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Shoto estaba tirado en medio de su habitación, la cual por si sola era un desastre, Keigo estaba abajo tratando de calmar a Enji y él buscaba como escaparse esa noche de casa, Dios estaba tan cansado de todo esto, no quiso ser una mala persona y gritarle así a Keigo, tampoco quiso hacer enojar a su padre.

Jamás borraría de su subconsciente esa mirada al borde de las lágrimas cuando le grito que no era su padre real y dejara de meterse en su vida como si tuviera el derecho.

Fue cruel, lo sabe, pero no pudo disculparse porque Enji empezó a gritarle y regañarlo, aun cuando hizo llorar al rubio, este se metió a defenderlo y dejar que se fuera a su cuarto.

Miro por un rato más la ventana, antes de decidir tomar su teléfono, su cartera, audífonos, mochila y su skate para huir esa noche a un lugar más tranquilo.















—¡TE ASEGURO QUE SE LARGO KEIGO! Ni siquiera va a bajar a disculparse.

—Lo sé pero solo está alterado, sabes que últimamente tiene más estrés y bueno, tal vez debería dejar de ser tan molesto.

—Eso no importa, no tiene porque tratarte así.

Un suspiro dio por terminada la pelea y con ello las lágrimas de Keigo escapaban por sus ojos, mientras los grandes brazos de su marido lo rodeaban, fue muy difícil no llorar o contestarle a aquel chico, pero en su corazón sentía que tenía razón, Shoto no era su hijo biológico y lo entendía, no importa por cuánto tiempo cuido de él, jamas remplazaría a su madre real.

—Vamos a sentarnos en la sala y hablar de esto.
























—Shoto, es un placer tenerte aquí.

La amable sonrisa de Inko provocó un sentimiento bastante agridulce en su ser.

—Gracias por dejarme quedar estar noche.

—Oh, no es nada, me alegra que Izuku tenga amigos tan cercanos, lamento no tener cena pero-

—No se preocupe por eso, comí antes de venir.

Mentía.

Pero haría cualquier cosa por ver a esa mujer tranquila.

—Oh, me alegra escuchar eso, cualquier cosa que necesiten estaré un rato más en la sala.

Y se fue, dejando que ambos adolescentes tuvieran privacidad.

—Maldita sea si vas a venir dime antes Shoto, mi cuarto es un desastre y-

Las palabras se quedaron atoradas en su garganta al ver a su amigo tratar de no llorar.

—¿Qué pasa?

—Me siento como una mierda.

Desquitó todo su enojo con su padre, enojo que no sabía que existía, jamás quiso tratarlo mal, pero, últimamente habían hecho una comparación que lo lastimó, dijeron que Keigo era el equivalente de una madre para Shoto.

Eso era una mentira, nadie podía ser su madre, nadie excepto Rei, la recordaba a la perfección, pero eso no le daba el derecho de tratar así a aquel hombre.

—Hey, hey, todo estará bien ¿De acuerdo?

Asintió aun cuando no se lo creía ni el.

Mañana vería como disculparse.























Izuku le prestó ropa para que se cambiara, usaban estilo muy diferentes y este fue el momento donde lo hicieron más claro. Mientras Izuku todos los días usaba unos pantalones holgados de mezclilla con unos tenis negros o blancos y una playera de algún color neutro, el estilo de aquel bicolor era más llamativo, pero esta vez tuvo que adaptarse, aceptando la musculosa blanca y el pantalón negro que le ofrecían.

྿𝙁𝙖𝙢𝙞𝙡𝙞𝙖፠[𝙀𝙣𝙙𝙚𝙝𝙖𝙬𝙠𝙨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora