Capitulo 1

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3 AÑOS DESPUES

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3 AÑOS DESPUES

Todos odiamos los días lunes y créanme cuando les digo que yo formo parte de ese grupo selecto de la vida a la que el destino se encarga de joderle el día, no importa si me levanto más temprano, tampoco si hago la buena acción de día, ya que absolutamente todo termina en desastre.

Resulta que este día no fue la novedad pero justo hoy la maestra Lourdes me había informado que estaba en la tabla roja (personas que reprobaran la materia), aparte de quedar estática recordé perfectamente cada desvelada para cumplir con sus trabajos; proyectos que casi terminan con mi estabilidad, y ahora "reprobada" . Detestaba tanto esa palabra por todos los problemas que me traería, así que fui directo a su oficina para aclarar la situación, cosa que funciono en el mínimo pues la gran señorita se excuso diciendo que había sido un error y ahora mi calificación le pertenecía a otra...

Termine desparramando su bola de hojas acomodadas en su escritorio y por supuesto con un citatorio por conducta inapropiada, sin mencionar una baja de tres días.

-Magnifico día para empezar la semana. Gracias. -grite al cielo

Esperando a que alguno de mis dos padres se presentaran en el plantel la directora no me dejo salir de retención y, al darse cuenta que ninguno vendría me termino mandando a casa en busca del consuelo inexistente de Mamá..

Mis padres y yo vivimos en una cuidad pequeña llamada Recorvely o vivoralandia como yo le llamo. Se encuentra a la orilla de Estados Unidos cerca de Los Ángeles . Es un ciudad tan pequeña por lo que la mayoría de la gente se conoce entre si desde hace tiempo. Es el típico pueblo en el que los chismes corren a cada nada y por ello la reputación tiende a ser más que importante.

Mi "cálido" hogar se encuentra a los costados de aquella ciudad, y es que después de mudarnos fue lo único que encontramos disponible, a pesar de todo es un buen lugar para pasarla solo si es que te gusta tanto el silencio como a mí.

Vislumbre mi casa a escasos cinco minutos y aun no sabía cómo explicarle a mi madre la expulsión momentánea del instituto. Ella detestaba tanto los problemas escolares que para evitarlos ponía castigos realmente severos y un tanto estúpidos...

Mirar la entrada me hizo querer realmente escapar. Sabía que mamá estaba dentro quizá preparando la comida y lo que menos quería seria pelear aún más.

Eche un vistazo a ambos lados verificando que ningún vecino chismoso rondara por el lugar y sin más me dirigí hacia la parte trasera, justo donde se hallaba la ventana a mi habitación en el segundo piso. Ya después me encargaría de mamá y que excusa poner, por ahora estaría en mi habitación para matar el tiempo y cuando llegara el momento simplemente saldría por la ventana y entraría por la puerta. Fácil y sencillo.

Sujete bien mi mochila antes de comenzar a subir por el tronco del inmenso árbol. No era la primera vez que lo hacía y tampoco esperaba que fuera la última. Agradecí el que mi ventana estuviera abierta. Camine lentamente por la rama más gruesa y cuando me asegure de estar lo suficientemente cerca estire mi pierna deslizándola por el marco de la ventana, hice lo mismo con la otra y casi cante victoria por que me había salido de maravilla el plan, sin embargo apenas me di media vuelta me congele. Mamá me observaba con las manos cruzadas y esa postura que no aseguraba nada bueno. Sostenía el teléfono de casa con una mano y maldije para mis adentros cuando supuse que ya lo sabía.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora