pasado

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— ¿Le gusta señor Bob? — exclamó un pequeño niño mostrando un dibujo.

— somos nosotros, yo soy el capitán y usted es mi ayudante — el niño saltaba de la felicidad.

— esta muy lindo, ¿tu lo dibujaste? — un tipo gordo que se encargaba de hacer las hamburguesas en aquella fiesta le respondió.

— si, que bueno que le guste— el niño se mostraba feliz.

Aun más por que era su cumpleaños número 8, solo que apesar de todos los niños que estaban cerca, prefería irse con aquel tipo.

—¿no crees que sea mejor irte a jugar con niños de tu edad? — Bob pregunto con una sonrisa nerviosa.

— si pero, es que ellos solo están aquí por que mi mami los invitó, yo no me llevo muy bien con ellos — declaró mirando apenado a otro lado — además, contigo me la paso mejor — finalizó mirando al hombre con una gran sonrisa, sonrisa que le iluminaba el rostro.

—Bueno, eso me halaga, pero no creo poder jugar contigo — le dijo aún con la sonrisa — así que mejor ve a jugar, cuando me desocupe regresas.

— ash, bueno, ya voy — dijo el niño tomando sus juguetes y dibujos regresando al lugar de juego con una cara algo enojada.

Bob realmente adoraba a ese niño, lo quería tanto, quizás más de lo que un adulto como el debería, estaba mal pero no podía evitarlo, el pequeño era muy encantador.

Recordaba el primer día que lo había conocido, justo hace un año.

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Un hombre joven se encontraba en su puesto de trabajo, ahora el era el encargado, y se sentía muy bien con ellos.

En el local se festejaba el cumpleaños de un pequeño niño, niño el cual se había extraviado, y esta vez no había sido su culpa.

Su miedo al descubrir su bodega secreta comenzo a nacer, tenía que encontrar a ese niño antes de que ellos encontrarán su bodega, así que con rapidez comenzo a buscar al niño.

Estuvo así por unos minutos, hasta que se adentró hacia su pequeño tesoro, sin saber que encontraría uno nuevo.

El pequeño yacía en el piso, con lágrimas en los ojos y un pequeño peluche al lado de el, llorando de una manera tan cruel que a cualquiera le partiría el corazón.

Su idea principal era matarlo y guardarlo en la bodega, creando alguna cuartada de que el niño se escapó y salió del local, solo que verlo ahí, tan vulnerable, tan roto, no podía, no debía, le recordaba tanto a el, y se negaba a ver que alguien como el pasará lo mismo que el.

—Hola niño — se acercó con cuidado arrodillandose para estar a su altura, solo que aún así terminaba siendo más grande que el —¿estas perdido? — le dio una pequeña sonrisa sincera, extendiendo su mano en el acto.

El niño no respondió, solo cubrió su rostro y se envolvió en si mismo comenzando a llorar nuevamente.

—Tranquilo, no te voy a hacer nada, todo está bien — se acercó un poco más al pequeño, el cual comenzaba a ceder— ¿como te llamas?, yo me llamó Bob — pregunto con una sonrisa al ver que el niño se había volteado a verlo.

—M-me llamo Y/N — dijo con una voz quebradiza, tenía rato llorando.

—Lindo nombre pequeño, bueno, ¿quieres regresar o me quieres contar por qué estas aquí? — pregunto con cuidado de no decir algo mal.

-ESTOCOLMO¡!   [Male Reader X Bob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora