Pov Christrian
Cuando entra al cuarto su cara es todo un poema, dos unos pasos adelante y yo los doy detrás de ella.
Va tocando las fustas que están colgadas con las yemas de sus dedos va tocando cada una de ellas, cuando ve los bastones se sorprende al verlos.
– Di algo.- mi voz parece una suplica.
–¿Te lo hacen?
– No, yo lo hago a mujeres que les gusta que se los haga.
–¿Tu...tu eres un sádico?.- me dice horrorizada.– No, no soy un sádico, soy un dominante.
–¿Un dominante? ¿Que significa eso?
– Que me gusta que se rindan ante mi para todo.
–¿Que?
– Si, como una sumisa. Si te quieres irte te entiendo, el helicóptero está listo para que te vallas.
–¿Quien te dijo que me quería ir?
–¿Enserio?
– Enserio.
Caminó a ella, le ofrezco mi mano y la toma.
Cierro la puerta y la vuelvo a llevar a la sala.
– Ahora te voy a contar lo pasa con Leila.
–¿La chica de pelo castaño?
– Sí.
Se sienta en uno de los sofás y yo me arrodilló en frente de ella.
–¿Que es lo que pasa con ella?.- me pregunta.
– Leila y yo nos conocemos desde que ivamos en Harvard.
– Sí.
– Antes yo me drogaba y tomaba, en ese entonces yo salía con Leila, pero no la tomaba muy enserio.
Ella asiente con la cabeza y me mira con dulzura, creó que eso termina cuando sepa la verdad.
– Ella quedó embarazada, vivía conmigo en mi departamento ese día tenía que hacer la tesis para la Universidad, ella tenía ocho meses de embarazó.
–¿Y qué pasó con el bebé?
– Voy al punto.
Ella asiente y mis ojos se ponen cristalinos.
– Todo lo que mandaban sus padres se lo quitaba su dinero y compraba droga.
– Oh cariño.
– Le quitaba el dinero a una mujer embarazada, Ana, embarazada.- mi voz se quebra.
– Vamos cariño dime.
– Su nombre era Sammy, iba a ser una niña, ese día yo andaba pasado de coca, le había quitado su dinero y había ido a comprarla, ella quería que pasaramos más tiempo juntos, teníamos sexo, pero no es lo mismo, yo no sentía nada por ella, cuando regresé no fui a verla ni nada, había llegado y estaba cansado y me dormí en el sofá, a la madrugada ella...
Las lágrimas brotan de mis ojos sin poder detenerlas.
– Vamos cariño, no cambiará nada de lo que siento por ti.
– Bien...cuando llegué y la vi, ella tenía sangre por todos lados, no sabía que hacer, ya en el hospital me dijeron que el bebé había muerto...
Mis lágrimas siguen saliendo y ella me abraza.
– Yo la maté Ana, yo maté a Sammy, yo maté a mi bebé.- sigo sollozando.
– Tu no la mataste Christrian, no ha sido tu culpa.
– Si, si ha sido, si yo me hubiera fijado en su habitación Sammy estaría bien.
– No, no fue tu culpa.
– Por eso mantengo a Leila.
– Pero Sammy no murió por tu culpa.
– Sí, por eso tengo el tatuaje, eso quiere decir SAMMY, yo la maté.
– Que no entiende lo.
La miró, ella me mira con dulzura, ella sigue aquí.
–¿No te has ido?.- le digo y limpió mis lágrimas.
– No y no me voy a ir, por que se que no la mataste y que tu querías lo mejor.
– Oh nena.
– Ven aquí grandote.
Me lanzó a sus brazos, pongo mi cabeza en su pecho, mientras ella enreda sus dedos en mi cabello y me dice cosas lindas al oído.
Hola. Hola. Aquí yo.
Esperó les guste, ¿que pasará con estos dos?
Dejen sus comentarios y sus estrelitas por favor :)
Gracias por su apoyo ♥ Los amo :3
Nos leemos el sábado :3
«MIMI»
![](https://img.wattpad.com/cover/38044383-288-k463407.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Nuestra vida juntos
RomanceHoy regresaré a Seattle, hace mucho tiempo que no estoy haya. Hace mucho tiempo que no veo sus ojos y su hermosa sonrisa como aquel día en el que éramos adolescentes. Mía mi gran amiga la volveré a ver de nuevo. ¿Que pasará si no se acuerda de mi? ¿...