Chapter 1.
Estadio Lusail (Al Daayen). 12:30 am.
La euforia inundaba su cuerpo al mismo tiempo que los cantos de la afición inundaban el imponente estadio. Levanto las manos hacia los hinchas, incapaz de decir algo, solo demostrando lo feliz que estaba justo ahora. Lágrimas picaban en sus ojos, meramente de alivio por haber logrado la victoria que lo mantenía con vida aún en el mundial.
El primer partido había sido un tremendo desastre que los tomo con la guardia baja, el marcador final los ponía en último lugar del grupo, lo que ponía una soga al cuello de Argentina, perder contra México sería perderlo todo. Había estado tratando de ocultar la bronca que el primer partido le había generado, se suponía que él era un líder ahí, debía mantenerse firme y dirigir al resto de los seleccionados, y si ellos lo hubieran visto con tal conflicto por perder, los habría hecho sentir aún más culpables de lo que seguramente se sentían.
Es por eso que está victoria significaba tanto, nada estaba resuelto, pero ahora podían respirar y enfocarse mejor. A la mierda todo lo demás, habían ganado y merecían reír y gritar después de todo. Tal vez una cena o una reunión donde todos podrían levantarse el ánimo y hacer bromas, como usualmente se hacía antes de la derrota contra Arabia.
Sintió el agarre en su camisa, Alexis que estaba igual de feliz que el, por la ensordecedora sonrísa que le partía la cara, le indico que ya debían entrar a los vestidores. Camino junto a él, dándose la mano con los árbitros y algunos jugadores de la selección mexicana, trato de apaciguar su sonrisa, por respeto al rival que perdió. Termino de estrechar manos con Moreno y hecho una última mirada al campo, que ya se estaba vaciando.
Cuando vio el destello rojo, Ochoa seguía de pie en la portería, sus manos estaban en su cintura y tenía la mirada hacia el suelo, no podía ver su cara, pero era claro que solo había tristeza. Empatizaba con el, despues de todo, leo sabía perfectamente lo que era sentirse culpable por la pérdida de tu equipo.
No sabe que lo impulso, pero comenzó a dirigirse hacia el arquero, había algo en su pecho que le pesaba solo de ver al otro de esa manera, avanzó unos cuantos pasos repasando que le diría, tal vez unas palabras ayudarían o un abrazo, o un palmada en la espalda, ya lo averiguaria.
─Eh! Leo, ¿Donde vas? Dale, que tenemos que entrar, luego el míster se complica. ─ Guido lo jalo del brazo, llevándolo de vuelta hacia la entrada de los vestidores, leo se lamento pero el otro tenía razón, Scaloni tendría algo que decirles, lo mejor era no hacerlo esperar.
Ya hablaria con Guillermo más tarde, con suerte.
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Como esperaba, la charla que el míster les dio fue sentimental, disfrutaron de los elogios y dieron todo por terminado. Leo estaba cansado, el estrés y la preocupación de los días anteriores ya se empezaban a sentir, quería llegar al hotel y descansar durante horas.
Pero antes, debía hablar con alguien. Sin hacer ruido salió de su lado de los camerinos, la mayoría estaba tomando una ducha o hablando por teléfono con familiares, menos de Paul, el seguramente estaba hablando con Tini.
Camino por los pasillos hasta llegar a los que debía ser el lugar de la sección de México, esperaba que no hubiera mucha gente por que sería raro que el estuviera en sus bastidores solo para "hablar" con Ochoa. Limpio sus manos en su pantalóneta, ¿Estaba sudando? ¿Por que estaba sudando?
Se adentro en el lugar que estaba muy callado, se sorprendió de ver el lugar prácticamente vacío, solo habían unas cuantas pertenencias de alguien en uno de los banquillos, seguramente todos habían querido salir lo antes posible de ahí, los entendía.
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I've got my eye on you.
RomanceLos rumores sobre la cercanía de Messi y Memo Ochoa llegan hasta los oídos menos felices, reviviendo viejos sentimientos y sacudiendo los muros que fueron construidos antes. ¿Que tan ciertos son estos rumores? ¿Un nuevo comienzo o Recordar los buen...