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Era una hermosa mañana, en lo que se puede decir, en donde se presentaba un entorno tranquilo, pasivo y silencioso, en el cual solamente se apreciaban las hojas de los árboles de diversos colores cayendo, el viento a los alrededores, y todo parecía tener un tono anaranjado y rojizo. Pero dicha mañana se vio interrumpida por un gran estruendo.

- ¡ALÉJATE DE MIS COSAS, RATA ASQUEROSA! - se hizo presente un grito en la habitación.

- ¿POR QUÉ NO ME OBLIGAS? ADEMÁS, ¡ESTO ES MIO, MALDITO PUERCO ESPIN! - se escucho otro grito dentro de aquella habitación.

- Maddy, Tobi, ¿No creen que sería mejor hacer las paces y calmar las mares? - cuestiono un castaño, con temor de salir lastimado de aquel disturbio.

- ¡NO! - gritaron al unísono dos de los tres presentes.

Se siguieron escuchando más gritos y golpes por toda la casa durante el resto de la mañana, pero al parecer alguien más se había sumado a la pelea.

- En primer lugar ese es mi cepillo - reclamo disgustado el menor. - Y en segundo lugar, ¿Por qué están peleando en medio de la sala? Anormales - responde con cierto fastidio en su voz.

- Tu cepillo, tu cepillo, ¿CÓMO QUE TU CEPILLO? SI ES EL MIO, o al menos hasta que esa rata lo usara - responde con desagrado el más alto.

- Cállate, claramente era el mío, y ustedes lo quieren tanto que por eso dicen que es de ustedes - exclama el albino con arrogancia.

- Pero que dicen, el azul era el mío, bien claro lo dijimos la vez pasada - habla de nuevo el menor de los presentes.

- Mira Obito, cállate, que ese es el mío, el tuyo era el morado - responde con fastidio el azabache.

- Pero el morado es el mío, imbéciles - dice alguien más para unirse a dicha pelea.

- ¿Cómo que el tuyo? Sí ese me pertenecía a mí, Sasuke - habla Itachi para aparecer en medio del estruendo.

Y así, se sumaron tres más al conflicto que en un principio era de dos.

- ¡ALTO! - grita ya cansado de todo esto el moreno que llevaba desde yacía bastante rato sentado escuchando la discusión. - Alto, miren al punto hasta el que han llegado, solo por un simple cepillo de dientes, han estado toda la mañana discutiendo - menciona para después sobarse la sien.

- ¿¡TODA LA MAÑANA!? - pregunta algo alarmado Obito para después acercarse a Hashirama. - ¿Qué hora es? -

- Las una de la tarde, ¿Por qué? - le responde Itachi con algo de intriga.

- Quedé de verme con mis compañeros en el parque a las dos de la tarde -

- Ah, bien, ¿Querés que te lleve? - pregunta dudoso el más alto.

- No, gracias - responde divertido el más bajo - Creo que puedo ir solo, pero si me recoges no me enojaría - habla entre risas para salir de la habitación - ¡Adiós! - se despide el menor para cerrar la puerta e irse.

El resto de la familia optó por no seguir discutiendo y mejor comprarse otro cepillo de dientes para marcarlo.

- Detesto llegar temprano, nadie nunca es cumplido - alega internamente un albino de aproximadamente dieciséis años mientras se acomoda bajo de un árbol a leer.

- Parece que llegue a tiempo o muy tarde - exclama un pelinegro que se encuentra algo agitado de tanto correr, para después fijar su vista en el albino que se encontraba bajo de un árbol - Ese es... ¿Kakashi? - decidido se acerca al árbol pero parece que el otro no se da cuenta de su presencia - ¿Qué lees? - pregunta divertido mientras le quita el libro de las manos y sale corriendo.

- ¡Obito! - grita el otro presente para ir corriendo tras de el mencionado - ¡No lo leas, dámelo! -

El Hatake siguió persiguiendo a su amigo hasta que lo perdió de vista, pues el pequeño azabache se había adentrado a lo que parecía ser una casa abandonada, al parecer estaría un largo rato en ese lugar, así que se puso cómodo y se sentó en el suelo para leer aquel libro.

- ¿Qué es lo que tanto lees? Eh Kakashi - interrogo con algo de modestia para seguido abrir el libro y empezar a leer.

Ojeo el libro y se centró en una página al azar, pues no tenía experiencia con ese tipo de libros, y nunca antes había leído uno para tener un contexto de lo que tratase, empezó a leer un párrafo de la lectura escogido, pero a medida que iba avanzando en la obra, se iba percatando de que no era nada parecido a lo que él esperaba, y mucho menos algo parecido a lo que leía comúnmente Kakashi, había vivido engañado durante mucho tiempo.

- Pero que rayos lee Kakashi - susurra algo desconcertado Obito, para cerrar el libro de golpe.

Estaba a punto de levantarse del suelo, hasta que escucho un gran estruendo que le hizo detenerse en el intento, se quedó callado para percibir algún ruido, y fue entonces cuando escucho algunas pisadas provenientes desde dentro de la casa, lo cual significaba que no estaba solo...

- Tengo que salir de aquí, ¡Ahora! - pensó alarmado el Uchiha, para dirigirse a una habitación vacía y esconderse ahí, pues tenía pensado tenderle una trampa a quien sea que estuviera en la casa.

Los pasos seguían retumbando en el silencio abrumador de la casa, y cada vez se escuchaban más cerca de donde él estaba, seguían y seguían avanzando, hasta tal punto de quedar tras la puerta de la habitación en la que el Uchiha estaba, la persona poso su mano en la perilla para girarla, abrió la puerta, y cuando estaba a punto de entrar, un libro lo recibió con la intensión de terminar en su rostro, pero al parecer la persona era lo suficientemente ágil y perspicaz para esquivar con facilidad el libro.

- ¡A- atrás, n-no te me acerques! - grito el azabache alarmado mientras retrocedía, siendo en vano su intento, pues dicha persona ya lo tenía acorralado contra una pared, mientras él se encontraba forcejeando para que esté le soltara. - D-dejame, por favor, prometo no decir nada, solo vine a leer un rato, es todo - imploro el Uchiha con algo de nostalgia y desesperación en su voz.

- Ahg, no puedo creer que hayas leído ese libro....ya relájate, soy yo, Kakashi - respondió en medio de un suspiro el más alto, para mirar serio al Uchiha.

- ¿K-kakashi? - cuestiono el Uchiha para abrir los ojos y mirar a su compañero en frente de él con una mirada de pocos amigos. - ¡Sí que eres un estúpido! - dijo con algo de enojo el Uchiha.

- Calmate, yo no tengo la culpa de que te asustes con nada - resopló molesto el Hatake.

Siguieron así, en la misma posición mientras se miraban fijamente, hasta parecía que estaban haciendo una competencia de miradas, pero su ambiente se vio interrumpido por unos gritos de afuera.

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Hey, ¿Qué tal?

Aquí, escribiendo otra historia, porque la verdad, no tengo nada más que hacer, y siento que esto me empieza a gustar, sin más que decir, espero les guste y se diviertan con ella, cualquier duda, inquietud o sugerencia me la pueden decir, con todo gusto las leo.

Eso es todo, bye.

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