-Si sostienes mi mano puedo triunfar, tratando de volar miraré tu sonrisa y ganaré contra un ejército o diez, caminaremos en la eternidad sin saber donde acabar, porque si me acompañas te acompañaré-. La voz de Jin sonaba calmada mientras preparaba comida esa tarde, Koya lo observaba sentado en la mesa en su tamaño más pequeño-. Si me sigues, yo te guió, mantendré tu mano entre las mías, cada día, cada segundo, no la soltaré jamás...
Miró al pequeño animal extender sus brazos para que lo cargara, con una sonrisa lo tomó en su mano y lo colocó en su hombro, con el poco tiempo que llevaban juntos se acostumbró a moverse con libertad sin que el pequeño koala se cayera.
-Hoy vienen los chicos, se quedaran a ver una película-. Habló con una sonrisa y el koala asentía a todo lo que decía o tocaba su oreja cuando el humano no lo veía-. También vendrá otro amigo mío, no lo conoces pero te agradara.
El pequeño animal pudo notar el suspiro al terminar de hablar y algo lo incómodo, ¿Quien era ese humano desconocido que iba a venir? Nunca vio al humano con alguien que no sea esos tres humanos de siempre, tal vez alguna palabra intercambiada con sus profesores o algunos compañeros, pero de ahí a más, nada.
-¿Koya?-. Jin se preocupó al no sentir respuesta del animal-. ¿Estas nervioso por eso? No te preocupes seguro te agradara, es alguien genial y muy amable.
El koala asintió y no hizo otra cosa, lo cual Jin asumió que era por el nerviosismo de conocer a otra persona cuando el no lo hacia mucho, aunque si le hubiera puesto atención hubiera notado que no se comportó tan desanimado cuando conoció a sus otros amigos, tal vez porque con ellos no le avisaron que se conocerían y ellos tenían a otros como él.
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La pequeña reunión de amigos había comenzado hace casi una hora, el otro amigo de Jin, Jaehwan también había llegado a sumarse al grupito, él quedó fascinado por los pequeños acompañantes, como explicaron que se referían a ellos en general pues que individualmente los llamaban por su nombre.
Todos los pequeños se mostraron bastante dispuestos a relacionarse con el nuevo humano, todos excepto Koya. Siempre hay uno al que no le caes bien, típico.
Cuando, el llamado Ken, intento tocarlo este cambio de tamaño por uno más pequeño y trepó el brazo de Jin hasta llegar al bolsillo superior delantero, se metió ahí y se quedó mirando al desconocido con desconfianza.
-¿Eso es normal?-. Ken miraba al animal muy confundido por su cambio de tamaño.
-¿Que te ignore y no le agrades o que cambie de tamaño?-. Yoongi bastante divertido con el tema habló para molestarlo.
-La que sea, ¿Es normal?-. Ken dirigió su vista a Jin quien miraba extrañado al Koala hecho bolita en su bolsillo, ambos estaban confundidos respecto al tema aquel.
-Es normal-. Habló dejando de prestarle atención al koala-. Koya suele ser muy tímido cuando conoce a nuevas personas-. Tres de sus amigos lo miraron confundido con sus palabras, el koala no se comportó así con ellos, tal vez si era por los otros tres pequeños-. Y también el que cambie su tamaño, es normal, también se le salen las orejas, todos hacen algo distinto, por ejemplo, Tata puede estirarse y cambiar de forma.
El humano, según Koya, intruso miraba a todos los acompañantes demasiado maravillado con sus habilidades.
-¿Y Cooky y Chimmy?.
-Cooky puede adivinar cosas, tú puedes estar a punto de caerte y él lo sabría, pero no te lo diría-. Habló el humano de Cooky, Yegyeom-. Algo así como ver pequeñas cosas del futuro pero todo es relativo, puede cambiar cualquier pequeño detalle y alterar lo que el sabe.
Ken dirigió su vista a Yoongi quien tenía a Chimmy jugando en sus piernas.
-Este perro es condenadamente adorable, podría convencerte de matarte sólo mirándote. Su adorabilidad no te deja pensar.
Asintió y tomó nota mental de no hacer molestar al perrito, el perro era peligroso, anotado.
Cuando la hora de comer llegó Koya volvió a su tamaño normal y fue hasta la mesa, realmente estaba hambriento.
Estaba esperando a que Jin llegará con la comida cuando notó un olor, que para él, no era agradable.
