTO BÁJALE EL VOLUMEN A ESA COSA!

Toda la casa Todoroki se llenaba de la ruidosa música del adolescente quien para hacer enojar aún más a su padre le subió a  la bocina que le habían regalado (gran error ahora que lo pensaban bien) en su cumpleaños número trece.

—¡SHOTO!

Pero ignoraba los llamados, Enji últimamente se había convertí en alguien molesto para aquel bicolor.

—¡Voy a matar a ese niño!

—Mejor voy yo a hablar con él.

La música era especialmente alta y la conocía bastante bien "I'm not okay" de My chemical romance, últimamente sus gustos musicales y de vestir llamaban mucho la atención de ambos adultos.

—Sho, soy yo.

Toco la puerta mientras decía eso, sorprendentemente, pausando la música para escuchar al rubio.

—¿Puedo pasar?

—... Bien.

La puerta se abrió y miró al dueño del cuarto, pantalones negros rotos que dejaban ver medias de red, unas pesadas botas negras, mangas de red que se escondían en la camisa a cuadros que llevaba encima de una playera negra de una banda que no conocía bien.

—Pasa.

Se hizo a un lado para dejar entrar a su tutor quien miraba con ciertas curiosidad el enorme contraste que había en su habitación, por un lado, el espacio y el mar inundaban sus repisas y paredes, por el otro  era como entrar a una habitación de un emo de los años 2010, usualmente familiar para aquel hombre.

—¿Qué pasa?

—Mira, nunca te eh dicho que quites tu música o uses audífonos porque realmente me preocupa a veces ver tu lista de reproducción en YouTube y Spotify pero- ¿Podrías bajar solo un poco el volumen? Sabes que a tu padre no le gusta que escuches tan fuerte tu música.

—¿Te molesta a ti?

—No realmente-

—Entonces no veo un problema real.

—... Sho, por favor, solo un poco más bajo, que no se escuche en la sala de la casa al menos.

Giro los ojos con una expresión molesta pero entonces cambio a una extraña mueca de aceptación.

—Bien.

—Y también, ya está la comida, extraño que comas con nosotros.

La amable sonrisa del rubio fue suficiente para que cualquier excusa que estuviera a punto de decir se detuviera en su garganta.

—¿Hiciste Curry?

—Sí, tal como te gusta.

—Genial, ya bajo.

Y salió de su cuarto cerrando la puerta, escuchando como la música volvía con un volumen más decente.

Regreso a la sala principal y se encontró a un irritado pelirrojo quien veía con molestia al rubio.

—... ¿Hice algo mal?

—¿Cómo logras que te escuche? Yo le puedo estar hablando por horas y solo me ignora.

Soltó una suave risa y contestó aquello.

—Ya sabes, son mis poderes de padre.

Minutos después los tres comían en silencio con la televisión en el fondo y una calmada brisa que entraba por las ventanas que daban al jardín.

Un agradable tiempo en familia.

Hasta que el teléfono del mayor sonó.

—Un minuto.

Se alejó de la mesa y salió al jardín, debía ser algo importante y algo que lo estaba haciendo enojar.

—Y... ¿Cómo va tu escuela Sho?

—Bien, deberías saberlo, fuiste tú quien firmo mis calificaciones de este año.

—Ah, cierto... ¿Y tus amigos?

—Pues, creo que bien, Bakugo e Izuku entraron a la competencia de Basquetbol y Kirishima consiguió una beca para la universidad por ser boxeador, Momo y Jirou ganaron la competencia de robótica y Momo le dedicó su triunfo a Uraraka.

Sus ojos aún miraban al hombre mayor quien con enojo respondía a quien sea que esté al otro lado del teléfono.

—... Genial.

Después de casi diez minutos de discusión vio cómo colgaba y regresaba a su asiento sin mediar palabra, terminando su comida rápidamente y levantarse para irse.

—¿A dónde vas?

—Problemas en la empresa, volveré más tarde, los amo-

—Viejo.

Golpe bajo del bicolor a estas alturas.

—¿Si?

—¿Puedo salir con Bakugo e Izuku al rato?

Podría decirle que no, que estaba castigado por ser un niño prepotente y grosero pero ¿Qué haría aquí metido un adolescente? Y de todos modos, sabía que escaparía le dijera lo que le dijera.

—Claro, solo llega antes de las doce y no tomes nada.

Ninguno de los adultos lo noto, pero el rostro de Shoto de repente se vio molesto, no importaba lo que hiciera, jamás lograba hacer que su padre se preocupara por él, sabía que ni siquiera conocía a sus amigos, por Enji si esos dos eran vagabundos le daba exactamente igual a su parecer, bueno, al menos podía ver a todos de nuevo hoy.

Ayudo a Keigo a levantar la mesa, lavo los trastes, hizo algunas tareas domésticas y a las siete en punto tomó sus llaves y su chamarra.

—... Nos vemos al rato papá.

—Ve con cuidado Sho.

Y así se quedo solo en casa, como siempre.

྿𝙁𝙖𝙢𝙞𝙡𝙞𝙖፠[𝙀𝙣𝙙𝙚𝙝𝙖𝙬𝙠𝙨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora