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Messi x Ochoa

Los vestidores se encontraban lleno de gritos y llantos de emoción, la escaloneta era la fuente de ilusión de cualquier argentino promedio aparte de romperle el orto a Polonia con un resultado de 2-0, se habían asegurado un lugar en octavos de éste extraño mundial.
El Dibu Martínez no lograba controlar su felicidad, bailando semidesnudo con una toalla apenas cubriendo su desnudez se la pasaba haciendole propuestas indicentes al De Paul, quién no paraba de escuchar con auriculares una canción de su mujer esa la que dice;
"soy aquella niña de la escuela, la que no te gustaba, ¿Me recuerdas? ahora que me viste dices oh nena, oh nena"

-¿Y a éste pelotudo qué le pasa?- la grave voz de papi messi se hizo presente, terminandose de secar su marcado abdomen apuntaba a su compañero el pollerudo que no paraba de mover la cabeza con un tarareo despreocupado. Eran unos pelotudos cada uno de sus compañeros, el Dibu más frenético que nunca andaba ahora grabando un Tiktok, Scaloni se había colado en los vestidores molestando a Di María por el tremendo talento que éste se cargaba. - Qué manga de trolos somos, la puta madre

-¡Eu Leo! hablando de trolos, contanos cómo fue el chape con Doña Florinda- ese pelotudito de Dybala no sabía cuándo tenía que cerrar el orto, ésta era una de esas ocasiones.

-Dale papi, todos acá sabemos que te lo re comiste después de meterselo 2 veces en ese partido- luego de ser rogado por tanto tiempo el Leo no tuvo otra opción que sentarse aún estando desnudo, una bella vista para sus compañeros que admiraban sin disimulo sus fuertes piernas peludas aunque algunos pensaban que una buena depiladita nunca estaría mal.

Un gran y pesado cuerpo retumbaba contra la pared, luego de esa humillación que había recibido en ese partido no podría quedarse en el medio de la nada, ese argentino idiota pasaría a jugar su partido contra Polonia pero con la cara toda rota y con la falta de unos cuantos dientes en su boca. Le importaba muy poco recibir una amolestacion por darle su merecido a ese hombre, no se quedaría con las ganas de desquitarse.

-¿Acaso te encuentras contento, Leo? lograste que me vuelva la burla de todo México y Argentina, se suponía que yo debía de humillarte- fortaleciendo el agarre en su cuello el mexicano se volvía cada vez más loco, el rostro del contrario se ponía morado a medida que imponía presión, los sacudones que le iba dando lo hacían temblar de adrenalina  pero el 10 jamás se permitiría  darle el gusto de suplicar por un poco de aire. El orgullo del pibe era tan fuerte que nadie podía romperlo.

-No te enojes, loquito, total todos saben que te iba a ganar mucho antes que empiece el partido- la concha de su hermana bien trola, la voz le había salido como si tuviese un montón de gallos atragantados y en realidad en el fondo se sentía un atrevido por estar sintiendo satisfacción por la locura de Ochoa.
Aceptando poco a poco la cagada que que le estaba dando Doña Florinda, abre los ojos de repente al dejar de sentir la fuerte presión contra su piel, mientras observaba con la mirada lagrimosa cómo el de remera verde se encontraba a unos pocos centímetros de sus labios con un aire ahora tenebroso- ¿Qué haces boludito? era cagarme a palos, no incómodarme con tus actos de kdrama homosexual

-Siempre me pregunté cómo sería besar al mejor del mundo, tú pudiste meterme 1 gol pero yo puedo meterte más que eso- Esas palabras en verdad lo asustaron, si sus amigos se enteraran sería lo más vergonzoso al pensar que sería el de abajo aunque sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir el calor de otros labios sobre los suyos, las ágiles  manos del arquero se agarraron de la remera blanquiceleste de éste para presionarse aún más obligandolo a aceptar ese beso tan homo que se estaban dando, sin duda alguna messi se estaba chapando a un random.

-Che boludo dale- la voz de pito de Di María lo había sacado de sus pensamientos, ¿Hace cuánto tiempo se encontraba mirando hacia la misma nada?- te quedaste en la mejor parte, nos dijiste que el mexicano te manoseo todo el ojote pero después te quedaste callado.

-Y bueno pajero, lo otro no te lo puedo contar porque justo me dieron ganas de cagar- escuchando unas cuantas puteadas no dudó en ir corriendo hacia el baño, en verdad recordar esa escena tan colorida le daban ganas de cagar en forma literal.

𝖱𝖮𝖬𝖯𝖤𝖬𝖤𝖫𝖠 𝖳𝖮𝖣𝖠 ; 𝗌𝖼𝖺𝗅𝗈𝗇𝖾𝗍𝗍𝖺 𝗏𝖾𝗋𝗌𝗂𝗈́𝗇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora