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En cuanto entraron con el pequeño, ambos divisaron a un rizado de espalda dibujando algo en el pizzaron. "Un arcoiris y al lado su nombre y apellido para ser exactos."

—Buenos días, maestro Styles. - Saludo la directora con el niño en sus brazos.

- Buenos días Directora Swift. - Sonrió dándose vuelta viendo al niño -. Hola, pequeño, ¿cuál es tu nombre? - Se acercó un poco más hacia el chico.

El pequeño se acurruco en el hombro de la rubia tapando su cara apenado.

- Hey, no pasa nada. El señor Styles es muy bueno, saludalo.

- No te haré daño cariño, pero no nos conocemos, así que será mejor presentarnos. Mi nombre es Harry. - Se presentó haciendo una mueca divertida al menor quien río -. Mira ya están llegando tus compañeritos.

El nene dio vuelta su cabeza mirando hacia tras viendo como otros nenes se despedían se sus padres, pero no dijo nada, solo se abrazo más fuerte a la rubia, hasta que vio algo en el bolsillo del maestro y pidió con señas a la mujer que lo bajase e hizo caso.

Vladimir fue a pasos lentos hasta el rizado y le abrió sus brazos para que este lo alzara, el ojiverde lo hizo con gusto, él realmente amaba a los niños pequeños.

- Hey, hola cariño. - Lo saludo sonriente una vez más. - El rizado noto lo que que iría el pequeño al verlo intentar agarrar el pequeño chocolate que tenía en su bolsillo pequeño de su camisa. - ¿Quieres este chocolate? - Preguntó agarrando el pequeño paquete mostrándoselo mientras el chico asentía. - Esta bien, te lo daré. Pero aún no me dices tu nombre.

- Vadimir. - Dijo casi inaudible.

- ¿Cómo?, lo siento no te he escuchado. - Dice acariciando los suaves cabellos rizados del niño.

- Son parecidos. - Dijo la Directora Taylor viéndolos juntos. - Hasta podría jurar que son padre e hijo.

- Pues tiene un parecido. - Sonrió. - Entonces cariño, luego de clases te daré este chocolate, me repetirlas tu nombre que no te he oído, por favor.

- ¡Vadimir! - Dijo esta vez gritando entusiasmado.

- Vadimir...., Vadi..., Oh, Vladimir, ¿Te llamas Vladimir? - El chico asintió. - Bueno Vladi, ahora ve a sentarte que ahí vienen tus compañeritos, cuando sea la hora de irnos te daré este chocolate, eso si, no le digas a los demás, ya que es el único que tengo. - Río.

- Abajo, abajo. - Dijo Vladimir tratando de bajar de los brazos del rizado para ir por juguetes como los demás niños que acababan de llegar y ya se habían puesto a jugar con ellos, el rizado lo bajo cariñosamente y se acercó hacia los demás niños.

- Buenos días caramelitos. - Saludó a todos los niños que se sentaron en el suelo junto a sus almohadas. - Hoy tenemos un nuevo compañero, ¿nos presentamos con él? - todos asintieron eufóricos. - Él es Vladimir, aplaudan para el pequeño Vladi.

Todos los pequeños le aplaudieron al mini rizado, mientras una niña acomodaba otra almohada a su par. - Siéntate a mi lado. - dijo la dulce voz de la niña de cabello rojizo.

Vladimir solto una pequeña risita y se acercó hacia la niña, sentándose a la par.

- Hola, me llamó Ana. - se presentó la niña. - ¿Tú te llamas Vladi?

- No, me llamó vadimir, pero así me dice mi mami.

- Mi mami me dice frutillita, como la niña que le gustan mucho las frutillas y tiene el cabello rosa.

- Eso es lindo, mi mami es hermosa.

- La mía también. ¿ quieres pintar conmigo? Siempre pintamos primero.

Por todas las razones equivocadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora