ONE SHOTS /Country Humans/

卐☭ Nazunist ⚣ Omegaverse.

Estaba jodido en todos los sentidos existentes de la palabra, su nación que antes había casi dominado Europa ahora estaba vencida y fragmentada por esos bastardos que se hacían llamar Aliados. Y para empeorar su situación de mierda, su cuerpo comenzaba a sentir un calor infernal propio del celo que comenzaba en él debido a la temporada... No podía estar más arruinado, supo que no tenía de otra cuando oyó una explosión cercana que posiblemente había volado la puerta de su búnker, solo pudo sentarse en una esquina a aceptar con claro desánimo la idea de que lo iban a matar esa tarde mientras intentaba controlar las molestias en su cuerpo.

Cosa que le fue imposible cuando un aroma conocido entró en su rango de olfato, de todos con los que puso haberse topado... tuvo que ser el maldito Alfa soviético que deseaba arrancarle la cabeza, tembló pero al mismo tiempo el calor en su cuerpo aumentó sin poder impedir que sus feromonas saliesen impregnando casi todo el nivel, nunca antes se había cruzado con él durante ese estado así que también estaba aterrado por su desprotección y se encogió en su lugar cuando la última puerta que lo protegía fue pateada, dejando ver al de ushanka con el uniforme lleno de rupturas y partes algo chamuscadas además de sus ojos encendidos por el fuego del odio hasta que lo olfateó.

—Nazi de mierda... –Gruñó entre dientes el eslavo soltando sus propias feromonas por instinto mientras su diestra cerraba de un portazo, no había tenido puta idea de que su ex socio era un Omega—.

El de esvástica no pudo decir nada tanto por el miedo como por tener la respiración agitada sintiendo que su estómago quemaba y su entre pierna se humedecía patéticamente ante ese Alfa, quiso apartar la mirada mientras se ahogaba en su vergüenza pero pronto su rostro se vio atrapado por las toscas manos del mayor que parecía hacerle un hueco en la cabeza solo con su mirada pero a la vez no dejaba de olfatearlo hasta hundirse en su cuello a lamer, cerró los ojos con fuerza sin tener la necesaria para apartarlo..

URSS lo desvistió sin dejar de lamer o dejar ligeras mordidas en sus hombros que inevitablemente lo hicieron gemir bajo, hasta sentir una de las manos ajenas colarse entre sus piernas para separarlas dejando ver lo mojado que estaba y soltó algunas lágrimas de vergüenza pura por todo lo que le estaba pasando. Pero el de ojos hielo no se fijó en eso al estar dominado por su instinto, hipnotizado cual perro sintiendo cómo su propio pene se hacía más duro solo de ver la pequeña entrada rosa del alemán, la cual comenzó a acariciar viendo cómo se retorcía jadeando hasta que metió el primer dedo sabiendo inconscientemente que debía prepararlo antes de tomar su cuerpo. Esperando ansioso el tiempo necesario hasta que tres de sus dedos se movían con libertad en el interior contrario de quien por instinto había pegado su pecho al suelo para levantar sus caderas hasta sentir que el carmesí iba abriéndose paso con un poco de brusquedad hasta sentirlo completamente dentro apenas dándole un minuto para recuperarse cuando empezó a moverse y jadear ronco contra su nuca.

—¡Mgh..!, le.. lento –Pidió el rubio con la respiración agitada, acorralado bajo el gran cuerpo de su enemigo que no le daba tregua con cada embestida— Sow.. Sowjet..!

Pero sus peticiones fueron ignoradas hasta que por suerte se cuerpo se acostumbró, luego siendo movido sin cuidado para quedar cara a cara con el otro que inmediatamente se dispuso a llenarlo de más marcas empecinado ahora también en atacarle la boca con besos intensos que lo dejaban sin aire, después de todo había tenido la suerte de no pasarlo tan mal pero aún así no era algo que habría querido.

Dos horas sin descanso finalmente llegaron a su fin volviendo a la posición inicial cuando fue girado por el de hoz y martillo quien dio una estocada más corriéndose en su interior, inmediatamente anudando en él pero evitando marcarlo por obvia razón de que no tenían nada en común que mantener. Debido al cansancio el germano acabó quedando inconsciente entre los brazos ajenos luego de que consiguieron zafarse de la unión obligatoria.