-Prepare Jjapchae. Esperó que les guste.-¿Preparaste mi comida favorita?-. Ken había preguntado como si no se lo pudiera creer-. Gracias Jin-. Su sonrisa, su gran sonrisa molesto a Koya, y ni hablar del ligero sonrojo en el rostro de Jin, es lo que más le molesto.
¿Por que se avergonzaba? El otro humano sólo le hizo un cumplido simple, si Koya pudiera hablar le haría cumplidos mejores, o al menos eso pensaba él, también le agradecería por dejarlo dormir con él y una infinidad de cosas distintas.
Koya bajo de la mesa llamando la atención del pelinegro que lo cuidaba, y Jin, Jin se dio cuenta de algo muy importante. El koala odiaba el Jjapchae, y a él se le olvido, generalmente Koya odiaba todas las verduras sofritas.-¿Que te ocurre Jin?-. Hoseok lo miraba curioso, pues parecía ser él único que había notado lo que realmente paso.
-No, no es nada-. Le mostró una sonrisa sin poder convencer realmente al pelirrojo.
Por otro lado el pequeño conejo bajo sus orejas sin nada de animo, no comió o jugo con los pequeños y su humano.
🌺✨
Koya llevaba tres, ¿Cuatro ?, horas encerrado en el cuarto de Jin, estaba entremedio de las almohadas escuchando el ruido que venía de la sala.
Tres o cuatro horas en las que Jin no se había acercado al cuarto, aún sabiendo que Koya estaba ahí.
El koala estaba seguro de que Jin sabía que estaba ahí, ¿Por que tardaba tanto en ir?.La sola idea de que a Jin ya no le importaba hizo que el corazón del koala se apretaba. El no quería separarse de Jin, no quería separarse de nadie otra vez.
Sus ojos picaban y las lágrimas no tardaron en hacerse presentes.
Jin había roto su promesa, Jin le había mentido y de la peor manera, el koala se sentía traicionado, por lo único que tenía, lo que más apreciaba lo había dejado cuando lo necesitaba, era demasiado para su pequeño corazón, era demasiado para siquiera razonar un poco.Los ruidos de la sala dejaron de hacer eco y el silencio reino en la habitación, un silencio muy doloroso para el animal.
La puerta fue abierta dejando ver a un Jin más sonriente que nunca.
-Ay Koya, fue tan divertido, te perdiste de mucho la verdad, los pequeños se divirtieron y...-. La sonrisa de Jin se borró cuando miró al koala hecho bolita y con los ojos llorosos-. ¿Koya...? -. Se acercó a él con calma, con temor de asustar al pequeño.El koala se mantenía quieto, y Jin sentía que lo juzgaba con la mirada, ya conocia lo suficiente esos ojos oscuros para saber que pensaba o que sentía.
-Koya -. Lo llamó con la voz tan firme y suave que pudo obtener-. Lo lamento...
Jin podía sentir el dolor del pequeño y lo entendía, tan sólo la noche anterior había prometido estar con él y ahora lo había dejado sólo, olvido al pequeño sólo por hacer la comida favorita de su amigo, si tan sólo lo hubiera recordado, si lo hubiera hecho podría haberle preparado algo más y él no se hubiera sentido desplazado, aunque tal vez ello no haya sido lo suficiente.
Acarició la cabeza del koala con cuidado de no mover y provocar la caída de sus orejas.
-En serio lo lamento-. Si tan sólo lo hubiera seguido cuando se fue, si hubiera recordado... Si hubiera estado con él.
Tomó al pequeño animal entre sus manos y lo acerque hasta su rostro. El pequeño aún lo veía con dolor. Jin cerro sus ojos para no ver la expresión lastimada que tenía, acercó sus labios a la frente de Koya y sintió como este se removía incómodo.
-Lo siento Koya-. Aún con los ojos cerrados Jin dejó un pequeño beso en la frente del animal a pesar de que este le demostraba que los besos no eran de su agrado.
Un peso en la cama y como sus manos fueron separadas hizo que abriera sus ojos, sólo para sentir como un par de manos se apoyaban en sus hombros y lo empujaban haciéndolo caer.Jin se vio incrédulo, por primera vez impresionado y confundido.
-¡No te me acerques!-. Resonó en toda la habitación pero claro que no había sido Jin.6
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Cómo un cuento de hadas.
Fanfiction-¿Y un beso de amor verdadero?-. Pregunto con emoción en sus palabras. -¿Qué es esto?, ¿Un cuento de hadas?-. En su voz había burla, no la suficiente para que llegara a ofender al mayor. -Tu estas hechizado, tu dímelo-. Dijo con burla queriendo imit...