CAPÍTULO XIII (EL EGO PARTE 2)

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Ahí estaba él, impactado por la situación mientras miraba de forma horrorosa a las gitanas huir

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Ahí estaba él, impactado por la situación mientras miraba de forma horrorosa a las gitanas huir.

»puede que se me haya ido la mano un poco con lo que cause en ellas, pero hace tiempo no dominaba de manera brutal la mente de mis víctimas.«

Su amiga llegó al lugar y pudo observar lo que a él le sucedía, su cuerpo estaba tenso, su piel se tornaba pálida y sus ojos brillaban por las lágrimas.

—¿Lucas que te pasó?, no te veo bien y me estoy preocupando mucho — expresó su amiga un tanto nerviosa por la situación que intentaba controlar.

—No, no me pasa nada corazón, solo un mal momento, la verdad me quiero ir de aquí por favor — respondió un tanto sollozante.

—Míra, ya es tarde y si querés podemos ir a mi depa, estoy con mi hermano y Sofia. Si querés podés quedarte hoy y de paso comemos y tomamos algo, ¿querés? —expresó su propuesta para tratar de animarlo un poco.

—Dale, si quiero... —suspiró y cambio la  expresión de su rostro con una sonrisa —¡PERO POR FAVOR! VAMOS A COMPRAR CIGARROS —sonrió y se levantó.

—Lucas, ¿qué te pasó o qué sentís? — preguntó de camino al kiosco más cercano.

—La verdad, siendo sincero me siento muy mal anímicamente, tengo constantes cambios de humor y empiezo a sentir mucha fiaca... No tengo ganas de nada —respondió.

—Te entiendo, pero creo que necesitas descargarte de alguna forma. Tener tanta negatividad acumulada puede hacer que algo malo te pase o intentes hacer —dijo la joven amiga.

—Capaz que necesito ser más sincero y decir lo que pienso a quien se me imponga en frente —expresó un poco enojado mientras creaba drama.

—Quizás puede que estés bien en lo que querés hacer, sabes que no soy buena dando consejos pero voy a tratar en todo momento estar con vos para ayudarte —sonrió mientras enredaba su brazo con el suyo.

»Como si fueran dos señoras caminaron juntos al departamento mientras la plática se tornaba un tanto filosófica y alocada, entre risas cruzaron la puerta de la entrada y los recibieron de brazos abiertos Sofia la novia Carmina y Leonidas su hermano.«

—¡MIRA QUIEN APARECIÓ! —gritó Leonidas con  alegría al ver a Lucas, mientras se acercó a darle un beso en la mejilla y un abrazo cálido.

—¡¿COMÓ ESTÁS GORDO?! —respondió Lucas de la misma forma afectiva.

—Y.... ¡Hay que decir que bien! —soltó una breve carcajada.

—Y... La verdad que tenés toda la razón —asentó con la cabeza resignando a la verdad que había comentado Leonidas.

—¡Ya te traigo algo para tomar! — mientras se iba a la cocina por una bebida.

»Por otro lado Sofia la novia de Carmina lo miraba un tanto asqueada, con un cierto desagradó y repugnancia.«

Le Mat ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora