Fairytale | Luckity ♡

El cuento de un royal: Quackity

Era una mañana agradable para la escuela Karmaland, las vacaciones habían terminado y todos estaban ansiosos por el Día de Legado, Quackity era uno de ellos.

-No puedo esperar a firmar ese libro, y la cereza del pastel... ¡poner la batalla en marcha!- Exclamaba el pelinegro, entusiasmado, Alexby lo volteó a mirar con el ceño fruncido.

- No entiendo porqué te emociona tanto, Quackity. - Dijo Alexby, había estado escuchando al menor por todo el verano y no hablaba de otra cosa que no fuera esa batalla, Luzu era un chico agradable, daba miedo aveces pero era amigable, ¿No tenía miedo de que alguno de ellos muriera?

- Sé que puede sonar un poco mal pero haría lo que fuera por obtener mi gloria, aunque claro, extrañaré mucho a Luzu cuando llegue el gran día, es alguien más pacífico de lo que esperaba y no se siente correcto, ¿Sabes?- Dijo Quackity con un tono más melancólico, debía de aceptar y admitir que esto no era fácil como lo hacía ver, en el fondo le dolía que las cosas tuvieran que salir así pero era la única opción.

- Si te hace sentir mejor, aún falta un año para eso, piénsalo bien niño pato. - Decía Alexby para alentar al menor, talvez no le gustaba la idea de Quackity y Luzu enfrentándose a final de año, pero el híbrido pato no iba a cambiar de opinión amenos que pasara algo muy jodido para hacerlo.

Los chicos llegaron a la escuela, se abrieron las puertas, e inmediatamente mucha gente fue a recibir al pelinegro, ser hijo de los dioses celestiales era tener popularidad garantizada, aunque a Quackity no le gustaba ni interesaba mucho eso.

Vió a un chico musculoso de piel morena con cabello café castaño acercándose para sacarlo de toda la multitud, era Sapo Peta.

- Hola Quackity, ¿Cómo estáis?, ¿Estás listo para este año tan especial?- Preguntó, Quackity sonrió.

- Este año estaré muy ocupado con el Día del Legado y las clases de combate, pero don Quackity es el mero mero, claro que lo estoy. - Dijo el chico para seguir caminando hacia su casillero, que justamente estaba a lado del de Luzu, hijo de los dioses oscuros y el principal villano de su historia.

- ¡Hola Lusu!, ¿Cómo estás?- Preguntó el híbrido pato, Luzu lo volteó a mirar, algo sorprendido y nervioso a la vez.

- Muy bien Quackity, gracias.- Dijo el castaño con cortesía, Quackity empezó a morderse el labio, no sabía si lo que iba a decir sería del agrado del castaño, que seguramente no.

- Eh... Bueno, ¿Este año vas a firmar el libro? Es decir, he oído que no quieres hacerlo.- Dijo el pelinegro, Luzu desvió la mirada, incómodo, Quackity maldijo en su mente, enserio lamentaba ese momento tan incómodo.

- Bueno... Eh... Digamos que no me siento preparado para ello, digo, no me considero el más malvado como mis padres.- Explicó Luzu, incómodo por hablar de esto, Quackity asintió, intentó remediarlo por alentar al chico de ropa negras.

- ¡Pero tú eres el chico más malvado que existe! Créeme, de lo que te tienes que preocupar es de vencerme en el día de la batalla.- Dijo Quackity haciendo una pose de pelea, Luzu rió suavemente por ese acto.

- Lo veremos, Quacks.- Dijo Luzu mientras miraba al chico con aprecio, Quackity igual lo hizo, sintió una punzada en su corazón, el castaño se ve tan buena persona pero... No, tenía que concentrarse en su final feliz.

- B-bueno, es mejor que me vaya a clase, tengo que aprender acerca de magia blanca.- Dijo Quackity mientras se iba un poco avergonzado a su salón, aún era temprano pero es mejor ser puntual, Rubius llegó y se sentó junto a él.

- Escuché y ví esa escena, y como tu amigo, debo recomendarte que si una pelea a muerte es lo que quieres, no te encariñes tanto con él, ya sabéis, para no joder toda tu estrategia. - Decía el oso mientras le golpeaba suavemente el brazo a Quackity con su codo, éste lo miró con algo de enojo.