—¡Aplausos para los novios! —Gritaron entre risas.
Enseguida me aparte dándome cuenta de mi error. La cara me ardía de vergüenza por haberme dejado llevar de nuevo. Mas sin en cambio Ian me miraba victorioso. No sospecho sobre mi acto tan espontaneo. La emoción del momento fue suficiente que no lo dejo analizar que yo nunca hacia eso con él y mucho menos en publico.
Aaron yacía sentado frente a nosotros con la malteada de Nathalya entre sus manos. El resto de los chicos tomaron asiento a sus extremos. Apenas la mesa tenia lugares para que todos tomaran un lugar en ella. El pelinegro hostigante me sonrió galante y yo lo ignore.
—Nos vemos cariño —le dije a Ian. Tenia que me irme.
—Buenos días Annette —saludo el amigo.
—Adiós Aaron
Ni siquiera le devolví el saludo, al contrario avance hasta las puertas de cristal donde me detuve cuando escuche su voz:
—Lamento llevarme a tu amorcito lejos de ti en vacaciones, sé que ambos tenían planes como cada año.
—No te molestes, prometo visitarlos, viajare con Nathalya a Miami —se intereso. Seguro que Nat no se opondría a dicho plan —Su novio vive ahí.
Y salí, dejándolo callado.
Aun por el pasillo escuche las risas que su grupo de amigos le propino. Para nadie era secreto que él se moría por mi mejor amiga pero ella le había dejado en claro su respuesta en mas de una ocasión. Aaron era el tipo de chico que la mayoría de chicas quisieran tener encima pero para mi amiga y yo era la excepción, si bien era guapo y atractivo pero... Nuestro odio con él empezó desde que no acepto el rechazo de Nat hace un par de años atrás, así que comenzó a buscarla mas de lo normal; coincidir siempre con ella hasta que un día Gael—el novio de Nat—decidió ponerle un alto.
Mi amiga era el tipo de chica que siempre fue buscada por los hombres, así que para la mayoría era difícil creer que no tuviera a alguien cuando la realidad era completamente diferente. Gael era mexicano. Si bien las relaciones a distancia nunca funcionan, yo fui testigo de esa declaración a mitad de bar ochentero. Yo fui testigo de como Nat le había entregado su corazón a su chico guitarrista cuando este le canto su canción favorita.
Ahora bien, se les dificultaba verse pero eso no quitaba que el no estuviera al pendiente de ella y eso a Aaron se le olvido. Ambos tuvieron una pelea fuera de la escuela, Gael lo dejo mal y casi enfrenta cargos de no ser porque su madre es agente policial. Desde ese día la reputación del líder del equipo era nula estando cerca de ella.Para cuando llegue al salón de clases, me di cuenta que Nathalya aún no estaba dentro, y la espere a que llegara pero no lo hizo. La maestra de química llego y ella seguía sin aparecer. No me preocupe pues no era la primera vez que lo hacía pero al menos las otras veces me había informado y esta vez nada. Cada cierto tiempo que la profesora se distraía yo ocupa esas milésimas de segundos para dejarle varios mensajes que ella no se dignó en contestar. Terminada la hora, le llame incontables veces y todas a buzón.
A mitad de la ultima clase recibí un mensaje suyo:"Perdona, me quede dormida con Gael. Pasamos por ti. No salgas tarde."
—...Durante nuestras últimas sesiones nos enfocaremos en el tema del cerebro y su desarrollo cognitivo. Para cuando regresen del verano querré un ensayo. —se disponía a decir el profesor de Ciencias.
El maestro Bern era uno de los pocos profesores con los que conectaba en la preparatoria. Era mi maestro favorito. Él era docente de Ciencias en la preparatoria y en la universidad daba clases de Neurociencia por las tardes.
Era nuestra última hora y al igual que cada semana él se disponía a guardar sus cosas diez minutos antes del toque.
ESTÁS LEYENDO
El chico de mis sueños
RomancePara Annette Jones, planear su futuro es lo más importante. Sabe que estudiará. Planeo en donde vivirá y sabe con quién se casara, o al menos eso creía... A tan solo una semana de su segundo aniversario, su "feliz para siempre" comienza a ponerse e...